Parte 1: El Maestro Bo Rai Cho

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Recuerdo que era un día normal; juego y risas con los amigos.

Recuerdo como estaba jugando a ser Liu Kang, campeón del Mortal Kombat y heroe de Earthream. Estaba jugando con dos gemelos que fingian ser Goro subiendose uno sobre el otro.

Tambien estaba un chico que le gustaba jugar a ser Shang Tsung y siendo honestos, era lo único que divertía a los chicos que viviamos en la pequeña villa: Un pueblo rodeado de muros gigantes para estar a salvo de los peligros del exterior.

La mayoría olvidó que tan viejos son esos muros, o si de verdad nos protegian de algo. Los viejos decían que son tan viejos como la ciudad misma, aunque claro ellos ni siquiera sabían que tan vieja era la ciudad.

De cualquier forma, ese mismo día, se había impuesto un toque de queda, puesto que se habían reportado la desapareción y muerte de varios de los pueblerinos; niños y jovenes indefensos que no eran capaz de protegerse por si mismos. Esto era algo para alarmarnos, puesto que eso nunca había pasado.

Al sonar la campana del toque de queda, todos mis amigos regresaron a sus hogares, con excepción mía desde luego. Siendo yo un huerfano, lo que más necesitaba era aprender a defenderme de cualquier peligro aprendiendo el arte del Kombate. Aunque en realidad esperaba algún dia poder salir de la ciudad y ver que hay más allá de los muros.

Mi familia tenía una amistad con el maestro Bo Rai Cho, quien era del mundo exterior, pero el nunca aceptó el mandato del emperador Shao Kahn, y decidió formar guerreros de la tierra. Con ayuda de Raiden, formó al gran campeón Liu Kang, quien salvaría a la tierra de la ira y tiranía de dicho emperador. Mi sueño y aspiración siempre fue convertirme en alguien que superaría al campeón. Ser llamado Shujinko: Campeón del Mortal Kombat, aquel que liberó a Earthrealm del peligro de Shao Kahn para siempre...

Pero de momento no debía soñar tan alto, debía conformarme con que el maestro Bo Rai Cho aceptó a enseñarme y a aprender lo mejor que pueda de el, y así un día mi sueño se vuelva realidad algún día. Aunque todos decían que era el mejor (y  su carrera como maestro hablaba por el) nunca pude evitar el hecho de que era alcohólico, siempre con olor a bebida que llenaba la ciudad de casa en casa, aún se sigue sin saber como consigue el Alcohól en la ciudad, se supone que está prohibido incluso para los guardias de alto rango en la villa.

Acostumbrado al constante olor a Whisky, entré al Domo del maestro Bo Rai Cho donde parecía que el ya me estaba esperando por un largo rato, cosa que me sorprendió... casi como si me hubiera estado observando hasta el momento en que se dió el toque de queda.

Ahh, Shujinko. Llegas justo a tiempo para empezar...

Al parecer, era hora de empezar el entrenamiento pero... ¿Qué demonios haré si me mata? No, no creo que me mate, no creo que sea tan duro y cruel como dicen...

La simple idea de ser molido a golpes por un Gran Maestro reconocido del Outworld me daba miedo.

Espero que los Elder Gods me salven si es este el caso.

Mortal kombat DeceptionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora