En el velero de la incompatibilidad, el miedo y la confusión, Kazutora se volvió un ente demoniaco sobre las calles de Tokio. Tuvo la nula astucia combinada con la gallardía de un niño pequeño, siendo que la sombra reflejada sobre la acera le hizo temblar, los cristales de las tiendas le regalaron un reflejo de lo que era.
Un loco.
Se detuvo a observarse, tocó su rostro con delicadeza, pensaba que sus dedos traspasarían la piel, que penetrar su carne era fácil, incluso con el beso del aire sintió que se desvanecía como un polvo. Para comprobar que era real, el acelerado pulso le trajo calor y color a sus mejillas.
Moriría de un ataque mental, porque todo lo que era tangible resultaba una mentira, una simulación realista y cruel de sueños frustrados.
¿Quiénes eran esa familia?
Cerraba sus ojos y volvía la imagen de las tres personas caminando agarrados de la mano. Recordó a Hanagaki, cuando éste lo confundió con Baji Keisuke, su primer mejor amigo; sentía que tuvo la misma interpretación errónea.
El tipo que vio de espaldas era identifico al joven que se convirtió en cenizas por su "culpa".
Y el acompañante, el hombre que se reía y tomaba la manita de una niña era imposible de confundir.Chifuyu Matsuno era el dios de su propia religión. Kazutora le era creyente, fiel seguidor que sabía los versos completos de una biblia que estaba escrita en la carne del difundo hombre que amó de verdad.
En una imagen, en un dibujo hecho de arena, en un charquito de agua después de una lluvia a cántaros... Kazutora siempre podría ver a Chifuyu como su felicidad.
Era él.
¿No se supone que los muertos no regresan a la vida?
Se tambaleó y golpeó contra un poste que ajustaba varios cables de electricidad en su punto más alto. De ahí se sujetó con fuerza, el aire se arremolinaba en sus pies con la perversa intención de hacerlo volar por los cielos.
Kazutora juraba que debía estar en un coma etílico, pero se sentía sobrio. Lo estaba.
Frente al cristal templado se vislumbraba un poco su rostro decaído y jodido.—¿Qué carajos acaba de pasar?— abrazó con más fuerza el poste, empezó a derrumbarse hasta caer de rodillas y juntar su frente contra el concreto. Kazutora creía estar en el simulacro de una balacera, pues esa vida solo podía existir en un corto viaje antes de la muerte —¿Estoy muriendo?
Posiblemente.
Que irónica y linda era la muerte al jugar con sus sentimientos. Fue muy cruda al ponerle frente a sus ojos una familia, la que él siempre quiso tener.
—¿Por qué?
¡¿Por qué, por qué, por qué?!
La pregunta sonó con vigor y eco. Kazutora se golpeaba en las sienes, los pasajeros de las avenidas lo juzgaron y recriminaron por su locura.
Mil voces lo insultaron, y solo una lo hizo levantarse sin darse cuenta de la velocidad con que lo hizo. Un mareo se infiltró al ponerse en pie.—Señor, ¿se encuentra bien?—un policía corrió hasta su sitio—Señor—. Su mano quedó en el aire, dando a entender que se tranquilizara— ¿Puedo ayudarle?
"Condujo enloquecido, ya no en busca del alcohol, más bien dispuesto a la profecía que el viejo le había dicho. Acababa de matar de una forma sádica a una persona, la noche plagada de mosquitos y negrura tendría la coartada perfecta para librarse del asesinato. . ."
Había matado.
Una segunda bala logró explotar el terror en Hanemiya. Negó con tanta lentitud que el policía levantó sus sospechas.
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Impostor | Kazufuyu
FanficPor azares perversos de la vida Kazutora tiene que enfrentarse a sí mismo, literalmente, con el objetivo de salvar a su familia de otra identidad viajera y asesina. El viaje entre líneas del tiempo ha tomado otra dirección al haber puesto a Kazutora...