3. ¿Verdad que digo verdad?

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Armin le dijo que pasarían buscando una cosa antes de acompañarlo hacía su casa. Tomaron sus bolsos y salieron del instituto hacia la cafetería; Armin dijo que servían un riquísimo pastel de chocolate y que lo invitaría algún día. Eren aprovechó el camino para hacerle preguntas, tuvo suerte que Armin estuviera dispuesto a disipar cada una de sus dudas. Fue cuando se dió cuenta de cuál era su papel dentro de aquél extraño universo; tenía un puesto importante dentro del equipo de fútbol y era popular entre las chicas, lo que le causó un poco de risa; antes no había dado un beso y ahora era la sensación en el público femenil de la escuela. No les tomó mucho tiempo llegar, la cafetería estaba a dos cuadras. Armin empujó la puerta haciendo resonar la campanita que indicaba la llegada al recinto y Eren entró detrás de él.

Eren observó fascinado. Emanaba un aroma delicioso de la cocina, era una mezcla entre el pan horneado, el café y el té. Y la decoración armonizaba con el color de los pasteles y dulces, y la música tenue de los altoparlantes. Se llenó los pulmones con el aroma y exhaló extasiado de eso. Le pareció divertido, incluso, notar en el aire un ligero aroma a té negro; le recordó a cierto personaje de su pasado y se preguntó lo que estaría haciendo, con una ligera sonrisa.

Llamó su atención el sonido de la caja registradora. Detrás de ella estaba un muchacho que no era tan muchacho; era quizá su estatura o la pulcritud de su apariencia lo que lo hacía verse tan niño. Pero era imposible que lo fuese, pensó Eren y sonrió sin poder creerlo. ¿Acaso ese muchacho era el capitán?

—¿Capitán? —se acercó a dónde estaba él y el muchacho, que era un hombre, levantó la ceja, arrogante y confundido.

—Ah. Eres tú —resopló con evidente fastidio. No esperaba la visita de aquel par tan temprano. Miró su reloj de muñeca, apenas eran las 10AM—. Será una mañana difícil.

—¡Capitán! —chilló al mismo tiempo que se inclinaba sobre el mesón.

El de ojos grises retrocedió, asqueado más que temeroso y confundido.

¿Qué era eso? ¿Capitán?

—¿Volviste a los estupefacientes?

—No. Está actuando así desde esta mañana. Reiner lo golpeó con un balón en la cabeza —Armin intervino a la conversación.

—Ya veo —los miró, seguía con la ceja ligeramente levantada—. ¿Quién mierda es Reiner?

—¿Cómo? ¿No sabes quién es? Estamos hablando del mayor traidor de la historia, ¿Y usted no sabe quién es? —Levi parpadeó dos veces—. ¡Es el titán acorazado! De infiltró durante cuatro años entre las tropas y destruyó el muro María con ayuda del titán colosal cuando éramos niños —y señaló a Armin, como si el tuviera idea.

—¿Mu-muro María?

—Estoy convencido —Levi negó con reprobación—. Caiste en la decadente vida de las drogas, Eren.

Una risa femenina captó la atención de los tres y se giraron a ver; la chica se reía a carcajadas.

—¿Que es tan gracioso, cuatro ojos?

Los ojos de Eren se abrieron de par en par.

—Los niños tienen mucha imaginación. ¿No te parece, Levi?

Con una delicadeza que Eren jamás se imaginó que tendría, Hange colocó un mechón detrás de su oreja. Los había estado escuchando desde que ambos entraron al local.

Comandante —pensó que lo había dicho para sí mismo pero estaba tan entumecido que habló en voz alta.

Levi lo miró feo. Y a su vez, Hange soltó una risita entre su confusión y orgullo.

𝐃𝐞𝐣𝐚 𝐕𝐮 | EreMika [Editando✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora