Zipper ꒱ SeungIn

✦: innocent and sweet

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Yang Jeongin era sumamente inocente y dulce, perfecto, tierno cual gatito. Sus rojizos cabellos enfatizaban la belleza natural de sus alargados ojos que recordaban a los de un zorro, exóticos, su perfecta nariz que solo ayudaba a que su perfil luciera atractivo, sus pequeños belfos rojizos asimilando pétalos de rosas. Sin duda, Jeongin era una belleza, nadie podía resistirse a sus encantos eso era algo más que obvio.

Respecto a su personalidad no había mucho que dudar, si alguien le pidiera a Seungmin que comparara a su tierno menor con algún animal elegiría algo así como un gato o una oveja; Jeongin era demasiado ingenuo, siempre podías jugarle una broma o algo así. Claro, eso si podías lidiar con la culpa de verlo llorar después. Yang era dulce, demasiado amable, podrías escupirle en la cara y él se disculparía y eso molestaba de sobremanera a Seungmin.

¿Por qué tanta amabilidad? No entendía absolutamente nada de nada.
Para él las personas siempre habían sido falsas, alardeando de sí mismas cuando en realidad eran basura, fingiendo ser dulces esperando el momento en que deposites tu confianza en ellos para traicionarte, así es el mundo y lamentaba sonar tan cruel pero esa era la realidad. Quizá Yang solo fingía ser dulce. Estaba esperando ese momento para encontrarlo con la guardia baja.

¿Realmente era eso?

—Y allí tienes de nuevo esa expresión de que odias a todos —se burló Felix tomando asiento junto a él y sacándolo de sus pensamientos. Había olvidado que su australiano amigo estaba de visita y se había quedado pensando—. ¿Qué tanto imaginas o qué?

—Nada que te importe —le respondió de mala manera logrando que el otro fingiera llorar—. Deja de ser exagerado.

—¿Oyes eso, Kim Seungmin? Es mi corazón siendo roto por ti —dramatizó una vez más el de rubias cabelleras.

Kim lo ignoró rodando los ojos. Prosiguió a seguir con sus pensamientos, los cuales estaban más que confusos. La primera reacción cuando había visto a Jeongin fue algo así como es un chico lindo; pero a medida que descubría más de él se sentía molesto por alguna razón. Todas las personas en la Universidad parecían estar encantadas con el pequeño (incluso los profesores) y le regalaban cosas que el inocente pelirrojo aceptaba con esa linda sonrisa que tenía, y Seungmin no comprendía, por qué siempre tenía que lucir tan apetecible e inocente.

¿Cómo se comportaría en una situación más... íntima? ¿Sería igual de dulce?

Jamás había creído en la pureza e inocencia, quizá Jeongin no era más que una fachada. Aparentando ser dulce e inocente cuando eso era lo menos que tenía. Estaba muy curioso.

—Felix, ¿qué piensas de Jeongin? —preguntó de la nada haciendo que su rubio amigo despegara la vista de su celular para enfocarla en él.

—¿Jeongin? ¿El niño nuevo? —replicó, y Seungmin asintió—. Me he topado con él varias veces. Es realmente lindo y tierno, ¡demasiado! Es como esos pastelitos coreanos... esos que son dulces y regordetes. Algo así.

Felix también pensaba que el niño ese era agradable. Bueno, era Lee Felix, socializó con más de la mitad de la universidad en su primer día. No podía esperar menos de su extraño amigo.

—¿Por qué la pregunta?

—Por nada. —Se encogió de hombros—. Solo estaba curioso.

Hyung, quiero montar.

De inmediato borró ese pensamiento de su cabeza, Yang con sus labios rojizos abultados en un mohín mientras le rogaba que quería montar porque estaba curioso por saber qué se siente. Debía estar volviéndose loco. Sí, seguramente era eso.

Por favor, quiero subir y bajar.

¡Demonios, no! No podía estar pensando de esa manera de alguien como Jeongin. Seguramente no lo dijo con una mala intención, pero, esos ojitos brillantes chispeaban un deseo insano.

Quizá y solo quizá, Seungmin tendría que marcar territorio como un animal.

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