Advertencia: Sexo Anal - Hetero
- Johnny es tu problema.
- Vamos, Teniente.
– Tu decidiste invitarla, tu te haces cargo.
– Me estoy haciendo cargo, por favor teniente déjala dormir aquí.
Los dos sabían que no la podían dejar tirada por ahí, era parte del equipo de Alejandro, había intentado impresionar bebiendo más que cualquiera y ellos no la habían detenido después de que Alejandro la dejara a su cuidado, era su responsabilidad.
– Está bien, déjala en el sillón, si vomita que sea el suelo.
Intentaba visualizar lo que había a su alrededor para ver dónde estaba pero era difícil porque todo estaba muy oscuro, solo logro distinguir una silueta muy grande.
– Tranquila estás conmigo - encendió la lámpara.
– ¡Dios! Teniente.
El teniente solo llevaba pantalones cargo y su habitual máscara, se veía tan bien, tal vez era otro sueño como los que había tenido últimamente.
No podía ser real que el teniente estuviera así enfrente de ella.
– Johnny ponte ropa.
– Estoy cómodo así, todos somos adultos.
– Demasiado cómodo, ponte algo.
Por estar embelesada viendo a Ghost no se había dado cuenta que el sargento estaba frente a ella sentado en el sillón, solo utilizando boxer.
Dios obviamente era una sueño, de seguro estaba dormida en la parada del bus teniendo un sueño caliente, un sueño que iba a disfrutar mucho.
– No necesita ponerse nada así se ve muy bien, sargento.
Soap levantó una ceja, acaso ella seguía borracha.
En los sueños no importa lo que digas.
– Tal vez le sobra ropa a usted, teniente.
– Creo que se equivoca, conozca su lugar, soldado.
Se levantó del sillón parándose muy cerca de Ghost, tenía mucha valentía porque creía que todo era un sueño.
–¿Cuál es mi lugar? Tal vez debajo suyo.
La risa de Soap se escuchó por todo el lugar, era escandalosa, paso a la par de Ghost, y se sentó en las piernas de Soap tomándolo por sorpresa pero este no hizo ademán de quitarla sino solo sonrió.
– O encima suyo, sargento.
– Dios es tan obvio que está borracha - la abrazo por la cintura acercando más sus cuerpos.
– Soldado debe de comportarse, Johnny recuerda que dijiste que te harías cargo de ella.
– ¿Eso dijo? Sargento.
– Sí, por eso estás aquí.
– Como siempre tan lindo.
Sus labios se juntaron con los de Soap sorprendiendo a este, siguió su beso por puro instinto él tampoco estaba sobrio.
– Mi casa no es motel.
Ghost les llamó la atención haciéndolos separarse.
Ella se levantó intentando verse sensual y puso sus manos encima de los abdominales de Ghost.
– No se necesita ir a un motel, no cuando siento que me quemo por ustedes.
Ni tener cordura o vergüenza en un sueño.