✿ Prologo ✿

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Adara

Escucho un golpe en seco al final del pasillo, justo en la oficina de mi padre, así que me dirijo hacia allá para ver qué sucede.

—¿Qué pasa?— digo soltando una pequeña risa al ver el desorden que tiene en el escritorio

—Adara no es un buen momento— dice frustrado buscando algo

—¿Qué necesitas?

—Erika renunció y el orden no es lo mío— dice enojado— ahora que firme con la selección española tengo más trabajo que nunca— suelta desesperado

Mi padre es fisioterapeuta y masajista de la selección española, no es fácil lidiar con tantos hombres.

—Busca una nueva secretaria— suelto con sarcasmo y me fulmina con la mirada

—Créeme que es lo que más quiero— suelta los papeles y me mira unos segundos antes de mostrarme una sonrisa ladeada, que me da a entender que no tiene una buena idea— aunque tú podrías ayudarme.

—Ni lo sueñes— me niego rápidamente

—Tienes 18 años Adara, no estudias ni tienes planes de hacerlo y solo quieres estar aquí encerrada— apoya los codos en la mesa— tienes tres opciones, empiezas a buscar una universidad, empiezas a trabajar o me ayudas.

Mi problema no es estudiar, realmente lo que me preocupa es no saber que carrera elegir, pues nada me llama la atención y no creo que alguien quiera contratar a una chica de 18 años que solo tiene experiencia en dormir y comer

—Bien— suelto resignada— te ayudaré

Mi papá sonríe ampliamente y se acerca hasta mi dejando dos carpetas en mis manos

—En esas carpetas están todos los jugadores, los que necesitan masajes para relajar y estimular los músculos, también están los que los necesitan por una lección. Asegúrate de clasificarlos y crear una agenda de que día tengo que recibir a cada uno.

—Bien— ruedo los ojos

—Saldré a almorzar, te dejo aquí para que organices todo ¿Quieres algo?

—No Gracias— suelto de mal humor y papá ríe antes de irse.

Odio tanto.

(⁠✿⁠….✿⁠)

—Bien, los jugadores entrenan todos los días de la semana, menos los miércoles, 4 horas cada día— le tiendo unas hojas— te puse cuatro secciones diarias a excepción del martes que solo tienes dos.

El Lee todos los documentos y asiente con una sonrisa.

—Los entrenamientos son a las 11 pero tú tienes que llegar a las 10 para atender a los dos primeros y salir a las 3 para atender a los dos restantes.

—Nosotros— aclara y suelto un chillido

—No me gusta el fútbol— me quejo— no quiero ir a esos entrenamientos

—Acompáñame solo dos días, lunes y martes ¿Te parece?

—Perfecto.

Desenfoque // Pedri González Donde viven las historias. Descúbrelo ahora