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Se les estaba haciendo tarde, mucho en realidad. Su madre conducía con rapidez y en menos de cinco minutos estuvieron enfrente del colegio a dónde pertenecían los adolescentes, junto a su hermana bajaron del auto luego de despedir a la mujer.

—Que tengan una maravilloso día mis amores ¡Suerte, los amo!— Sin nada más que decir la mujer cerro la ventana y condujo lejos del lugar.

En cambio los dos hermanos corrieron antes de que les cerrarán las puertas y vaya su suerte, al haber ingresado cada uno tomo camino a su aula.

Jungkook quien iba a paso relajado se puso tenso al oír la campana sonar con persistencia, volvió a la realidad y corrió como pudo antes de que su querido profesor de literatura no lo dejase entrar a clases. Un minuto, él había llegado y al minuto de que pudiera sentarse el profesor llegó dando los muy buenos días.

—Buenos días a todos, espero hayan traído su trabajo, a los desafortunados los espero en sala de profesores mañana, es su última oportunidad. —Dijo aquello viendo a algunos alumnos los cuales eran un poco relajados, por no decir bastante, parando la vista un tanto cansado y con molestia, en Jungkook.

Y sí, él no había llevado su trabajo, no lo había olvidado demoró todo el fin de semana en poder escribir correctamente cumpliendo todos los criterios que su profesor les indicó, lastima que le bajarían dos puntos por responsabilidad y puntualidad, de todas formas terminaría con una nota destacada estaba seguro de aquello.

—Pss, ¿Olvidaste el trabajo? Si que eres un verdadero imbe-

Fue interrumpido por el profesor quien hace ya un rato lo venía escuchando.

—A ver Jung ¿podría hacer silencio?, Gracias.

Luego de ese, un tanto penoso, momento el docente simplemente dió su clase con total normalidad, dejándoles otra nueva tarea, su última calificación. Todos estaban con cara de estresados y con ojos cansados, estaban a una semana y media de terminar las clases y ya no podían más, los trabajos se te acumulan el triple, exámenes cada que parpadeas, preparación de los actos de navidad, quedar para ensayar y no hacer el ridículo frente a medio colegio. Un asco total o bueno eso pensaba Jungkook quien no tenía cabeza para tanto en ese preciso instante.

Finalmente, el recreo.

Habían pasado tres desastrosas horas de clase, una de literatura y dos de matemática, odiaba los días jueves. Realmente lo hacía y ahora más porque todos los jueves desde hace un par de meses tenía que escuchar a su hermana hablar sobre el chico que le gustaba de su clase de piano, ella toma lecciones de piano todos los martes, jueves y viernes, pero tal parece ser que esté muchachito solo puede ir los jueves y  él era el que tenía que aguantarse todas las emociones alborotadas de su hermana menor de solo catorce años.

Jungkook pensaba que era algo pequeña aún para pensar en chicos pero realmente se sentía bien y algo contento de que su pequeña hermanita este experimentando cosas nuevas. Pero ya estresaba.

—¡Jungkook, no sabes lo que pasó!— Fue corriendo hasta él su hermana, Yoorim.

La muchachita venía a toda velocidad, o lo que podía, con una sonrisa de oreja a oreja pegada en su cara. Desprendía una felicidad un poco preocupante.

Su hermano suponiendo lo que ocurrió solo suspiro agotado y se rindió para así dejar de comer y darle su total atención a su hermanita, la cuál lo ameritaba urgentemente.

Luego de aquella larga, en verdad larga, charla de como Harua, el chico que le gustaba le pidió para salir un día de estos, esto fue suficiente para que Yoorim quisiera gritar en medio de la cafetería.

—Que bien yoo, espero la pases bien, ¿Ya le dijiste a mamá?—Le pregunto antes de meterse un pedazo de pastel a la boca.

Ella negó.

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⏰ Última actualización: Feb 01, 2023 ⏰

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Amor sabor café • KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora