Un nuevo comienzo

22 3 1
                                    

Hola, mi nombre es Sara, Sara Jones, la cual ahora se encuentra armando las valijas y empacando todo lo de mi habitación con la ayuda de mi mejor amiga, Juli. Ya que dentro poco me mudaría a Nueva york, por cierto, soy de Ottawa, Canadá, bueno lo que decía, pronto me mudare a Nueva York ya que gracias a mi padre conseguí una beca para Trinity School, unas de las mejores escuelas de la ciudad.
-Aun no me lo puedo creer, es decir, vas a ir a Trinity School ¿y tu ahí como si nada? deberías estar contenta -me dijo mi amiga con una sonrisa embobada, la verdad no me parecía la gran cosa esa escuela, es decir, si, pero a la vez no quiero ir, no quiero dejar al lugar donde crecí, dejar a mis amigos de la infancia, familiares y a ella... Pero bueno, eso ya es otro asunto.

-Tampoco es para tanto, es decir, me emociona y todo, pero creo que no me adaptare tan fácil -le dije mientras guardaba algunas prendas en la maleta- Te voy a extrañar mucho -dije haciendo puchero.

-Joder Sara, no empieces con tus estupideces, sabes que yo te iré a visitar cuando pueda, y que tu podrás venir en las vacaciones, que siempre estaremos comunicadas, hablaremos siempre después de clases, y me contaras si te has ligado a una chica, pero nunca dejare de hablarte, no seas imbécil Sara -dijo riendo levemente.

Ya se habían hecho las 7 de la tarde, por ende Juli se tenia que ir.
-Cuando llegue a casa te escribo, ¿ok? -Dijo ella mientras me abrazaba.

-Ok, ten cuidado y mira a los costados antes de cruzar la calle -le respondí en sarcasmo.
-Sí mamá, tendré mucho cuidado -me respondió mientras se alejaba de la casa.
Luego de eso me encargue de preparar la comida antes de que vinieran mis padres, ya que dentro de poco llegarían de su reunión en la empresa, de la cual, mi padre es dueño. Había preparado pasta con salsa. En eso siento la puerta abrirse, eran mis padres quienes ya habían llegado.

-Ya llegamos hija -dijo mi padre mientras dejaba su abrigo en la percha que hay en la entrada de casa, al igual que mi madre.
La verdad no tengo la mejor relación con ellos, muchos menos con mi madre, pero creo que es normal en las familia, o al menos eso pienso, siempre hay un familiar con los que no nos llevemos muy bien, en mi caso es mi madre, ella siempre busca la manera de pelear, hasta con lo mas mínimo, creo que eso es lo que me agrada de irme a vivir sola, el simple hecho de estar tranquila, sin la preocupación de que mi madre entre por la puerta para quejarse de algún error que cometí.

Luego de eso cenamos sin decir nada, simplemente estuvimos en silencio toda la cena, después yo me fui a mi habitación, agarre mi celular y vi que tenia una llamada perdida de Julieta, me recosté en mi cama y la llame, segundos después ella atiende.
-Perdón por no responder antes, estaba cenando -dije mientras acomodaba mi almohada-

-Sí, no te preocupes, entiendo -me respondió para luego fruncir el ceño.

-¿Qué pasa? -pregunte con cara de confusión.

-No, es que estaba pensando, ahora que te vas a Nueva York, que va a pasar con Annalie, osea, no son nada pero ¿tenes pensado decirle?, es decir, están a nada de tener algo -me dijo divagando.

-Al respecto de eso, haces unos días discutimos -al decir eso ella frunció mas el ceño.

-¿En serio, pero por qué, qué paso? -me pregunto con un tono de confusión -Es decir, estaba todo bien con ustedes.

-Lo que pasa es que ella se enojo conmigo por que no quise aceptar ir a un lugar con ella, pero tampoco me dejo explicarle el porque, me dijo que yo nunca quería hacer nada y bueno, eso.

-Mh... ¿Y tienes pensado hacer algo?

-Nop, es decir, dentro de unos días me voy de la ciudad, por ende significa comenzar una nueva vida, tengo pensado dejarla en el pasado, es una persona muy toxica, no me hará bien seguir con ella -dije seria.

-Esta bien, tu sabrás lo que es mejor para ti, pero prométeme que no me cambiaras por una rubia teñida, toda presumida, porque ahí si, voy hasta allá y te parto la cara con el palo de la escoba -dijo en modo de sarcasmo haciendo que yo riera.

-Sí, sí, prometo nunca cambiarte por una rubia teñida y presumida -dije riendo.

-Y otra cosa -Asentí- si te lías a una tía, dime si o si, te lo pido por favor.

--Que chusma que eres -reí levemente.

-Siempre -dijo en un tono de sarcasmo- bueno te dejo que ya me dio sueño, descansa-

-Okey, descansa Juli, Mañana hablamos, Bye.

-Bye -respondió para luego cortar la llamada.

____________________________________________

Ya habían pasado los días, y llego el día donde me iría a Nueva York, ya habíamos ido al aeropuerto junto a mis padres y Juli, nos despedimos y me subí al avión. Tiempo después llego y pido un taxi para poder ir al departamento que había alquilado días antes de venir, una vez ya en el lugar, desempaque todo y agarre ropa para bañarme, para luego salir a pasear por la ciudad.
En lo que iba caminando y viendo diferente vidrieras y edificio de la ciudad, me encuentro con un pequeño bar, dónde entre para tomar un pequeño descanso a la vez que me tomaba algún café o algo. Siempre fui una persona de tomar mucho café y más si estaba estresada, aún que sabía que eso me pondría más ansiosa. Cuando iba entrando, sin querer choque con alguien.
-Mierda, lo siento, no quise -Dije rápidamente entre tartamudeo sin dejar de ver el suelo, al ver que le había volcado la bandeja donde traía su pedido.
-Mierda... -suspiro la mujer frente a mi- no te preocupes, ya lo arreglo yo -me respondió a lo que yo la miro por primera vez a los ojos, era una joven un poco más alta, quizás unos 6 centímetros más que yo, de tez pálida y pecas que llenaban cada parte de su rostro, como a un lienzo a el cual le salpicaron con pintura, cabello pelirrojo y ojos de un tono azul cielo.
-Lo siento mucho -dije apenada mientras la ayudaba a juntar la cosas.
-No te preocupes, ya lo arreglo yo, como dije anteriormente, todos cometemos errores, esto no es nada, no te disculpes -me dijo la pelirroja con un tono amable, su voz es de un tono cálido, dulce y suave, era relajante escucharla.
Rápidamente la ayude como pude a juntar las cosas y me fui sin decir nada, me sentía muy avergonzada por lo sucedido. Ya es normal en mi que algo malo pase en mi día a día, así que ya estaba acostumbrada, pero igual me avergonzaba.

Luego de tomar mi café, volví a casa y sin dudarlo, llame a Juli para contarle lo que había sucedido ese mismo día en la cafetería.
-Ay, hasta que al fin llama -Dijo mi amiga al responder la llamada.
-Tampoco exageres Julieta -le respondí riendo.
-Esta bien... ¿Cómo estas?¿Llegaste bien? -Julieta me había preguntado con seriedad.
-Bien, dentro de todo bien por suerte, aun que igual, hoy me paso algo muy raro -respondí mientras me tiraba a la cama.  
-Ajá, te escucho -me respondió mi amiga.
-Pues mira, es que no te lo vas a creer, te cuento. Hoy cuando llegue, salí a caminar por la ciudad, para conocer mejor el lugar, pues en eso veo un bar y decido entrar a tomar un café, pero al entrar choco con alguien, y que le tiro todo encima, pero lo peor es que me quede como idiota, encima, era una chica super linda, alta, pelirroja, ojos azul cielo -dije romantizando todo lo que decía.
-Joder, apenas llegas y te enamoras así de fácil -respondió riendo. 
-Es que, si la hubieras visto... -dije mientras pensaba en aquella chica.
-Pues hazte a la idea de que es una ciudad grande, no creo que la vuelvas a ver -Dijo quitando la emoción.
-Tú siempre quitándole la emoción a todo, eres una aburrida -Dije burlándome de ella.
-Aburrida tu tía -pude sentir una leve risa de su parte, que fue interrumpida por una voz a lo lejos- oye Sara, te dejo que me llaman mis padres para cenar -me dijo Julieta.
-¿Ya van a cenar? apenas son las 6:30 -dije sorprendida.
-Pues ya sabes como es mi familia, bueno te dejo, bye -dijo para luego colgar la llamada.
 Deje mi celular sobre la mesa de luz y me levante de mi cama para luego ir a la cocina y prepararme de comer, me había hecho una lasaña simple, con lo que había en mi nevera. Luego de comer me volví a acostar y mire algunas redes sociales, al entrar a instagram vi que Julieta había subido una historia con una foto de nosotras de pequeñas. Le respondí la historia con un corazón, deje mi celular en la mesita de luz y me dormí.  

Amor CómpliceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora