»cuatro

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— ¡A la izquierda!

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— ¡A la izquierda!

El grito de Alice fue la señal para que el resto del clan Cullen y Layla se pusieran a correr persiguiendo una mancha roja que desaparecía entre los árboles. Emmet se encontró en una carrera con Layla, sorprendido al ver cómo era superado en velocidad y agilidad al esquivar las grandes raíces que sobresalían del bosque de Forks. Si hubiera sido otro momento la vampira no hubiera dudado en retar al gran hombre a una pelea a puño limpio, se preguntaba que tan reales eran aquellos músculos que envolvían su sudadera gris, pero con una sonrisa coqueta se alejó rápidamente de él siguiendo a Victoria, la vampira nómada que tanto deseaba asesinar a Bella Swann.

Los cabellos rojizos estaban a centímetros de sus dedos, podía sentir los ruidosos pasos de Emmet a metros suyo y la emoción de poder arrancar una cabeza luego de décadas empezaba a erizarle la piel. Nada la animaba tanto como asesinar a alguien de su propia especie.

Sus orbes rojizos siguieron el salto casi perfecto de Victoria hacía el otro lado del bosque y antes de que pudiera seguirla la mano de Carlisle envolvió su cintura;— ¡Esperen! Entró al territorio de ellos.

Sus uñas se clavaron en la pálida piel del hombre a su lado y con gruñido se separó de él. El territorio de ellos, pensó con amargura recordando el encuentro que tuvo hace días con un adolescente que se asemejaba mucho a alguien de su pasado, negó con la cabeza, no era momento de dejarse llevar por sus emociones, cuando tuviera la cabeza de Victoria podría hacer todo el caos que quisiera.

— ¡Escapará!

Los gruñidos de múltiples lobos llamó la atención de Jasper y con una pequeña sonrisa grito;— ¡No lo hará!

Layla lamentó la poca precisión de los lobos al ver que Victoria se escapaba de ellos sin dificultad alguna volviendo al territorio de los Cullen, se encontró nuevamente corriendo codo a codo con Emmet quién parecía demasiado enfrascado en la irá de no poder atrapar a la vampira nómada. Vió con diversión como Jasper golpeó el suelo con brusquedad al no atrapar a Victoria, anotando mentalmente algún comentario sarcástico hacía el rubio por la tonta caída.

— ¡Emmet, no!

— ¡Layla!

Era muy tarde para retroceder, sus pies ya no tocaban la tierra del bosque y se vio a si misma saltando junto a Emmet hacía el territorio de los Quileutes. Un lobo embistió a Layla y a Emmet a penas sus pies tocaron el suelo, el último terminó rodando hacía el lago y se levantó inmediatamente dispuesto a pelear contra el animal frente a él. Sin embargo, un aullido hizo que el lobo retrocediera de mala gana y Emmet notó como Layla seguía en el suelo apretando su abdomen con fuerza, la irá fluyendo en sus orbes oscurecidos.

Definitivamente esto no ayudaba a su estado de ánimo.

Arrugó la frente con disgusto, nunca le gustó el olor de los neofitos, la descomposición recién empezaba en sus cuerpos y aún así había sangre humana en sus venas. Edward notó como Layla se detenía y como su nariz se arrugaban al olfatear el hogar de Bella Swann, antes de que pudiera cuestionar a la vampira la puerta de la casa se abrió;— Hola.

HONEY | twilight Donde viven las historias. Descúbrelo ahora