Juntos.

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—¿Cómo puedes estar tan feliz? —preguntó Messi haciendo un puchero. Pensar en la posibilidad de alejarse del omega le desagradaba —No quiero que te vallas.

—Bueno pero si no me sueltas no voy a poder arreglar las cosas, si no aviso que me voy a quedar obviamente me voy a meter en problemas.

Messi no dijo más, se cruzó de brazos y decidió hacerse el ofendido. Todavía se encontraba sentido por lo del otro día, ¿Cómo se le había ocurrido a su omega de castigarlo de ese modo? Era obvio que después de la mordida iba a quedar shockeado pero el que lo sacará de la habitación como perro no le había gustado.

—Te juró que te lo compensaré, además vamos a tener mucho tiempo juntos podría pasará algo... —sugirió coqueto llamando la atención de Messi quien volteo levemente a verlo.

—Lo cumples.

—Lo cumplo.

Con eso se dieron un poquito de despedida y el omega salió para poder pedir más tiempo en Qatar después de todo ninguna liga iniciaría su temporada hasta tiempo después de haber finalizado el mundial, no se lo negarían pero sería complicado.

Messi se quedó sólo pero se encontraba feliz de haber podido tener al fin a su omega con él, su cortejo ya era público para sus amigos más cercanos entre ellos cierto portugués intenso que se la pasaba preguntando detalles. Tomó su celular y marco al número de su amigo, el cual no tardó en contestar.

—¿¡Cómo que te mordió!?

—¿Eso es todo lo que me vas a preguntar?

—No me puedo imaginar eso, no es posible. Yo sé que no puede ser.

—Cristiano es posible y yo soy una prueba de que si es cierto.

—Que no. Si no lo veo no lo creo.

—Nos veamos hoy, tengo tiempo ahorita que mi omega se fue.

—No puedo, tengo que arreglar a los niños para una salida en familia que mi esposo arregló con sus amigos.

—Yo no puedo creer que te controle tu marido

—¡No me controla! Yo lo quiero consentir en todo y ya.

Messi se carcajeo hasta que escuchó como Cristiano luchaba con uno de sus hijos para colocarle los zapatos, momento que obvio aprovechó para colgar.

Por otro lado, Memo hacía todo lo posible por acabar lo más rápido posible la verdad era de que le era poco grato hacer colas, llevar papeles y defender sus derechos como persona para poder tener unas pequeñas vacaciones.

—No puedo creer que lo marcaras ¿Por qué hiciste eso? —preguntó el beta sorprendido dentro del carro que les llevaría hasta las oficinas.

—Por que sí, no lo pensé. Él no está enojado y yo pues me siento feliz de que le guste tanto mi marca.

Andrés no podía entender del todo la interactuar alfa-omega pero estaba seguro de que Memo no era una persona convencional y por lo que le contaba, Messi tampoco.

Mal Entendidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora