La chica del laboratorio 15

Capitulo 11.

Savannah.

Hace 19 años.

—No Lana no puedo llevarte al concurso de ciencias entiéndelo —dijo Sabrina.

Lana brincaba impaciente de un lado a otro persiguiendo a su mamá.

—Por favor es solo una vez al año —insistió Lana.

—Ya dije que no, tengo que llevar a Kate al doctor.

—Solo tuvo un poco de fiebre anoche no está enferma.

Pobre Lana, si nadie la ayudaba antes de que fuera demasiado tarde esa niña terminaría mal.

—No te voy a llevar Lana.

—Pero papá tampoco puede y la tía Savannah está muy ocupada.

De hecho eso había sido una pequeña mentira, no sé en qué momento se me ocurrió vivir temporalmente en esta casa si no fuera porque la mía se había inundado no estaría aquí.

Lana se sentó en un sillón a lado del que yo estaba, la ignore y seguí escribiendo notas en mi cuaderno.

—Cuando sea grande quiero ser como tú.

Levanté la mirada y me encontré con la de Lana, estaba brillosa por las lágrimas que había derramado.

—Bien por t. —dije y volví a concentrarme en mi cuaderno.

—¿Cómo lo hiciste?

—He hecho muchas cosas tienes que ser más específica.

—Trabajar en el laboratorio 15 —aclaro.

Suspire y cerré mi libreta dejándola a un lado, era hora de una linda historia, me encantaba contar historias sobre todo si se trataba de mí eso era algo que según mis padres y mis hermanos debía de preocuparme.

—¿Recuerdas a Miranda?

Lana asintió entusiasmada.

—Bueno ella me ayudo un poco.

—¿En serio? ¿Crees que ella pueda ayudarme a mí?

—No —conteste sin dudar, si Miranda me había ayudado era porque éramos amigas desde la primaria, Lana era una total desconocida —, porque yo lo hare.

Lana sonrió.

—¿En serio?

—Sí, muéstrame tu proyecto si me convence te llevare.

Lana se mostró muy emocionada y fue corriendo arriba, la espere mientras veía las fotografías colgadas en la pared.

Todas eran de Katherine o Katherine y Lana, siempre supe que Katherine recibía más amor que Lana, eso no me ponía triste sino más bien me daba una oportunidad.

En Lana veía una yo más joven... y más tonta. Yo me hubiera escapado de la casa en vez de rogarle a mi madre que me llevara.

—Aquí esta —anuncia Lana con una muñeca en las manos.

En ese momento supe que iba a perder y que yo no me iba a arriesgar a pasar el ridículo con ella.

—Buen intento Lana, mejor suerte para la próxima aun eres muy joven te falta mucho por vivir —le dije y volví a tomar la libreta y el lápiz.

—Ni siquiera lo viste —dijo ella y su voz se rompió —, todos piensan que en verdad no lo logre.

Conocía esa sensación, había vivido en la sombra de mis dos hermanos mayores toda mi vida hasta que me fui de casa y descubrí que si podía hacer algo bueno incluso algo mejor que lo que habían logrado mis hermanos y haría lo que sea para que una persona menos se unieran a la vida detrás de la sombra de alguien.