2. Disculpa, ¿te conozco?

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Eren apenas podía poner atención al montón de pensamientos dentro de su cabeza. Se había sentado en la banca del jardín del instituto durante la hora del receso. Visitó la enfermería antes, limpiaron y vendaron la magulladura detras de su cabeza que se hizo al caer en la acera, y le recetaron antiinflamatorios; la enfermera le obsequió galletas y leche chocolatada empaquetada en un cajita con un diseño llamativo, alegó que lo estaba viendo muy pálido y podía ser por el hambre o la conmoción. Eren sorbió de la bebida y después se quedó un rato viendo el diseño de la cajita. No entendía donde estaba pero tampoco era tan estúpido para exponer de tal manera su ignorancia.

—Aquí estás. Te estuve buscando un buen rato —Armin atravesó el jardín y alcanzó a sentarse juntó a él en la banca—. No quisiste entrar a clases, ¿Porqué?

—No me preparé para el examen —le mintió.

—Es raro. Jamás estudias pero eres lo suficientemente bueno para improvisar con las respuestas —Armin lo miró de reojo—. ¿Te pasa algo? Has estado muy callado desde que salimos de la enfermería.

—La enfermera se parecía mucho a Nifa.

—A lo mejor es porque así se llama.

—Armin... —se aclaró la garganta, quería hacer tiempo para dirigirse a él de la forma correcta—, me siento extraño; no sé quién soy ni donde estoy. Todo es demasiado nuevo y...un poco extraño.

—Mi abuelo lo llama crisis de la adolescencia —volvió a reírse, restándole importancia. Él no creía que fuese algo tan grave.

—No me estás entendiendo...

A pocos arbustos de donde estaban, Mikasa Ackerman apresuró sus pasos tratando de llegar a tiempo al segundo turno de clases. Se detuvo a la puerta principal del colegio y miró la hora en su teléfono. ¿Ella la dejó plantada? Se alzó un poco buscando algún mechón rubio entre los estudiantes, supuso la hora del receso estaba terminando y nada que su compañera llegaba al sitio que habían acordado. Decidió entrar para ganar tiempo y en medio del camino, vió a Armin sentado en el jardín y decidió acercarse.

—¿No estoy entendiendo que?

—Todo es confuso. Hace cuatro horas me estaba lamentando por cosas que hice en el pasado y cuatro horas después me encuentro con la verdad de que el pasado no es exactamente como yo me acuerdo —trató de explicarle y le mostró la cajita que contenía la leche con chocolate—. Es decir, ¿Sabes lo costoso que era para nosotros bebernos una taza de leche caliente? ¡Y resulta que ahora envasan así el chocolate!

Armin lo miró un poco perturbado por su comentario—. Eren, ¿En tu casa están bien económicamente?

—¡Armin! —el rubio miró por encima de su hombro, venía hacía él una de sus amigas más íntimas, le sonrió de lado.

La había visto tantas veces a lo largo de sus dieciocho años de existencia, que no le conmocionaba en absoluto su presencia. Sin embargo, para Eren, volver a verla era un acontecimiento inesperado.

Mika —se levantó para besarle la mejilla y ella besó la de él—. ¿En que puedo ayudarte?

—¿Como? ¿Crees que vine a tú porque quiero que me hagas un favor? —Armin alzó una ceja. Ella río—. Bueno, si. Necesito que me digas si has visto a Annie.

—Huh. No la he visto —encogió los hombros, restando importancia a la existencia de la única mujer en esa institución que lograba hacerlo sentir nervioso. Mikasa negó con la cabeza, divertida—. ¿Qué?

—¿Vas a fingir indiferencia? Quizá no sabes pero ya terminó con Berth.

—Eso escuché.

—¿Y? ¿No harás nada para demostrar lo que hace rato sientes por ella?

𝐃𝐞𝐣𝐚 𝐕𝐮 | EreMika [Editando✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora