Epílogo

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*Narrador Omnisciente*

Jessica Parks caminaba con rapidez por las calles de Nueva York mientras hablaba con su jefa, Natalie Istrefi. Como odiaba a esa mujer, por eso se estaba buscando otro trabajo lo más lejos de ella. Había odiado ese trabajo nada más empezar. La falda blanca le apretaba demasiado las rodillas y no podía caminar bien y su chaqueta, también blanca, terminaría en lo más hondo del armario para no verla más. Como odiaba el blanco, ese color neutro y sin vida. La voz chillona de Natalie estaba a punto de romperle el tímpano. Se había olvidado dejar su café rutinario en la mesa de 3000 dolares y, ahora, le estaba dando el sermón más grande de toda su vida.

-¡Eres una estúpida! ¡¿Como has podido olvidar dejar mi café en mi mesa?!-gritó.

Jessica se la imaginó con el pelo revuelto, la cara roja y la vena de la frente marcada, caminando por el amplio despacho. La escena era realmente graciosa de imaginar.

-No te preocupes Natalie, no volveré a olvidar poner tu café encima de tu mesa la próxima vez-dijo.

Se había hartado de aguantar a esa arpía de mujer y nadie la llamaba estúpida a ella. 

-¡Eso espero!-chilló.

-No se me va a olvidar porque te lo voy a tirar por la cabeza-soltó una carcajada.

Se imaginó la cara de incredulidad de su jefa. Debería estar pasmada por su contestación. Jessica no dejaba de reírse en medio de la calle, pero no le importaba, la gente no le prestaba la más mínima atención. 

-¡Estás despedida!-gritó tan fuerte que Jessica tuvo que apartar su teléfono de su oreja.

-¡Mejor!-contestó más que contenta- ¡Así no voy a tener que ver más tu nariz operada y tus labios llenos de botox! ¡Y pobre sea el que te pueda aguantar!

-¡No tienes derecho a decir eso!-dijo.

-¡Ahora puedo decirte lo que sea! ¡Ya no trabajo más para ti! ¡Me acabas de despedir! ¡Y estamos al mismo nivel!-se rió más fuerte.

El grito de frustración que liberó se ex-jefa la hizo seguir riéndose. Natalie colgó el teléfono con rabia. Jessica miró el teléfono con una sonrisa ¡Por fin se sentía libre! Caminó intentando abrir su bolso, era un poco pequeño para ella pero funcional. Cuando pudo conseguir abrirlo, un hombre chocó junto a ella y, todo lo que había en el bolso, cayó por el suelo.

-¡Mierda!-se giró a ver al hombre que hablaba por teléfono como si nada hubiera pasado- ¡Mira por donde vas estúpido!

Empezó a recoger las cosas cuando un hombre se arrodilló a ayudarla. Realmente en esa calle nadie solía pararse a ayudar a alguien, por lo que tubo que levantar la vista para ver si era real o solo estaba soñando, cosa que sería desagradable. Pero no, no estaba soñando. Un atractivo hombre con unos ojos azules preciosos y el pelo castaño-rubio la estaba ayudando a recoger sus cosas. Cuando cruzaron miradas pensaron que se conocían de hacía mucho tiempo. Él la ayudó a levantarse sin dejar de mirarla. Le parecía tan hermosa, la más hermosa entre las más hermosas. Su pelo castaño-rojizo caía en unos preciosos rizos por su espalda y sus ojos verdes eran penetrantes, tanto que sintió que habían descubierto todos y cada uno de sus secretos más ocultos. Cuando ella carraspeó un poco para concentrarse, los dos apartaron la vista e intentaron concentrarse en un punto concreto, pero no lo encontraron.

-¿Se encuentra bien, señorita?-preguntó con su profunda voz.

-Si, si, gracias por, todo-sonrió con timidez.

Esa sonrisa ¡Él la había visto en otro lugar! Pero por más que pensara, no recordaba donde. Jessica vio como fruncía el ceño severamente. Le encantaban sus ojos, la cautivaban. Se dio cuenta de que aun tenía su mano abrazada por la suya. Miró sus manos disimuladamente, pero no lo suficiente para que él lo notara.

ÁNGEL Y DEMONIO (Louis Tomlinson Fanfiction) TERMINADA #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora