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Dos días pasaron desde entonces, Quackity siguió haciendo aquello que Willy, su nuevo amigo, le pedía a cambio de quedarse en su hogar

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Dos días pasaron desde entonces, Quackity siguió haciendo aquello que Willy, su nuevo amigo, le pedía a cambio de quedarse en su hogar. Gracias a él, ahora conocía un poco más sobre el pueblo y sus alrededores, y su primera aventura fue adentrarse más al mercado para hacer la compra de ingredientes necesarios en la cocina. Definitivamente no había sido una experiencia muy diferente a lo normal en su anterior ciudad, pues el mercado estaba a explotar de gente, al menos en ese día.
Debía agradecerle a Willy por dedicarse a enseñarle bastantes cosas, y el presente día no era una excepción para aprender, ahora que era su día libre, le había prometido que irían al lago y le mostraría todo lo que sabe sobre pescar.

Mira, una vez más, Quackity. Agarra la caña para pescar así. —Le mostró como lo hacía él—.

—¿Así? —La sostuvo un tanto torpemente—.

El de cabello claro se limitó a soltar una risita al verlo.

Sí, digamos que estás aprendiendo. —Llevó la mirada al lago que tenían frente a ellos—. Ahora la vas a lanzar de esta manera, con fuerza.

Le enseñó claramente cómo debía lanzarla, en cuanto el aprendiz le imitó, el anzuelo no llegó tan lejos como el de Willy, se sentía un poco decepcionado.

Espectacular. —Se burló—.

¡Ay, es que tú eres un tramposo y presumido! Nomás porque eres policía y yo un simple mortal.

Willy soltó una risa mientras negaba con la cabeza.

Claro que no, solo es cuestión de práctica, ya verás.

Se quedaron un rato callados, mirando al lago, prestándole atención a sus anzuelos que a la distancia subían y bajaban ligeramente, no estaban siendo jalados aún.

Y... ¿Ahora qué se hace o qué? —Miró a su amigo—.

Eh... Esperar. Esperar que algún pez muerda el anzuelo.

¿Y eso cómo cuánto tiempo lleva? —Ladeó su cabeza—.

Pues he escuchado de personas que pasaron todo el día en el lago y no lograron pescar ni uno... —Soltó, temiendo la respuesta del contrario—.

¡No mames! ¿Todo el día? ¡Mejor vámonos! No vaya a ser que nos dé aquí la pinche noche y nosotros aquí sin un solo pez.

Willy se encogió de hombros, escuchando exactamente la respuesta que ya se esperaba por su parte.

Bueno, puede que tengamos suerte.

¡Ni siquiera estás seguro! —Exclamó, casi seguro de rendirse en esta nueva actividad—.

Antes de que alguno de los dos pudieran decir algo más y discutir sobre si estaban perdiendo o no su tiempo, un tercero se sumó, inesperadamente. Un chico alto, de cabellos oscuros y ojos verdes de un tono intenso, habló al acercarse a ellos.

Stabbed By My Lover | LuckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora