Capítulo I

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Llevó la mano a su mejilla tras sentir el ardor de esta por el golpe antes recibido, sus lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas por el dolor no solo físico sino emocional ¿Cómo puedes estar bien luego de que, la persona que supuestamente te ama, te golpea? No lo comprendía del todo y lo que lograba entender era que había sido su culpa.

Sí... Tal vez si no hubiera permitido que Wooyoung besara su mejilla nada de esto estaría ocurriendo ¿Verdad?

— ¿Es que acaso tu no entiendes? ¿Cuántas veces te tengo que repetir Yeosang que tu eres MI pareja? Tal parece que te gusta que te golpee ¿No? ¿Eres una puta que disfruta ser besado y golpeado? — Hizo énfasis en el "Mi" luego de tomar su cabello y obligarlo a levantar su cabeza. Yeosang no podía dejar de llorar ¿En qué momento todo se tornó sí?

Se habían conocido desde antes de su debut en Ateez, en ese entonces la relación que llevaban era linda, amorosa, respetuosa... Sin embargo, tras su éxito todo se volvió horrible, las peleas eran constantes así como lo golpes, su cuerpo estaba morado más no su rostro.

Él sabía como golpear y donde, su cuerpo no sería visto a excepción de su rostro.

Su rostro...

— Te lo suplico Dong-Yul Hyung... Te juro que lo quise, trataré de detenerlo pero no me golpees más. — Pidió el rubio con un hilo en su voz.

Otra vez tendría que ocupar maquillaje, y otra vez debería inventar alguna razón tonta del por cual tiene un moretón.

Escucha un suspiro pesado y siente su cuerpo caer, sus codos amortiguan el golpe y trata de levantarse, pero es inútil, un pie aplica fuerza en su espalda y escucha como algo se desabrocha. Un escalofrío recorre su espalda al saber lo que venía y sus músculos se tensan.

No quiere, pero sabe que es su deber para calmar lo que acaba de ocasionar.

— Levanta tu inútil trasero, algo tienes que hacer para que te perdone ¿Verdad? —

Con dolor en su corazón Yeosang se levanta y comienza a desabrochar sus pantalones ¿Dónde quedaron aquellos días donde ese acto tan especial se volvió una tortura y castigo? Lo amaba, amaba a ese hombre y por él haría lo que fuera.

Pero Yeosang no lograba darse cuenta de que en realidad solo era víctima de su maltrato, aquel hombre que solo lo quería para pasar el tiempo y jugar, manipulándolo de tal modo que creía que era su culpa todo lo que estaba ocurriendo y era el responsable de sus celos enfermizos.

Porque sí, Yeosang creía que era su culpa, que en realidad era el causante de su daño y dolor.

Sin previo aviso Dong-Yul se introduce en él provocando un grito desgarrador por parte del menor, sus puños se cierran con fuerza y su respiración se corta. Duele, siente como se abre paso en él con cada embestida que da y sus entrañas duelen. Escucha gemidos por parte de su novio y sabe que está disfrutando con su dolor, él quiere disfrutarlo tanto como él pero no puede.

Ni siquiera hay caricias o besos, solo embestidas fuertes y tortuosas.

Siente como finalmente el líquido se esparce dentro de él y llora, ni siquiera usó condón, hace mucho lo obligó a dejar de usarlo con la excusa de que así se sentía mejor, sin importarle si Yeosang podría contraer una enfermedad o él.

¿Cómo no se daba cuenta de que en realidad no lo amaba? El amor lo tenía tan ciego que le era incapaz de ver todas esas señales.

Finalmente todo termina y de un jalón lo levanta, siente como su rostro es tomado y recibe un brusco beso en sus labios, fríos, sin nada de amor.

𝐕𝐢𝐨𝐥𝐞𝐭 𝐑𝐨𝐬𝐞𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora