Train to Daegu [YoonSeok]

3. Hallazgos y confesiones 🔥

El tren seguía su camino hacia Daegu por las vías heladas a gran velocidad ya que para la siguiente estación todavía faltaban dos largas horas.

Claro que dos horas no son tanto tiempo cuando trabajas a contrarreloj. Y si no, que se lo dijeran al joven poeta Kim Namjoon, cuyo equipo de investigación se desintegró casi tan rápido como se había formado en cuanto sus compañeros vieron al violinista Kim Taehyung.

Resultó que, además de ser amigo de Hoseok desde sus años adolescentes, a Taehyung también le conocía Seokjin porque ambos formaban parte del mundo de la música y habían coincidido en múltiples ocasiones, el ministro Park Jimin varias veces le había regalado flores tras sus conciertos, profundamente conmovido y emocionado por las bellas melodías que tocaba, y el secretario Jeon era otro gran admirador del joven Kim que quería su autógrafo.

El doctor Min y el poeta Kim se quedaron un poco apartados del resto mientras estos saludaban al músico y se deshacían en halagos, incluso Seokjin, a pesar de ser también una estrella del espectáculo.

— Estoy viajando en el vagón de los asientos porque me subí en la estación de Suwon y bajaré en la próxima, en Yongjin; mañana doy un concierto ahí — explicó Taehyung cuando le preguntaron en qué compartimento se alojaba, ya que no le habían visto en toda la noche. — Por cierto, ¿es verdad lo que se comenta por aquí? Hay mucha gente asustada, dicen que hay un loco armado en alguno de los compartimentos.

— Su información es parcialmente incorrecta — aclaró Namjoon. — Sí que hay un energúmeno armado, pero se ha atrincherado en la cabina de mandos con los maquinistas.

— Al parecer le han robado una joya y amenaza con matarnos a todos si no la recupera antes de la próxima parada — aportó el ministro Park. — Por eso hemos decidido unir fuerzas para investigar, encontrarla y devolvérsela.

— Oh, en ese caso les deseo suerte en su cometido. De lo contrario, si no amanecemos vivos, ha sido un placer haberlos conocido — repuso Taehyung con una tranquilidad que sorprendió a los demás. — Hoseok hyung, ¿quieres venir conmigo? Tenemos mucho de qué hablar.

— Claro que sí. Señores, si no les importa me reuniré con ustedes más tarde — se excusó. Aquello no molestó a nadie salvo a Yoongi, quien había accedido a participar en esa iniciativa únicamente por él. ¡Y ahora le dejaba solo en aquella absurda aventura! Por no mencionar lo celoso que estaba al saber que el joven Jung se iba con este tipo con el que parecía llevarse a las mil maravillas. — Doctor Min, confío en que pueda arrojar luz al caso — añadió Seok, dirigiéndose a él de pronto. Yoongi irguió la espalda sin perder la seriedad para después asentir con la cabeza, dando a entender que así lo haría. Ah, las cosas que uno hace por amor.

Taehyung y Hoseok se fueron al vagón del tren donde solo había asientos, y el grupo de detectives aficionados con el poeta Kim en cabeza se encaminó hacia el compartimento del tal señor Che, quien tenía amenazados a todos los pasajeros.