Capítulo 3

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Tuvimos un camino divertido, todos nos burlabamos de Santi por que se ponía nervioso cada vez que lo miraba. Aunque lejos de todo, tenía una pregunta que me rondaba la cabeza desde la tarde ¿quién le habrá mandado mensaje y que tan grave habrá sido para que se pusiera serio y se fuera así?, deje de lado mis pensamientos ya que despues de un rato llegamos, pararon el carro unas calles antes para poder estacionarse, y antes de bajar todos se pusieron serios y me dijeron un par de cosas bastante extrañas.
— Bien, llegamos — dijo Dilán que era el que conducía.
— Briz, ahí un par de cosas que debemos decirte, no comas nada que no te demos alguno de nosotros, no bebas nada que nosotros no te demos — Sam me miró bastante seria.
— Y lo más importante no te acerques a "Emerald" — dijo Santi con la misma mirada que tenía después de ese mensaje en la tienda.
— Sí, esta bien — nos bajamos y nos dirijimos a una casa donde había mucha gente, como había tomado mis medicamentos estuve bien con eso, mi paranoia no se disparó, aparte ya con lo que los chicos me habían dicho, sería bastante normal verme paranoica.

Entramos y la multitud nos separó, no se como pero estaba dentro de la casa, estaba merodeando y vi unos retratos, estos eran de los que creo son dueños de la casa y sus dos hijos, él que parecía el mayor, tenía el cabello corto, rubio y ojos verdes, muy grandes y hermosos, la segunda era una niña de cabello muy largo, bonita a decir verdad y con ojos marrones parecidos a los del niño, estaba mirando los ojos de la chica cuando tocaron mi hombro y voltee sobresaltada.
— Hola linda, ¿quién eres? — me miraba algo confundido
— Me llamo Brizheidy, ¿quién eres? — lo miró algo curiosa, quería conocer gente la verdad, pero no sabía si lo estaba alucinando, así que por primera vez intenté confíar en mi cabeza.
— Mmm, ¿puedes ver a esa chica del retrato? — me miró juguetón.
— Ammm ¿sí? — estaba confundida y lo miraba incredúla.
— Somos la misma persona — sonrío.
¡¿Qué?!, entonces ¿no es un chico?
— ¿Estas bien? — me miró con una sonrisa burlona.
— Si...es sólo qué... — me interrumpió
— ¿Qué pasó te asustaste? — su cara volvió a tener esa mirada inexpresiva, me sonrrojé, parecía atractivo de unaanera inexplicable y sin sentido. Estaba perdida en mis pensamientos que me olvide de él, aún me miraba, de prontó sólo sentí que tomó mi barbilla y me dijo algo al oído.
— ¿Nadie que advirtió de mi verdad?...— lo dijo con una mira dulce y una voz clamada, luego soltó una pequeña risa, sentí que me temblaron las piernas, me puse muy nerviosa. En ese momemto llegó Santi y me jaló del brazo, retirandome de ese chico.
— Aún no me dices cómo te llamas — lo miré aún sonrrojada
— Será luego princesa — luego miro a Santi y sus ojos se volvieron inexpresivos otra vez y su voy era grave y rasposa otra vez — no tienes derecho a decirle a NADIE QUIEN SOY, OÍSTE IMBÉCIL — tomo mi mano y me dio un papel, luego se alejo caminando y riendo freneticamente, ese chico me causaba escalosfríos.
— ¡¿Qué diablos hacias tú con él?! — de prontó, la música paró, todos ponían atención en nosotros.
— ¡Anda que ¿hacías con él?!, ¡Apoco tú cola ya pide un pene ZORRA! — no entendía por que me hablaba así, pero tampoco se lo iba a permitir.
— ¡HABER IDIOTA, TÚ A MI ME RESPETAS, QUE NO SOY UNA DE TUS PUTAS A LAS QUE PUEDES DECIRLES LO QUE TE DE TÚ MALDITA GANA! ¡Y SI ME GUSTA Y QUIERO ACOSTARME CON ALGUIEN ESE ES MI PROBLEMA IDIOTA! — estaba tan molesta que las palabaras salían de mi boca sin poder controlarlas. De pronto en un abrir y cerrar de ojos me ardía la cara.
Santiago me había dado una bofetada, abrí mis ojos como platos, no entendía nada. De pronto se escuchó una voz de entre la multitud.
— Eres un imbécil, ¿cómo puedes lastimar a una mujer? — se abrió pasó entre la gente era ese chico otra vez, se acercó a mi y me miró, me secó las lagrimas y miró con odio a Santiago.
— ¡Alejate de ella, que no ves que todo esto es tú culpa idiota!— parecía que ellos tenían algo más que eso.
— Carajo Santi, ya olvida lo que paso con la zorra de Chloe ¿no? — río friamente, encerio que a este punto hasta yo tenía mucho miedo — ¿Te duele mucho princesa? — me miro con una sonrisa bastante cálida que me sentí protegida.

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⏰ Última actualización: Dec 04, 2022 ⏰

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