XLI.- Libertad (Antes de la Noche de Abu Dhabi)

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Un Poco Más Adelante en el Camino. 

Año 2026.

Habían pasado seis meses desde que Mar nació, por supuesto que su niña de ojos azules era producto de una relación sana, llena de amor, en donde Georgina estaba absolutamente enamorada del papá de su pequeña hija, por lo que todo se sentía como una película. Durante todos esos días, ella había estado deseando llevar a la bebé a la playa, porque de alguna forma, se sentía con la necesidad de contarle al océano sobre sus días de alegría, ya que si había sido una cura para sus días más duros, también quería formar memorias alegres, de esta parte de su vida en donde todo estaba en donde debía de estar. 

El reloj marcaba las 5:40 pm, el atardecer en Mónaco era precioso, las dos habían llegado a ese momento en donde se unían el naranja del cielo y el azul del mar, para regalar un paisaje hermoso, a cualquiera de los que estuvieran ahí. Con absoluto cuidado, Gina caminó con su hija entre los brazos, para después sentarse con ella en la arena. La ojiazul casi maldijo por no tener una cámara integrada, pero en su memoria siempre estaría la reacción de su bebé cuando sintió la arena por primera vez, sus enormes ojos no ocultaron la sorpresa por experimentar otra sensación, para después sentir el asombro del agua que llegaba a sus pequeños pies. 

Georgina suspiró enternecida cuando escuchó como la bebé reía al sentir el mar entre sus piecitos-Hola mi Mar-dijo mientras depositaba un besito en su cabeza-Decidí nombrarte como lo más naturalmente hermoso que me acompaña desde hace un par de años-explicó risueña-Lo más bonito es que la vida sabía que eras mi océano bebé y heredaste los ojos de tu abuelito-le contó como si pudiera entender algo-Que también son los míos pero sobre todas las cosas, como el color del mar, así como tú-le dijo orgullosa-Aún se me escapan las palabras para describir todo lo que significas para mí, mi niña, pero eres prueba del amor, de la sanación y sobre todas las cosas, de que al final todo estará bien-confesó profundamente conmovida. 

Gina no pudo evitar recordar esos momentos en donde iba a la playa solo a llorar por su situación, e incluso, una parte de aquella crisis de ansiedad que le dio, pero así como todo eso vino a su mente, también recordó lo protegida que se sintió por Kelly y Daniel esa noche, su viaje a Ibiza con todos sus amigos, así como sus mañanas en el principado. Mientras miraba el horizonte, sabía que todo eso que le había sucedido era imborrable pero, contrario a otros años, ya no dolía, la cicatriz le había quedado pero aún había más, así que ahora más que nunca, todo su pasado estaba sanado, porque a través de perderlo todo, pudo darle más sentido a todo lo que le sucedería después, como resultado final, estaba sosteniendo entre sus brazos a su pequeña, la prueba más grande de su amor. 

AHORA.

Sábado 19 de noviembre del 2022, Abu Dhabi. 

Después de que su vuelo fue retrasado más de una vez, Georgina por fin había logrado llegar al hotel en donde se quedaría para esa última jornada de la F1 durante la madrugada, le impresionaba que la vida supiera lo mucho que no quería vivir esos días, sin embargo, pese a las circunstancias, que no estuviera a punto de temblar, era un claro indicativo de lo mucho que había crecido durante esos meses.

Para ese último fin de semana, no solo estaban Ben y Pita, sino que también los acompañaría María José pero mucho más para su sorpresa, Antón también estaba ahí. Pese a que ya no estaba tanto en Iconique, no fue hasta ese momento que se dio cuenta que su viejo lugar de trabajo, realmente se había esforzado por dejar una buena imagen, ya que habían rentado un palco especial, en donde se observaban las letras así como el logo de la editorial, que los tenía a todos reunidos ahí. 

Georgina no tenía prisa por convivir con quienes habían sido sus anteriores jefes, por lo que aprovechó que faltaban al rededor de 90 minutos para que iniciarán las prácticas libres para dirigirse al garaje de Red Bull, la polémica seguía presente e incluso cuando les avisaron por correo que ese fin de semana no podrían hacer la cobertura especial, Gina quería despedirse de la escudería que la acogió, en el momento que Ferrari se había empeñado en casi desterrarle del paddock.

Un Veneno-Carlos Sainz Jr.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora