XXVII » Mercy

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La cabeza del pelinegro rebota contra la dura madera de caoba de la que está hecha la puerta principal de la casa del empresario. Aquel beso desesperado es roto por un par de risas burlescas que se les escapan a ambos.

—¿Te dolió?— pregunta el empresario tratando de contener la risa. Hyungwon niega con la cabeza, eso es suficiente para que Kihyun se vuelva a tirar encima de él y besarlo con desesperación —Hueles a vino tinto— dice entre el beso, Hyungwon se preocupa y piensa que el castaño se alejará de él, aquel accidente donde derramaron vino sobre él lo atormenta, su sorpresa es que Kihyun no se aleja —Me gusta— dice Kihyun en una sonrisa y continúa besándolo.

A movimientos torpes Hyungwon cierra la puerta con una mano, mientras con la otra sostiene a Kihyun por la cintura. Los únicos ruidos que inundan aquella sala son el par de labios húmedos que chocan entre sí y el toqueteo de Kihyun por la pared intentando encontrar el interruptor.

Una vez iluminada la habitación, Kihyun le comunica su necesidad de contacto físico al contrario,  quiere comenzar a desabrochar su camisa pero Hyungwon no lo deja, por su parte, lo toma brusco de ambas manos impidiendo que continúe su cometido, seguido, comienzan un par de empujones torpes, segundos más tarde Kihyun es lanzado sobre aquel sofá caro de piel que importaron desde Italia.

Kihyun observa a Hyungwon desde abajo, se relame los labios ansioso mientras siente su corazón a ritmo agitado atrapado en su pecho. Hyungwon se acerca a él lentamente sin romper el contacto visual entre ambos. Kihyun puede sentir como su cuerpo se hunde poco a poco en aquel sofá conforme Hyungwon se sube sobre él. Sonríe ansioso esperando el siguiente contacto. Por un momento se siente avergonzado, quisiera haber dejado la luz apagada pero se hubiera perdido la excelente vista que tenía en ese momento. El cabello despeinado de Hyungwon adorna su frente, lo tiene sobre él, justo donde lo necesita, entre sus delgadas piernas las cuales abre en cooperación. Kihyun ha esperado aquello toda la noche, mentiría si dijera que no tiene planes de amanecer con Chae Hyungwon desnudo entre sus sábanas caras.

—¿Y la decoración navideña?, pequeño Grinch— pregunta Hyungwon, la cara del castaño forma una expresión entre mueca y sorpresa, por la pregunta repentina y por la forma en la que lo ha llamado.

Pequeño.

—Primero, no soy pequeño, mido casi lo mismo que tú...— Hyungwon ríe ligeramente —¡No te burles!— se queja el castaño.

—Ya, está bien...— dice Hyungwon.

—Y segundo, no adorno mi casa — responde sencillo —Las decoraciones acumulan polvo y ácaros de todo el año, hace años que no toco un árbol de navidad...— dice honesto —Además, odio desenredar las luces navideñas, me da asco — Hyungwon lo escucha atento, debía suponerlo. Asiente comprensivo.

—Oh, no lo había pensado así... No sabía que los árboles navideños se lavan— dice.

—Sentido común—

—¿Qué tal un pino natural?— por torpe que parezca Hyungwon se muere de ganas por tener un momento dulce con el castaño, un momento en el que puedan poner esferas en un árbol sintético o besarlo bajo el típico muérdago.

—No, ¡Que asco!, traen cientos de insectos y bichos...— dice nervioso. ¿Por qué de repente Hyungwon insiste tanto con un tema tan trivial? Se remueve incómodo en el sofá —¿Vas a besarme o seguirás hablando de pinos?— pregunta coqueto. Hyungwon ríe mientras niega con la cabeza, Yoo Kihyun era todo un caso.

—Puedo besarte mientras hablamos de pinos...¿No crees?— pregunta Hyungwon antes de por fin besarlo. Kihyun lo recibe gustoso, con los labios húmedos entreabiertos casi en suplica.

A little bit of love » Hyungki [ EDITANDO ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora