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Taehyung era un rubio muy bonito, sociable y afable, aunque también un poco altanero, pero no lo sacaba mucho a relucir, por esta razón tenía gente detrás de él, pero no le interesaba mucho el tema de relaciones amorosas, no hasta que conoció a su actual novio: Bogum, un castaño con ojos como uvas, buen cuerpo y muy atento. Se conocieron en la universidad a la que asistían, de una manera bastante peculiar, aunque Bogum prefería decirle especial.



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Hace unos meses, Taehyung estaba en su automóvil ya encendido, trató de avanzar, pero en vez de esto, lo que hizo fue retroceder y ¡Paf! Un alarido de dolor se escuchó por todo el estacionamiento. El rubio asustado bajó de su Mazda 6 negro yendo a ver qué ocurrió, divisando a un castaño quien se retorcía en el pavimento. Se acercó de manera instantánea para asegurarse de que no haya sido algo grave y que el castaño solo exageraba, pero no.

Según había notado fracturó cuatro de sus dedos del pie, el único sobreviviente era el pulgar. Se disculpó un millón de veces, pero el castaño le restaba importancia, aparentando que no dolía. No después de ver el angelical rostro de el rubio, el dolor había pasado a segundo plano, solo pensaba en la belleza de aquel rubio frente a él con un semblante preocupado.

El rubio se ofreció a llevar al castaño a la clínica más cercana, siendo aceptado –después de mucha insistencia–. Al llegar, el castaño fue derivado a una sala de urgencias, siendo seguido por el rubio. Sentaron al castaño en una camilla con pulcras y elegantes sábanas, mientras examinaban su pie.

—Cubriré los gastos, será mi disculpa. —informó el rubio.

—No es necesario. —entonó el castaño restándole importancia a la situación.

Para su sorpresa el rubio salió de la habitación dirigiéndose a quién sabe dónde, aunque supuso que no muy lejos, pues sus pertenencias yacían en el sillón a un lado de la camilla.

Fueron largos minutos de aburrimiento para el castaño, había dejado su teléfono en su auto -el cual nunca pudo tomar, pues había sido atropellado.-, estando sin compañía alguna y casi muriéndose por no hablar. Sí, es exagerado, pero él era un alma sociable, no lo juzguen.

La puerta se abrió lentamente dejando ver a el rubio entrar de manera natural, luciendo ese atuendo tan precioso. Tal vez exageraba nuevamente, porque el rubio solo traía una blusa corte en v y unos pantalones negros.

Ahí sospecho qué tal vez el rubio le interesaba.



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Llevaban unos seis meses de relación, donde ambos habían acumulado experiencias mutuas, entre esas el mismo sexo. Si bien el castaño era bueno, el quería expandir sus conocimientos en cuanto a este, quería practicar cosas innovadoras.

Así llamaba él a sus fetiches, para que su novio aceptara y fuera más excitante, pero al momento de pedir que lo tratara de forma violenta –así es cómo describía Bogum el sadomasoquismo–, él se negaba rotundamente. Según palabras de el mismo castaño "Él merecía ser tratado con amor y respeto.", pero vamos, tenía que aprender a separar lo sexual de lo romántico, ya se estaba aburriendo de la dinámica que tenían al momento de intimar.

Besarse, a veces masturbarse mutuamente, pero siempre recordándole lo mucho que lo apreciaba, el castaño arriba, mientras que el rubio estaba abajo, siendo besado de la forma más cursi del mundo. Ni siquiera podía montarlo porque, a pesar de quererlo mucho, siempre quería tener el control.

Pero fuera de el ámbito sexual estaba todo bien, solo tenía que acostumbrarse y podría llevar la fiesta en paz.

Sí, debía dejar de lados sus gustos para complacer los de su pareja.

rules of daddy ✧ kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora