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Su rostro reflejaba felicidad al leer la brillante hoja rosada, un baile, en el casino del pueblo. Estaba tan emocionado de aquello, amaba ese lugar, y si tenía suerte, conseguiría conocer a un hombre interesante vestido de gala que le hiciera gritar.

Sus padres estarían tan decepcionados de saber que su apuesto hijo, prefería unas callosas y grandes manos apretar su cintura, y un torso fuerte acompañado de una colonia masculina. Tan, tan decepcionados de no querer una bella mujer en casa, cocinando y lavando, manteniendo un hogar a flote mientras que el trabaja para proveer, siendo ese su labor ante lo que la mayoría creían, sin cuestionar ni un poco aquella afición a seguir lo que un dios quiere, según un libro viejo y mal escrito.

Brincaba de euforia, la adrenalina inexplicable que sentía al escapar a un viejo baile, aparentar para después ser sometido de la mejor manera con un tipo fuerte y bien vestido.

Corrió tan rápido a casa, con la esperanza brillando en sus verdes ojos escarlata.

Solía asistir a bailes con hombres que compartían su mismo gusto, sin embargo al poner un pie en aquel lugar, sería atrapado, aquellas clandestinas fiestas habían sido clausuradas y prohibidas después de ser descubiertas, si iba estaría llendo directo a su muerte, totalmente desterrado de su familia y su pueblo.

Preparaba con concentración su atuendo para asistir a la fiesta, Un simple smoking negro, una camisa marrón, casi verdosa y botas negro brillante.

Su mirada recorrió un delicado collar de fantasía que consistía en perlas resplandecientes, extraído del baúl de baratijas de su hermana mayor, imaginaba lo que sería usarlo mientras negaba con la cabeza y bajaba la mirada, tomó su cadena con una cruz de oro y se la coloco. Estaba cansado del mundo en el que vivía pero le aterraba enfrentarlo.

Esperó el momento en el que sus padres llegasen a su hogar para pedir el permiso de asistir a tal lugar, sabía lo complicado que sería pero haría todo por convencerlos, incluso sobornando con alguna que otra mentira sobre conocer a una linda chica con quién emparejarse.

Finalmente, después de algunos minutos en los que simplemente recordaba vagos momentos que suponía eran alguna alucinación suya, llaves fueron insertadas en la puerta de entrada de la casa y la voz de sus padres inundando el lugar, todavía sin sacar su mente de aquellos raros pensamientos, unos ojos azul eléctrico, con un brillo muerto en ellos pero resplandecientes como nunca vió alguno, simples aspectos cotidianos estaban en su cabeza, susurros y caricias delicadas por aquí y por allá.

-Cariño, estamos en casa- gritó su madre, aún estando a prácticamente pasos de distancia y escuchando a la perfección sin necesidad alguna de levantar la voz.

Fue entonces cuando despertó del aturdimiento y salió con prisa y entusiasmo para hablar con sus padres sobre el anuncio en cada esquina del pueblo, anunciando el tan esperado baile.

-No había necesidad de gritar, madre. Quisiera preguntarte a ti y a papá una cosa- lo último diciéndolo con voz baja y aliento tembloroso.

-Lo siento mucho, cielo. Podemos hablar en cuanto ponga la mesa y estemos listos para comer- su sonrisa sin flaquear incluso con el hematoma morado que rodeaba su pómulo derecho. Obra de su padre.

En silencio se retiró de la cocina, con los ojos acuosos, le dolía ver a su madre de esa forma y no poder hacer nada, ya que ella no cooperaba para alejarse del manipulador trato en el que vivía, él la comprendía, aquello que le proponía era tan complicado considerando su situación.

Así que con pesar, siguió su camino hacia su habitación, tomando el folleto del baile que arrancó de alguna pare. En su mente ideando un plan para que le diesen el permiso y gozar de un buen baile, donde tal vez, podría surgir inspiración para una gran creación en su viejo librillo de bocetos, con páginas desbordantes de ideas de vestidos despampanantes y coloridos.

Amaba la moda, le parecía fascinante la combinación de colores, brillos y estampados. Y muy en el fondo de su nula esperanza, esperaba ansioso el momento en el que hiciera lo que amaba sin miradas juzgonas y de reproche.

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Este ha sido el primer capítulo
de esta historia y realmente
espero que lo estén disfrutando.
Gracias a quienes se tomen
el tiempo para votar y leer.

-con amor, Dani♡

Devil || lsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora