"Objeto de deseo"

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Se sentía ahogado en aquella enorme habitación ¿Cuánto tiempo había pasado desde que se sintió así? Recordaba vagamente aquel sentimiento de sus días de colegio cuando vivía con un nudo en la garganta y la constante ansiedad de la vida. Vio a sus amigos como compartían igual que siempre, como reían y se hacían bromas ¿Había algo extraño en ellos? Todos le preguntaron si le pasaba algo, no era usual que estuviera tan callado y es cierto, el siempre era el alma de la fiesta y quizás todos esperaban que lo fuera siempre. Se excuso diciendo que tenía mucho sueño, el trabajo lo estaba consumiendo y en parte era verdad. Tenía un trabajo esporádico sin estabilidad y eso le apretaba el estómago ¿Quién lo mandaba a estudiar esa estúpida carrera saturada? A sus veintiséis años no había logrado nada, ni casa, ni empleo estable, ni auto ni nada. No, si quiera una relación tenía, mendiga  un sueldo paupérrimo a costa de sacrificó y no sabía si valía realmente la pena.

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Y ahí iba un poco el meollo del asunto, su patética y fracasada vida en todos los ámbitos, pero por sobre todo, en el amor. Miro al castaño que sonreía imperturbable aguantando las bromas de Husk y Niffty. Siempre tan estoico y caballero, eso es lo que más admiraba. Se acurrucó en el sillón y prendió un cigarro, aún recordaba las caricias, las palabras sucias y los roces que compartieron unas noches atrás. Pero, ¿Por qué era especial? El había compartido muchas noches de esas con tantos hombres en este último tiempo, sin embargo el le dijo las palabras precisas y el coqueteo fue candente y entretenido ¿Cuándo había pasado de ser tan solo un juego?¿Por qué se le apretaba el estómago al ver los ojos rubí que le agradecían por todo lo que había hecho? Alastor estaba pasando por un mal momento y el lo apoyó y cruzaron una línea que no debieron cruzar. Todos quieren su cuerpo y nada más, nadie se preocupaba realmente de lo que es como persona, nadie se quedaba con él, nadie lo elegía a él. Solo se comportaban lindo cuando querían conseguir su cuerpo, de ahí lo botaban como un trapo sucio. Reía de la ironía, el mismo quería jugar con fuego, el mismo intento tener encuentros de una noche y solo logro sentirse aún más usado y depresivo que antes.

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Su mejor amiga había empezado a salir con un hombre hace poco y desapareció de la faz de la tierra ¿Qué había pasado con todas las promesas y las palabras de amor? Nada había válido porque ella ahora pasaba todo su tiempo con el hombre y ya no podía contar con ella. Se estaba hundiendo, era cierto, tenía más amigos queridos, Charlie y Vaggie eran unas de ellas, pero perder a alguien que se preocupaba por ti es un golpe duro. ¿Será verdad aquel rumor que le dijo la rubia?¿Cómo había sido?

-Cherry te quiere, se le nota en los ojos—y eso le sorprendió porque ella jamás ha dado una señal de que ese sea el caso. Decidió no hacer caso a aquel rumor, ya que la pelirroja no le había dicho nada, ni si quiera le insinuó tener algún otro tipo de sentimiento que no fuera de amistad. Pasaban harto tiempo juntos y compartían una amistad única, quizás había confiado demasiado rápido, quizás se había dejado llevar y ahora lo había dejado de lado cuál basura y todo había sido por no acostarse con ella. Miro a los demás y se excuso para retirarse a su cuarto, estaban en la casa que compartía con Husk, todos iban a pasar la noche del viernes allí pero el no tenía ganas. Recorrió todo el camino hasta su pequeño cuarto al final del pasillo. Aún recordaba el fibroso cuerpo de Alastor en su recamara, las risas, los besos, las caricias. Habían actuado como novios y no había sido la primera vez. Se acostó, cerrando los ojos mientras contemplaba el cielo estrellado.

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Todo había empezado en una fiesta. El había conocido a la rubia y su pareja por ser de la misma clase de la universidad. Habían combinado de buena manera y hasta se podía considerar que eran sus amigas. Un día Charlie lo invito a una fiesta de su círculo cercano y el acepto de buen gana, siempre le venía bien conocer gente y divertirse. Y allí lo vio, entre la multitud. Alto, guapo y carismático. Allí lo vio conversando junto a una mujer esbelta de porte galante que lo trataba con familiaridad, tanto así que parecían hermanos verdaderos. Charlie los presento y desde el primer momento sintió una química extraña entre ellos. Miradas, sonrisas y pequeños flirteo que se dieron y mientras más avanzaba la noche, más avanzaba el tono de los coqueteos. Llegaron a descaradamente acariciarse y besarse en público, vió el rostro furioso de la mujer alta de antes y el rostro crispado de Cherry. Nadie dijo nada pero era un secreto a voces que aquella mujer estaba enamorada de Alastor y Cherry de Anthony. Nadie se atrevió a romper la pequeña burbuja que habían creado entre ellos y entonces Alastor le dijo una frase:

-Aun día de estos te voy a follar como nunca—y Anthony quedó con las piernas temblando de placer. Hace tanto tiempo no había tenido tanto deseo por un solo individuo y si, el tenía harto sexo, quizás hasta fuera un problema en su vida ¿Cómo había sucedido aquella situación? El quería divertirse, después se dio cuenta que no lo era para nada. Cada mes que pasaba, más objeto se sentía. Muchas personas pasaban por sus brazos y cada uno le dejaba de hablar y de mirar al momento que el acto terminaba. Las risas y chistes compartidos se perdían por el desagüe ¿Y que es lo que realmente buscaba? Ni el mismo sabía. Se llenaba la boca de dichos sobre relaciones abiertas, sobre soltería y las ventajas de esta y ahora buscaba un vestigio de amor en cada pecho que acariciaba. Nadie podía llenarle ni darle lo que realmente buscaba y Alastor, al principio, no fue distinto. Pensaba no verlo más o actuar como un simple conocido la próxima vez, pero en cada fiesta o junta que tenían se comportaban como una pareja. Se saludaban y despedían de besos, se abrazaban y acariciaban ¿Qué significaba todo aquello? Su cabeza empezó a desdibujar aquella línea que separaba su deseo carnal al deseo del corazón. Un día se juntaron los dos solos en su pieza, charlaron, se conocieron y follaron. No fue nada especial o quizás lo fue mucho. Anthony se sentía realmente feliz entre esas cuatro paredes, después, Alastor le contó sus problemas y tenía varios. Monetarios, de vivienda, de amistades y relaciones. Se sentía estresado y deprimido, busco apoyo en Anthony y este se lo ofreció en bandeja, desde ese día los brazos del rubio eran el refugio de Alastor.

-Pero no te veo de aquella manera, quieres que sea sincero y lo soy. Aunque no por ello no agradeceré lo que haz hecho por mi— y algo en el se quebró, sumándole que había perdido a Cherry y todo el problema existencial que estaba teniendo en ese último tiempo. La tristeza lo invadió y de ahí no podía salir, pero aún así seguía apoyándolo porque su historia realmente lo conmovió ¿Era tonto de su parte? El también le había dicho que no quería una relación y en parte era cierto, le tenía un miedo atroz, pero quizás y solo quizás lo hubiera dejado todo por Alastor.

-¿Estás bien?—abrió la puerta Husk y Anthony asintio calmándolo, se encontraba cansado por el trabajo, mintió diciendo que mañana le tocaba turno y aquello calmo al pelinegro. Al cerrarse la puerta, el rubio suspiro tranquilo, aunque odiara la soledad, debía estarlo por unas horas o quizás días, debía ordenar su cabeza, estaba llegando a su límite.

Otro de sus viejos amigos lo había utilizado y eso aún le dolía un poco el alma. Husk había terminado con su pareja recientemente y Anthony se ofreció a acompañarlo y comer o tomar los dos juntos. Todo termino en sexo entre ellos. Él no pudo decirle que no a su amigo que lo había escuchado en las noches más duras. Se dejó utilizar, Husk no lo amaba, ni si quiera le gustaba, pero su cuerpo lo podía aceptar. Anthony lo tomo como una misión que debía realizar y lo hizo estoicamente, dejarse utilizar, dejarse besar y follar sin problema. No podía evitar ayudar al resto aunque eso le costará un pedazo de su alma.

Se sentía vacío y sentía que no le quedaba ya nada en su vida. Alastor no vino aquella noche preguntando por él, simplemente siguió festejando y se fue al otro día sin decir adiós. Aquello fue una señal y a la vez, el no quería verla. Jamás volvieron a hablar, el no insistió y Alastor no lo busco más. Husk le dejo de hablar y jamás conecto con Cherry. La vida te va alejando de personas que amas y duele, un montón, pero aprendes y valoras cada interacción que queda, pensando, tiempo después, que todo fue para mejor.

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FIN

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