Luffy se sentía extraño, no entendía lo que le pasaba, además de que Hancock lo miraba extraño, como cuando él mira un pedazo de carne, pero con un aura distinta.
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De repente sus cuerpo se empezó a mover por instinto, él no entendía lo que pasaba, no podía controlarse.
Empezó desgarrando la camisa de Hancock, dejando al descubierto sus enormes pechos, para luego Luffy se dedica a sobar y a lamber los pechos de Hancock como si fuera un pudín.
Hancock por otro lado, estaban más que satisfecha, ya que esto lo tenía planeado desde que supo que Luffy se quedaría en esa isla, solo ella y su Luffy.
Primero consiguió una fruta que las Kujas utilizan como energizante, pero para los hombres, pues….
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Los convierte en un monstruo sexual, el cuál son muy difíciles de satisfacer.
Pero en el caso de Luffy, un hombre cualquiera se queda corto comparado con el efecto en él.
Luffy de inmediato empezó a sobar la entrepierna de Hancock, mientras está lo beso para ahogar sus fuertes gemidos al sentir las manos grandes de Luffy.
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