Capitulo 2: Regresando

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Ayato se desperto sobresaltada, el sudor empapaba su frente y su cabello; se dio cuenta de que se encontraba en su habitacion. No le dio tiempo de analizar lo que estaba sucediendo, cuando un fuerte ardor golpeo su pecho; preocupada se acerco al espejo que tenia y descubrio su pecho, haciendo ver una cicatriz en el medio de su pecho y que parecia ser nueva. Ayato se dio cuenta de que era la cicatriz que se habia hecho en su sueño....su sueño....Ayato abrio los ojos aterrorizada y sin importarle estar en pijama, bajo hacia la cocina, esperando encontrar a sus hermanos. Ella tenia el presentimiento de que no habia sido un sueño, si no la pura realidad, del ataque de los Mukami, Kino y Tsukinami junto a las muertes de sus hermanos y padre. Ayato corrio lo mas rapido que pudo, llevaba una expresion de preocupacion y lagrimas no derramadas que se juntaban en sus ojos. Sin mas, al llegar al comedor, abrio las puertas y ahi vio a sus hermanos. Reiji regañando a Subaru por romper otra pared, Shu durmiendo, Raito molestando a Kanato y este insultandole, hasta Yui se unía en manera de suavizar las cosas. Como Ayato habia abierto las puertas de manera fuerte, sus hermanos voltearon a verla. Raito fue él que se paro, para molestarla, pero fue sorprendido cuando su hermanita menor lo abrazo con fuerza y sintio su hombro humedo, signo de que Ayato estaba llorando:

Raito: Aya-chan? *preocupado la separa un poco* que sucede?

Ayato: *respira varias veces* Yo....

Reiji: Ayato...que demonios estas...? 0.0 *sorprendido*

Ayato se lanzo abrazar a Reiji para molestia de Raito y no pudo retener las lagrimas. Tuvo pavor pensando que lo que habia soñado no habia sido un sueño si no la realidad, por suerte era un sueño. Ayato no estaba dispuesta a soltar a su hermano mayor, ni por un momento. Fue separada sutilmente y Ayato empezo a tener un ataque de panico, pensando que era Ruki quien se la llevaba. Todos los varones Sakamaki mas Yui se acercaron a Ayato intentado calmarla. Shu tenia en sus brazos a su hermanita menor que se encontraba dormida, Reiji tuvo que sedarla por el ataque que tuvo; Shu no sabia que le pasaba a su hermana, pero lo que si sabia es que antes de que fuera sedada, un nombre se escapo de los labios de Ayato:

Shu: *acaricia el cabello de Ayato* quien crees quien sea Kino, Reiji?

Reiji: No se....*ve a su hermana* pero debe ser una horrible persona por haber puesto de esa manera a Ayato

Raito: jamas la vi teniendo un ataque asi y jamas habia llorado

Subaru: parecia conmocionada al vernos como si hubiera visto un fantasma *triste*

Kanato: es mejor dejarla descansar

Reiji: es cierto le traere el desayuno, vamos *todos salen*

Ayato poco despues desperto, observando que se encontraba en su habitacion, se sentia atontada, cerro los ojos por un momento para concentrarse y entender la situacion en la que estaba. Ayato estaba segura de que no habia sido un sueño. Sus hermanos habian muerto, los Mukami habian traicionado a su padre, los Tsukinami tambien lo habian traicionado y ademas estaba Kino, ese desgraciado que habia matado a su padre y a su hermano mayor. Ayato sabia que su padre habia intentado romper el trato que tenia con la iglesia y hacer una alianza con la asociacion de los cazadores. Ayato tenia la teoria de que la iglesia se alio con Kino para que este les diera jovenes vampiresas y asi torturarlas. La joven cerro los ojos por un momento pensando en lo que hubiera pasado si no se hubiera suicidado. Habria sido torturada por esos clerigos. Pero ahora, ella sabia que tenia que hacer....debia proteger a sus hermanos y a su padre, ella debia detener los planes de Kino, sin embargo los Mukami habian traicionado, esperaba no equivocarse, a su padre cuando ella habia cumplido los 19 años. Eso queria decir, que Ayato tenia en esta linea de tiempo 17 años, dos años antes de la traicion hacia su padre. Entonces a Ayato se le dio la idea de mantener a sus hermanos alejados de los Mukami, pero tambien intervendria en la traicion que ellos podian hacer. Ayato debia ganarse el cariño de los seres que mas odiaba y hacerse ver como una hermana menor.

Una segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora