𝐉𝐮𝐬𝐭 𝐚 𝐥𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐜𝐥𝐨𝐬𝐞𝐫 𝐭𝐨 𝐭𝐡𝐞 𝐬𝐭𝐚𝐫𝐭

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Un chico de cabellos castaños se encontraba sentado en una camilla de hospital mientras recibía algunas especificaciones de su médico.

—Debes dejar la actividad física por lo menos dos semanas. —su médico de cabecera dijo, mientras escribía los últimos reportes.

—¡¿Dos semanas?¡ Eso es imposible ¿Sabe que es eso? ¡No puedo!. —el joven castaño comenzaba a desesperarse.

—Es lo mínimo que puedes reposar, se supone que deberías de descansar un mes —. La mirada de su médico y de sus padres estaban encima de él.

—Ya es hora de irnos—. Eso fue lo único que dijo su padre antes de levantarse.

Las enfermeras ayudaron al joven a sentarse en una silla de ruedas para que caminara lo menos posible.

Al salir del hospital recibió apoyo para entrar a la parte trasera de una camioneta negra mientras que sus padres subían en los asientos de adelante. No hubo charlas, ni una sola palabra, sólo existía un silencio perturbador y una gran tensión.

En cuanto llegaron a casa su padre bajó la silla de ruedas y obligó al joven a sentarse en ella. Entraron a la propiedad y se sentaron en la sala de estar. El silencio siguió hasta que su padre habló.

—Encontramos los esteroides en tu habitación —el castaño estaba a punto de hablar pero su padre lo interrumpió—. Encontramos los papeles con la cotización para unos implantes, esto es demasiado, Ethan. —Su padre lo miraba con tal reprobación que sintió la necesidad de correr a un lugar donde pudiera esconderse de él como cuando era niño.

—Es mi vida, no tienen porque meterse —habló con la mayor seriedad que pudo.

—Y nosotros queremos lo mejor para ti, no está bien lo que estás haciendo hijo. —Su madre lo miraba con mucha tristeza.

—Ese es mi problema, no el de ustedes, déjenme tranquilo. -—se cruzó de brazos mientras tomaba su teléfono celular y trataba de distraerse en éste.

—¡Cállate! ¡eres un insolente! ¡Claro que es nuestro problema porque eres nuestro hijo! —El señor le arrebató el teléfono.

—¡Ahora te preocupas! ¿¡qué pasó con lo que me decías antes!?, ahora que por fin soy más de lo que todos ustedes se esperaban me quieren limitar. —bufó y mordió el interior de su mejilla.

—No es así, hijo, queremos lo mejor para ti. —Su madre tenía la voz quebrada, ella apenas si podía controlar su cuerpo.

—Entonces déjenme, eso es lo que yo quiero hacer, ustedes sólo buscan manipularme. —quiso levantarse pero el problema era que no sólo se había desgarrado un músculo.

—¡Claro que no! ¡Estás enfermo, Ethan Black! —Su padre no quería escuchar las estupideces de su hijo.

—No estoy enfermo ¿Es malo acaso querer estar en forma? eso es patético, los dos son patéticos. —afirmó el castaño.

—No, eso no está mal, lo que sí está mal es hacer lo que tú haces —su padre suspiro—. No haces tus deberes por hacer ejercicio, no paras con los deportes, incluso no duermes por estar haciendo ejercicio, y si le sumamos los esteroides y los implantes... Este es tu cuarto desgarre en un mes... de verdad estás enfermo.

—Eso es muy normal, los boxeadores lo hacen. —bufo.

—Pero tú no eres un boxeador —las palabras de su padre estaban llenas de dureza—. Eres un joven Ethan, estás arruinando tu vida.

—Mentira, todo lo que hago, lo hago para estar bien, para verme mejor y ustedes no me apoyan. —la impotencia comenzaba a invadir al implicado y eso no era bueno.

—Mira, Ethan, tienes que entender que estás mal, y nosotros te vamos a ayudar —el timbre de la puerta sonó—. Tú tienes vigorexia y tienes que recuperarte.

En ese momento entraron dos hombres y una mujer, todos vestidos de blanco.

—Te llevarán a un lugar donde te recuperaras, estarás bien, te lo prometo.

Los hombres se acercaron y el cuerpo de Ethan se llenó de miedo.

Intentó zafarse, forcejear, no estaba dispuesto a irse.

La lucha terminó cuando le inyectaron un tranquilizante.

Los últimos pensamientos del castaño fueron que sus padres estaban locos, él no tenía tal tontería.

Sus padres miraron como se llevaban a su hijo dormido.

Su madre lloraba desconsoladamente por la situación de su hijo.

Fue entonces cuando su padre se sintió un poco culpable.




























Segunda publicación de la noche, espero que les este gustando.

  

𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐘𝐎𝐔𝐑𝐒𝐄𝐋𝐅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora