𝙏𝙀𝙀𝙉 𝙒𝙊𝙇𝙁 ━━━ 𝙏𝙃𝙀 𝙎𝙀𝙍𝙄𝙀𝙎: 𝙎𝙄𝙀𝙈𝙋𝙍𝙀 𝙃𝘼𝙎 𝙎𝙄𝘿𝙊 𝙏𝙐.

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Después de clases, Scott nos convence a todos de volver al bosque en busca de su inhalador. A Stiles le pareció una excelente idea porque así aprovechamos para que yo le muestre el cadáver. Mientras pase tiempo con él, a Mica le da exactamente igual a donde vayamos, y la verdad, es que a mí me costó, pero muchísimo decirle que no a Scott. Es que cuando él me mira con esos ojitos de Bambi, me es imposible negarme.

Es algo más fuerte que yo.

Mientras caminamos, saltamos a un pequeño arroyo para llegar al otro lado. Todos, a excepción de Mica. Ella está trepada en la espalda de Stiles. Primero por floja y segundo porque le encanta estar encima de él. Por suerte, para mí, esta vez sí vine preparada. Antes de llegar, busqué y me puse mis bellísimas botas impermeables. Es gracioso porque casi nos las encuentro. Mi habitación tiene tanto desorden que hasta sirve como una de las entradas a Narnia.

No tengo pruebas, pero tampoco dudas.

—No sé qué pasó —nos sigue contando Scott, sobre su gran éxito en la práctica de esta mañana— fue como si tuviera todo el tiempo de atrapar la pelota. Les aseguro que no es lo único raro. También puedo escuchar cosas que no debería escuchar y huelo cosas.

La parte de los sentidos me llama la atención. También me está pasando lo mismo. Cuando buscaba las botas, el aroma de la mantequilla de maní y del queso crema me distrajo bastante, y eso me confundió mucho porque lo sentía muy cerca, como si lo tuviera en mis manos. Yo nunca, pero nunca, guardo comida en mi habitación. Soy desordenada, pero jamás antihigiénica. Que me parta un rayo ahora mismo si miento. El punto es que llegué a la sala, y para mi sorpresa, me encontré a Mica preparándose un sándwich de mantequilla de maní y de queso crema, su favorito.

Me quedé en shock. Primero escucho cosas que no debería escuchar a distancias imposibles y ahora huelo cosas que tampoco debería oler. Es que entre más pasa el tiempo, más me estoy asustando. Hasta se me quitaron las ganas de comer todo el tiempo y eso sí que es grave en mí. Ya no veo la hora de que el Sr. Deaton me diga que rayos me está pasando.

Todos se detienen por alguna razón. Hago lo mismo y los miro con el ceño fruncido. Estaba tan pendiente a mis pensamientos, que me desconecté de la conversación. Mica se baja de Stiles. Mete la mano en uno de los bolsillos de su abrigo y saca una goma de mascar, que, por su aroma, parece ser de menta. Es que a esto me refiero. No debería poder olerlo, aunque esté cerca. Stiles mira a Scott, incrédulo. Scott se da la vuelta y sigue caminando. Mica le quita la envoltura a la goma y se la mete a la boca. Los tres seguimos a Scott.

—Entonces, ¿todo empezó con la mordida? —le pregunta Stiles a él.

—Quizá es una infección —piensa Scott— no lo sé. Tal vez mi cuerpo está soltando adrenalina antes de entrar en shock o algo así.

Mica y yo intercambiamos miradas. ¿Y si eso también me está pasando a mí?

—¿Sabes qué? Creo que escuché de eso —dice Stiles, mientras pone las manos en las caderas— se trata de una infección específica.