-La Corona-

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Disclamer: Ni los personajes, ni los lugares, ni parte de la trama de esta historia me pertenecen, son propiedad de Rumiko Takahashi. Yo solo escribo para divertirme y entretener a quien quiera leerme, una navidad más ^^

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Nota de la Autora: Este fic de temática navideña contará con 12 capítulos y participa en la #Dinámica_Navideña organizada por las páginas de Facebook "Inuyasha Fanfics" y "Mundo Fanfics Inuyasha y Ranma". Se trata de la dinámica #12_eventos_decembrinos. Gracias por invitarme a participar una vez más. ¡Espero que os guste!

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—Sol Invernal—

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La Corona

Martes, 6 de diciembre.

Akane se estiró hasta que solo las puntas de sus pies tocaron el suelo de madera. Arqueó su cuerpo, estiró sus brazos y sintió el frío seco de la mañana rozando su frente y entrando por su nariz en una larga inspiración. Por encima del muro del jardín trasero, el sol despuntaba por una esquinita del cielo que pintaba de un brillante tono rosa.

Las temperaturas caían en picado por la noche y ya no subían mucho durante el día. Esa frialdad mañanera que la pinchaba en las mejillas, queriendo traspasar su piel y llegarle hasta los huesos, era brillante y pura como el cristal, no le importaba que le dolieran las orejas o tener que frotarse los brazos.

Y este sol, con su tímido reflejo rosado sobre la superficie casi congelada del estanque, era un sol invernal, que no calentaba demasiado pero era más suave y delicado, Akane lo miraba, respiraba con el pecho abierto y percibía algo especial por todas partes. Tal vez solo fuera que esa mañana todavía estaba de buen humor.

—Pero, ¿por qué no me dejas aunque sea presentarme? —Le preguntó Ranma por ¿tercera? ¿Cuarta? ¿Décima vez?

Se dio la vuelta tras juntar un poco las puertas que daban al jardín y miró al chico que, a su vez, le respondió con una expresión enfurruñada. Aún tenía cierto aire somnoliento, con la espalda apoyada en la pared y los hombros encogidos.

Debería seguir durmiendo pensó ella, cansina. No entendía para qué había madrugado tanto con lo que se había quejado dos horas atrás cuando ella le despertó sin querer.

—¡Pero si aún es de noche! —Akane acababa de salir del baño, tras asearse, cuando él se asomó desde la puerta de su dormitorio frotándose los ojos con fastidio.

Tengo clase con los niños dentro de un rato.

—¡¿A estas horas?!

—¡Pues claro! Los niños después tienen cole.

Sol InvernalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora