Recordaba a Enoch Kane como un chico alto y confiado, un poco escuálido y torpe a pesar de todo, pero yo solía tropezarme con mis propios pies también, nunca habíamos interactuado más allá de algunos saludos pues la regla de oro de mi hermano era clara "No te acerques a mis amigos, Darcy" sin embargo el hombre que había tomado asiento junto a mí era todo lo contrario a lo que recordaba de aquel chico de doce años.Sentados codo a codo aún parecía no reconocerme, parecía ignorar mí presencia aún estando a cinco centímetros de distancia. Lo que era claro es que seguía siendo un jugador, diferentes mujeres se acercaban solo a sonreírle y tal vez lograr una pequeña charla, luego de que una pelirroja terminará su intento de coqueteo por fin Enoch volteó a mí lado y una expresión sorprendida lo iluminó, ni siquiera se molestó en esconderla.
—Ya quita esa cara de idiota.
—No puedo creer que estoy en presencia de la mismísima Darcy Winslow.— El tono de broma era claro en su voz, estaba buscando meterse conmigo.— Aún recuerdo cuando solías perseguirme con tus colitas a cada lado de tu cabeza.
Me prometí no caer ante cualquiera de sus provocaciones. —Pues yo recuerdo que eras un niño débilucho y delicado.— Enoch me envió una mirada de advertencia.
—Y ahora las chicas se mueren por mí ¿Qué puedo decir?
Rode los ojos por su exceso de arrogancia. —Aún así, me parece sorprendente que te acuerdes de mí.
—¿Quién se olvidaría a la princesa de hielo, Darcy?.— La mención de aquel apodo me puso los pelos de punta, hace un tiempo atrás un reportaje me catalogó como la heredera con el corazón más frío, muchos falsos testimonios se dieron afirmando que rompía corazones todo el tiempo y a todo mundo.
Rodé los ojos. —No creí que fueras de los que se dejan llevar por rumores.
Se puede decir que por el resto de la cena nos ignoramos mutuamente, estaba algo decepcionada, al empezar la noche tenía altas expectativas en el chico, esperando encontrarme con alguien tal vez más simpático o menos guarro, aún así su personalidad extrovertida y avasallante lo llevaron a coquetear con distintas mujeres de todas edades que se acercaban a nuestra mesa con el fin de entablar conversación con mi compañero de mesa, desgraciadamente me tocó ser testigo de cada insinuación y comentario desubicado. Cuando la cena terminó y la banda en vivo comenzó a tocar más canciones, me mantuve en una esquina, a veces sentía que podían fácilmente confundirme con el decorado en las paredes.
Observé a mi hermano coquetear descaradamente con una morena de vestido brillante, negué con la cabeza ante la decepción, vivo quejándome de los cerdos sin corazón pero acabé viviendo con uno.
Los Watts eran nuestros anfitriones esta noche, habían organizado una increíble velada y antes de continuar la noche nos llamaron al escenario, ahora que volvía a verlo cargaba con una falsa sonrisa, la misma que pone en los negocios.
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Cuando Nadie Ve
Teen Fiction"-No puedes obligarme. -¿Eso crees? Vas a ayudarme o todo el mundo se enterará de tu sucio secreto." Y así, en un desesperado intento por huir de los arreglos matrimoniales de mi hermano, terminé uniendo fuerzas con el enemigo.