Despertarse solo en la cama no es lo que uno tiene en mente cuando se ha dormido con alguien al lado. Cuándo me desperté esa mañana Emma no estaba junto a mí. Miré por toda la habitación y no había rastro alguno de que hubiera estado allí. Las sábanas quedaron en el suelo del salto que di para levantarme. La puerta estaba abierta así que salí y bajé las escaleras de un salto. No creía que se hubiera marchado cuando su casa se encontraba a 20 minutos de aquí andando. Entonces la vi mirándome con los ojos como platos. Llevaba la ropa del día anterior y, en su mano, tenía una espátula con la que, segundos antes, estaba removiendo la comida de la sartén. Un pequeño suspiro se escapó de mi boca y me acerqué, con cautela, a ella. Se giró para continuar removiendo la comida. Me fije bien y vi que estaba haciendo unas tortillas que tenían muy buena pinta. La abracé por la cintura y le besé el cuello con tanta delicadeza que la hizo estremecer. Ella se quedó quieta, sin moverse. La cogí de la muñeca y la ayudé a remover la espátula.
-Así, si no la comida se quemará-le susurré en el oído.
Ella despertó de su pequeño trance creado por mí y me miró directamente a los ojos. Esos ojos tan preciosos conectaron con los míos.
-Siento haber usado la cocina sin tu permiso, pero es que quería preparar algo para...-la interrumpí con un beso callándola.
-Hablas mucho y no te preocupes por eso, estoy encantado de que uses la cocina-la besé castamente.
-¿Puedes hacerme un favor?-me pregunto a lo que asentí intrigado por saber que saldría de esos hermosos labios-. ¿Puedes volver a la cama para que te traiga el desayuno?
La miré durante unos segundos con el ceño fruncido. Quería ser yo quien llevara el desayuno a la cama para despertarla como es debido. Negué con la cabeza y le quité la espátula de la mano para cocinar yo.
-Mejor ve tu a la cama, yo termino esto-le dije cogiendo un plato del armario.
-Pero, yo...-sus intentos de protesta fueron interrumpidos por una de mis extrañas miradas asesinas.
-A la cama-le dije algo duro.
Dio un pequeño respingo, mirándome extrañada y con algo de terror. Sacudí mi cabeza y me concentré en la comida. Escuché sus pasos subir las escaleras y yo puse todo en una bandeja con una margarita. Subí las escaleras con el ceño fruncido. ¿Que acababa de pasar conmigo? No me entendía ni yo mismo. Mis reacciones ante todo no eran nada normales. Abrí la puerta y la vi sentada con una sonrisa en los labios. Dejé la bandeja encima de la cama y empezamos a comer. Ella me contaba cosas y yo me reía. Cuando terminamos de comer dejé la bandeja en el suelo y ella me miró. Cogió mi brazo con tanta rapidez que no me enteré de que me estaba tocando el tatuaje. Un poco de humo salió de este y ella se quemó. Le aparté la mano con brusquedad y dolor. Ella miró su mano que estaba roja y me miró con puro terror. En ese momento odié esa mirada.
-¿Que eres?-se levantó de la cama dispuesta a marcharse.
Levanté mi mano y cerré la puerta de un golpe y le puse el seguro. Exactamente no sé como lo hice ya que no me levanté de la cama, pero lo hice. Ella miró la puerta e intentó abrirla, pero no pudo. Me levanté y la acorralé en la pared cogiéndola de sus muñecas. Algo se estaba apoderando de mi en mi interior y yo no era capaz de domarlo, no era capaz de hacer nada en concreto. La miré con ojos furioso y con la mandíbula apretada de rabia. Entonces, cuando vi lágrimas en sus ojos, me decidí a hablar.
-¡Te dije que no lo tocaras!-le gruñí.
Ella me miró a punto de llorar y eso me partió el alma por lo que la solté y me senté en la cama pasándome las manos por el pelo para tranquilizarme. No quería perder el control otra vez y, que alguien que se ha convertido en un persona tan importante para mí, se escape de entre mis brazos.
-¡Estás loco! ¡Eres un maldito controlador impulsivo! ¡No tenías ningún derecho a hacer eso! ¡Ninguno! ¡¿Crees que puedes tratarme como quieras?! ¡¿Causarme terror?! ¡No puede Jeason! ¡Eres un imbécil!-me empezó a gritar.
Apreté con fuerza mis puños y me tiré del pelo. Solo deseaba que no dijera nada más para no perder los estribos.
-No sabes nada...-susurré mirando al suelo.
-¡¿Que no sé nada?! ¡Sé que eres un imbécil! ¡Que me has hecho daño! ¡Eres un monstruo!-esa fue la gota que calmó el baso.
Me levanté de golpe de la cama echando humo por las orejas de la rabia. ¿Como ha podido cambiar todo en menos de un segundo? ¡Todo iba de maravilla!
-¡¿Crees que ser esto es bonito?! ¡¿Lo crees?!-se me quedó mirando mientras la acorralaba a pasos a la pared- ¡No sabes nada! ¡Tu no has nacido así! ¡No sabes nada de mí como para decir eso! ¡No hables antes de saber!-le grité.
La miré con rabia mientras colocaba mis manos al lado de su cabeza. Algo empezó a salir de mi espalda provocando un dolor terrible en mi. Fruncí el ceño y bajé mi cabeza para mirar al suelo. Mis ojos se cerraron con fuerza instintivamente. Algo salió de mí provocando que un grito de puro dolor se escapara de mi garganta. Emma me miraba a los ojos con miedo, entonces apoyé mi cabeza en su hombro y nos derrumbamos en el suelo. Me estaba mareando tanto que me abracé a su pequeño y delicado cuerpo. De su garganta salió un suspiro de terror. Entonces me dí cuenta, a mi alrededor había sangre. Ella me miró de nuevo y me acarició el pelo mientras yo, me relajaba en sus piernas.
-Tienes alas-me dijo-. Jeason...-la miré con cansancio-, ¿que eres?
Acaricié su mejilla para que se sintiera confortada, entonces un mareo me hizo cerrar los ojos.
-No me... creerás-le dije.
-Ahora creo muchas cosas-dijo enredando un pequeño mechón de pelo en su dedo.
-Soy un ángel y un demonio-le dije.
Después de eso no supe nada más, la oscuridad me invadió y lo último que escuché; fue el grito de mi madre.
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ÁNGEL Y DEMONIO (Louis Tomlinson Fanfiction) TERMINADA #Wattys2016
FanfictionÁngel y Demonio, son diferentes, pero pueden tener algo en común. Créditos de portada: @Arimascolo