Lo tenían todo, un matrimonio feliz, ambos se amaban con locura, tenían buenos empleos, una casa linda, cómoda y... Sin embargo había un vacío que no podían llenar.
Bang Chan y Lee Felix deciden asistir a un curso temporal para ser padres sustituto...
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Un hombre y una mujer jugaban en el parque con un pequeño y una pequeña a lo lejos de la vista de un lindo rubio que observaba con dulzura esa tierna escena. Últimamente el rubio se endulzaba demasiado al ver a las familias pasear en el parque que estaba cerca de su casa, él junto a su esposo de vez en cuando iban a dar un paseo, casi siempre recibían algunos pelotazos accidentales que venían por parte de infantes, muchas veces se les acercaron para ir a buscar la pelota y disculparse, y siempre terminaban juntando con ellos.
Se podría decir que eran unos amantes de los niños y a las personas de sus alrededores se les hacía extraño que no hayan planeado adoptar.
—Felix... ¡Hey Felix!— lo llamnó Junmyeon un compañero suyo del trabajo.
Salió de su burbuja y se dio cuenta de que estaba en una cafetería, porque se había citado con Junmyeon para intercambiar algunas ideas.
—Perdón, hyung, estaba pensando— miró al mayor.
—Ya te pareces a uno de mis mocosos, siempre en su mundo e ignorándome— se quejo.
El menor soltó una pequeña risa— Ya, ¿en qué nos habíamos quedado?
—Ah, sí— exclamó— No sé que color va mejor en la pared y que combine con el tono de los sillones, mira, tenemos blanco tiza y blanco hueso— señalando unos cartones con las tonalidades.
—Creo que le va mejor el color hueso, hace resaltar más los marcos en la pared— le contestó.
—Perfecto, ya tenemos todo listo entonces— dijo guardando los cartones y algunas fotos que tenían en la mesa de distintos lugares de una casa en su bolso.
—Bien, entonces ya me voy, Chan de seguro ya viene por mí.
—Lix, espera— lo llamó su compañero— Nada más quería agradecerte por cuidar de mis niños, con esto que Yixing está en China y yo en el trabajo, se me dificulta mucho cuidarlos.
Junmyeon al ser de un cargo más alto, solía estar un poco más ocupado que el menor y el tener un marido que fue transferido no hacía más fácil cuidar de sus pequeños. Felix al ver lo desesperado que estaba cuando podía se ofrecía a cuidarlos, él amaba a esos niños.
—Descuida, está bien, tus hijos son un amor.
—Me tienes que enseñar a preparar el bubble tea para Sehun, desde que probó el tuyo no quiere el comprado.
—Claro, cuando quieras te enseño— miró la hora en su reloj— Perdona, me tengo que ir.
—Sí, descuida, adiós Felix— se despidió.
Felix estaba demasiado cansado como para ir caminando hasta su casa o ir en transporte público así que, como Chan era el que disponía de auto le pidió que lo pasara a buscar a la cafetería y el mayor no pensaba negarse a su tierno esposito.
