Prólogo

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¿Cómo es que terminó en esta situación? Podía sentir su corazón romperse en mil pedazos al ver, como Messi se estaba besando con otro Omega... Todo se desmoronó y su respiración empezó agitarse en esos momentos. Solo dio unos paso en silencio sin aportar su mirada porque así actuaba un verdadero Omega mexicano.

Apretó la mandíbula y por sus mejillas caían varias lágrimas que se fue secando enseguida, no permitiría que lo vieran mal y si ese alfa había olvidado esas noches previas antes de su encuentro, él también lo haría, aunque un gran balde de agua fría caía ahora y de golpe. — Tan solo me uso para distraerme — susurró solo para él y camino hasta el vestidor tratando de guardar todo y evitar miles de preguntas, pero su aroma lo delataba descaradamente que todo aquellos alfas que tenía como equipo solo se quedaron perplejos al ver al portero omega en esa situación, pero guardaron silencio.

Sabían cómo era Ochoa ante algún tema personal o emocional que prefería no hablar estando en el vestidor, pero Andrés Guardado sabía el porqué de ese olor tan deprimente que se acercó a él y a pesar de que solo advirtió sólo pudo de las siguientes palabras:

—Tranquilo... no estás solo— y con esas palabras empezó a llorar Ochoa sintiendo como era abrazado por su amigo y sabían quién era el culpable.

— Quién sea que te lastimó, espero que sepa... que los alfas mexicanos somos buenos metiendo Madrazos — expresó enojado Kevin Álvarez.

Era el inicio de un posible fin... de entre México y Argentina.

Traición condicionadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora