✧ | ❛ Nunca creí que esos ojos podrían mirarme con tanto odio ❜.
La vida de Quackity corre peligro en la violenta ciudad en la que creció, en un intento desesperado de huir, Karmaland fue su escape para vivir una mejor vida. Jamás se imaginó que ahí...
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''Hay muchas cosas en la vida que yo siempre he anhelado, y una de ellas siempre ha sido poder emprender nuevas aventuras y experimentar cosas que siempre me parecieron imposibles. Sin embargo, me he dado cuenta que debes de tener cuidado con lo que deseas, pues se puede cumplir, pero no exactamente de la manera en la que estabas pensando.''
Sus pies estaban muertos del cansancio, los pensamientos de su cabeza estaban totalmente revueltos y su corazón estaba herido por la decisión que había tomado. ¿Realmente ha tomado el camino correcto? Por más vueltas que le diera al tema, no iba a encontrar solución al dilema que le envolvía fuertemente, pero no podía detenerse por tanto que lo intentase. Sus hombros cargaban el peso de una mochila con numerosas cosas en su interior, y su mano derecha también sostenía otra pequeña mochila, que evidentemente llevaba cosas en su interior, más que nada su ropa y uno que otro objeto. Había sido un largo viaje, y la caminata parecía eterna, su cuerpo exhausto le rogaba un descanso a la par que su cabeza comenzaba a punzar del dolor que estaba por proporcionarle, para empeorar las cosas. Sabía que el descanso estaba cerca cuando el pueblo también lo estaba a la vista, se detuvo unos momentos a apreciar lo que sus ojos podían contemplar. Su pecho subía y bajaba, su respiración estaba algo agitada.
''Ya falta muy poco''
Se animó a sí mismo y nuevamente retomó el camino a su destino, fueron cuestión de minutos para llegar a aquel algo recóndito lugar al que tanto esfuerzo le había costado llegar. Un gran cartel a la entrada del pueblo tenía grabado lo siguiente: ''Bienvenido a Karmaland''. Se quedó admirando por unos momentos la bienvenida que de entrada se le ofrecía, el suave y fresco viento golpeándole ligeramente le reconfortaba, pero no se iba a quedar parado ahí mucho tiempo, quería encontrar un descanso tan pronto como fuese posible. Clavó su mirada en el camino y siguió caminando hasta conseguir ingresar al pueblo que le recibía en una plaza llena de gente caminando de un lado a otro, cosa que le hizo sentirse tan fuera de lugar por unos momentos, pues todas las personas ahí tenían claro a donde ir, sin embargo, él no. Se armó de valor y comenzó a incorporarse en la multitud, explorando con la mirada todo lo que podía, era la primera vez que estaba en un lugar completamente diferente que no fuese la ciudad donde nació y estuvo viviendo toda su vida, al menos hasta ahora. Cerca había un pequeño mercado, posiblemente esa era la principal razón por la que tanta gente se encontraba ahí.
No tenía planeado acceder a aquel mercado, pero los exquisitos aromas a comida recién hecha que salían de numerosos puestos le envolvieron y terminaron por atraerlo, pues su hambre también apoyaba la idea de comer algo, antes que nada. No tenía ni la más mínima idea de a cuál puesto ir para comprar algo de comida, así que simplemente se dejó guiar a uno al azar, no iba a ser muy exigente en momentos así y, siendo exactos, no tenía muchas ganas de seguir caminando.
