Una manzana acaramelada

79 8 2
                                    

Izo puede decir que está alegre, por tener un hijo tranquilo, respetuoso y que ama la moda como el; era inteligente también, que cuando lo ayudaba estudiar no tenía problemas.

A veces se compadecía de marco, este era inteligente pero luffy se distraía muy rápido; cuál no podía ni si quiera que estudie por si mismo.

Solo podía poner se a estudiar, cuando tenía carne enfrente... Si no se lo come primero cierto.

De su otro hermano y Ace, pues... Es un caso especial; ¿Quien enseña a quien?.

Aunque tenía cierto razón del porque esa situación, al ser un ente de oscuridad y único de su raza; lo trataban mal que lo acosaba tanto y se quedó en casa, aprendiendo su afición e aprendía controlar su poderes.

Por su parte pues, era inteligente y tenía poderes de cualquier brujo estaría celoso; también su belleza que deslumbraba en sí.

Podrían criticarle por usar pistolas en su mayor parte, pero no su moda o te matara; por eso hizo un leve cambio a su ropa como geisha y ya no con un simple kimono, también su peinado era algo semejante ante eso; teniendo adornos de oro, si antes no sabía si utilizar maquillaje ahora sí lo utilizaba.

No es que no le permitían, es que cansador utilizar en batalla maquillaje y poner un truco de magia cada rato para que no se le caiga de su rostro.

Bueno es cosa de sacrificar la belleza y ser fuerte, así que estaba bien; pero ahora que tenian que descubrir el punto ciego de teach, es mejor utilizar maquillaje; no había problema alguno.

Llevaba a sabo al colegio junto a luffy, cuál se maravillaba ver mariposas pasar a su lado; sin nada más el viento tiraba un gélido frío.

Se iba a cercar el invierno, se comprende eso; pero en el pueblo donde estaba no, solo había primavera y eso lo confundía al pequeño luffy.

Sabo busca encontrar lógica a veces, pero luego se resigna; ya que está en mundo mágico y no dónde todas las personas no tenían poderes.

Cualquiera puede decir que no tiene problema con sabo, pues si no tiene problemas; solo lo único era que robaba sus libros para aprender más lo que quiere saber.

Tenía una amiga y era quien controlaba un poco esa manía a sabo, como era su nombre... Cierto koala; era cuidaba por un hombre pez.

Se alegraba que tenga aunque sea un amigo y se ponga a solamente explorar más su poderes; con el fin de ganarle a Ace.

Dejandolo que entrara junto con luffy, se fue de ahí; sonriendo mientras recordaba a su pequeño intentar hablar y sus primeras palabras era "Libertad", porque le dejo adentro de su carril.

Todo un loquillo, al menos su palabra no fue carne como el de Luffy, hablando de ese; esperaba que no le sacará más canas al pobre de marco, ya era suficiente verlo enojarse por las bromas de thatch para que lo aumente más problemas.

Pero, marco decidió cuidarlo su problema; aunque lo recompensa el niño siendo un ángel.

Nunca pudo comprender ese sentimiento de padre, que tienen algunos y solamente lo hacía por compromiso al ver que el niño estaba solo; al igual que el.

Su hermano menor murió y sus padres los abandono, por tener esos gusto de vestirse así; no es su problema ser el mismo, así que la gran parte del tiempo se basaba en hacer lo que mejor podía; bailar o hacer hechizos ganando dinero.

Pagando una casa de cuarta, siendo cada rato presionado y nunca yendo al colegio o teniendo amigos; si no fuera que cuando tuvo los 9 años, cuál todo cambio.

Recordar el momento cálido, bajo la lluvia; mientras era cargado por ese hombre, cuál le propuso ser su hijo; al verlo solo y posiblemente para evitar que el este trabajando de manera tan cruel.

Ainsi bas la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora