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-¿Acaso la conozco? - preguntó con una sonrisa burlona.
-Supongo que se recuerda que me tiro en el elevador - Solté, creyendo que para mi misma pero fue en voz alta... ¡No puede ser!.
-Claro, ya decía yo que te había visto... Cabe destacar que tú te caíste yo solo te medio toque - Dijo de lo más tranquilo y mi sangre empezó a hervir de rabia.
-Usted si que es mal educado - Alcé la voz.
-Señorita, si no se ha dado cuenta no está hablando con cualquier obrero, soy su jefe - Dijo con voz seria.
-Un jefe que no tiene la más mínima educación, que quizás los años de estudios y el dinero no le sirven de nada porque no es más que un cabernicola- solté molesta, si a él le gusta imponer, pues yo no voy a dejarme.
-Si que es valiente señorita, pero mal educado o no, sigo siendo su jefe.. O lo era. - Sus palabras me hicieron sentir cierto miedo ya que no sabía a qué se refería con exactitud ¿me dejaría sin impleo? Espero que no, porque si no las deudas crecerán.
-Un momento ¿me correrá? - pregunté un poco exaltada.
-Le ha faltado el respeto a la autoridad ¿que espera que haga? No le daré un premio por eso. - Dijo tajante. - Aunque pensándolo bien.... Mejor te quedas, así se que alguien con carácter y pantalones estará al frente del departamento de administración. - Todas y cada una de sus palabras me dejaron helada, pasmada, impresionada, pero jamás me imaginé que esto pasaría, ya me veía desempleada.
-¿Encargada del departamento? - sonreí - no se si agradecer o pensar que me quedaría sin empleo por mis estupideces. - Fui sincera.
-Me agradas - Fue lo único que dijo. - Por favor ve a realizar tus labores, mi secretaria te hará saber lo de deberá hacer. - terminó diciendo mientras se disponía a contestar una llamada.
-Entendido - Dije saliendo de la oficina.

La señorita Jonns, se dispuso a entregarme papeles y tareas a realizar. En esta empresa por lo visto nadie tiene sentido del humor, por donde veas la gente siempre está sería. ¡Que Aburrido!.

Me mostraron mi oficina, mi nuevo rincón. A veces creo que soy una especie de hamster y me usan para pruebas. Si estoy algo safada de la cabeza, pero o me rio o lloro y creo que prefiero reír ante todo.

Deje los documentos sobre el escritorios y decidí darle mi toque a lo que sería mi nuevo espacio.

Me dispuse a mover todo de lugar, abrir las ventanas, había una planta que ya estába muerta, quizás falta de agua o sol. Ordene cada espacio de la oficina y al fin, me sentía cómoda en ella. Abrí los grandes ventanales para que él rayo del sol entrará a este espacio dando paso al aire fresco. Y me senté a revisar cada carpeta y poner en orden las finanzas.

Cabe destacar que los últimos 6 meses están un poco dudosos y podría asegurar que hubo desviación de fondos.

Decidí ir por un café, entre a un largo pasillo que de repente se quedó a oscuras, y seguí caminando cuando de repente tropecé con algo, aunque al escuchar el quejido, claramente fue con alguien.

Un Amor VerdaderoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora