Super héroe 4 - Reencuentros

2 1 0
                                    

El día ha sido pesado. Empezar con un sol brillante y avanzar hacia la tarde con nubes amenazantes es una señal
Esconder las alas, los afectos, y los poderes es agotador, por lo que aburrido al terminar la jornada, cambio el saco por la ramonera pintada y llena de tachas, para relucir las alas negras, y dejar en el maletín junto a los libros flechas y otros artilugios extraños.
Caminar para perderse por la calle, sería el mejor remedio, pensando en digerir un día duro. Revivir los fantasmas, reencontrarse con la madre, aguantar el hacer justicia por sus manos, ser salomónico. Curiosamente, el mejor lugar para neutralizar todo esto es el cementerio para ver su "casa": el nicho en que yacía su cuerpo.
El mismo lugar en que encuentra una visita
Emilia. Su peor verdugo, la que dio el golpe de gracia, visitándolo. Dejando flores y contemplando un muñeco que le dejó de regalo, el cual huele a manzana confitada y malvavisco.
¿Quieres romperme el corazón otra vez?
Ambos se miran. La chica no lo puede creer
El adolescente engominado, con su maletín de cuero lleno de libros de física, y las gafas circulares ahora es un ángel rockero, un maestro que pese a usar converse o botines de punk, genera miedo o respeto, pero tan vulnerable como en su pasado.
La muchacha popular y competitiva, ya que los dos disputaban el primer lugar, es una exitosa empresaria, aunque por dentro tiene miedos, culpas, y ganas de ser distinta, ya que claramente los trajes elegantes y colorines no necesariamente reflejan plenitud
¿Volviste del más allá para matarme? Yo estoy dispuesta a asumir mis culpas
Se miran con los ojos quebrados y con un exceso de vergüenza
Adrián decide dar el primer paso
Mi aspecto es muy potente, pero no podría hacerte daño
Emilia desconcertada, solo atina a gritar
Pero si yo jugaba que era tu enamorada secreta, te hacía unas cartas melosas, motivo de risas de mis amigas, para luego humillarte, romperte la cara, quemar las cartas y hasta quemarte el pelo con encendedores. Merezco que me castigues, yo soy uno de los motivos por los que te mataste
- ¿Me podrías acompañar? Le toma la mano
Es un encuentro extraño entre el más allá y la tierra. La víctima y el victimario, caminan, pero no hacía un portal todo poderoso o a un sacrificio en que asesine a su verdugo,  quedando apuñalado, para luego robar su corazón, si no que terminan en una cafetería
- Es tan bizarro esto, como rayos volviste a vivir, si fui yo la que encontró tu cadáver en la escuela
- No era mi momento aún, me devolvieron pero en forma de un ángel que puede ser visible para los otros, pero solo algunos se dan cuenta de mis alas y mis poderes
- ¿Por qué son alas negras?
- Los angeles siempre son puros y tiernos. De alguna forma había que demostrar que llegue a ese estado por el daño vivido, por como atente contra mi, además el negro es un color lindo. Simboliza luto pero puede ser un nuevo comienzo
- Más allá de todo este proceso que intentó digerir. ¿Por qué decides hablar con quién te hizo daño?
- te responderé con una pregunta: ¿Por qué vas a visitar mi tumba?
- es raro lo que diré. Primero, la culpa por ser mala y cómplice de mucho abuso hacia ti, segundo: eres un poco guardián, a veces pido cosas, como que me ayudes con un negocio e intercedes muy bien por mi. Aún así, sufro mucho por eso, creo que cuando chica por seguir a la masa te maltrataba, cuando en realidad quería preguntarte si estabas leyendo Rayuela o el curioso caso del perro a media noche.
- Podrías haberlo hecho, te habría contado cuáles eran mis personajes favoritos. Quizás por el pánico, te habría contado que en realidad no olía a niñita, si no a canela, naranja y miel. Mamá, siempre me regalaba perfumes raros pero ricos, por qué estaba obsesionada que me viera como Ricky Ricon.
- ¿Llorabas mucho por las noches?
- Hasta el día de hoy lo hago. Aún cuesta por sanar algunas heridas
- ¿Por qué conversas conmigo como si fuera una amiga? Me merezco tu desprecio
- Adrián le toma las manos y le mira a la cara
- No puedo ser malo, no me nace hacer ojo por ojo, no es mi estilo. Creo que las personas pueden cambiar, creo que pese a todo, si puede existir gente bacán. No quiero que sufras, ha sido suficiente tortura en tu mente, luego que me vieses nadar por un charco de sangre, de hecho me sorprendió verte, pero es un gusto pese a todo. Quisiera que habláramos de nuestras vidas, como crecimos y de que forma nos defendemos ante el mundo, el cual es duro, pero puede ser amable si nos hacemos el ánimo de hacerlo asi. Además volví para recuperar el tiempo y reescribir mi historia
Emilia llora
Soy una hija de puta, muchos fuimos una basura. No me merezco que me digas esto
Adrián le seca las lágrimas y le abraza
No te trates así, no me gusta que la gente se trate mal ni sea dura. Todos erramos, pero también acertamos y crecemos, siendo un elemento fuerte para nuestra vida
- Es que soy una estúpida. Pensando en mí castigo y me sales con esto
- No eres estúpida. No castigues a la Emilia del pasado, siendo que yo no lo quiero hacer, bueno?
- Lo intentare
De manera natural la chica le abraza desconsolada, aunque también hay un rasgo predominante dentro de ese gesto
- Hay cosas que no cambian, hueles a chicle de frutilla con anís.

Delirios RealesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora