"No lo niego, quiero besarte, hasta las heridas."
- El Solista.
Abre sus ojos lentamente cuando un cosquilleo molesta su nariz, al enfocar su vista la más tierna imagen llega a sus ojos. Yeosang se encuentra tranquilamente dormido entre sus brazos, se están abrazando muy tiernamente y su mayor no es la excepción, su cabello rubio se encuentra completamente desordenado y una que otra hebra dorada cubre su angelical rostro.
Sonríe porque si bien Yeosang es una persona pacífica, en esta situación lo es aún más; la calidez que transmite su cuerpo se siente como en la gloria y sus manos aferradas a su pecho lo hace saber que no quiere que se aleje.
Y no lo hace, al contrario se queda un poco más a su lado, acariciando su espalda, su nuca; sin embargo un movimiento hizo que Yeosang se quejara llamando la atención de San, quién al volver a tocar se da cuenta que no fue un accidente, en efecto, Yeosang tenía algo que le estaba molestando en su hombro.
Con cuidado tira de su camisa encontrándose con una gran mancha morada en su hombro ¿Por qué? No recordaba algún tipo de paso que hiciera eso y hasta donde sabía, la rutina de ejercicios de Yeosang tampoco era tan intensa para provocar tal lesión.Como si no fuera suficiente, bajando un poco más su mirada, se da cuenta que no solo su hombro se encuentra morado sino que su brazo también, inmediatamente Choi frunce su entrecejo, deseando que lo que pensaba fuera una simple sospecha y no una realidad.
— Está horrible ¿Verdad? — La voz grave del rubio llega a oídos de San quién inmediatamente se aleja, encontrándose con la mirada triste de Yeosang, como si quisiera llorar.
— Espero que no sea lo que estoy pensando, hyung. — Responde, el tono de su voz es serio, más no llega a ser molesto, necesitaba hacer sentir en confianza al cantante si quería generar ese ambiente tranquilo donde pudieran hablar.
— Quizás. — Su mano sube lentamente el borde de su pijama y lentamente se acomoda en la cama, sentándose. — No le digas a nadie de esto, por favor, sabes que confío lo suficiente en ti para no salir corriendo y no hablar contigo. — Sus manos se aferran a su pijama y comienza a temblar. De inmediato San rodea su cintura desde su espalda y comienza a dar pequeños besos donde antes estaban las marcas.
Para Yeo, esto no es extraño, dado que su menor siempre buscaba besar sus mejillas o abrazarlo cuando tuviera oportunidad, sin embargo se sentía diferente, como si con eso hiciera que el dolor o las marcas desaparecieran.
— ¿Podrías decirme al menor por qué? ¿Por qué permites esto? — Pregunta con tristeza, porque una parte de él sospechaba que Yeosang tuviera ya pareja pero otra se negaba aceptarlo y creer que tal vez tendría una oportunidad con él.
— Es mi culpa, San, yo provoco todo esto, si fuera cuidadoso con mis acciones quizás nada de esto pasaría. — Levanta una mano, porque sabe lo que escuchará "No es tu culpa, nadie merece ser maltratado". — Antes que me des el mismo discurso que todos, sí es mi culpa, tiene miedo y yo no hago nada para evitarlo... Tal vez si me lo merezco, es mi castigo por no ser mejor novio. —
San aprieta los labios, no sabe que tan manipulado fue para que crea que se merece todos esos golpes y solo Dios sabe que cosas más fueron sus castigos.
No dice nada y simplemente se aferra más a él.
Quiere llorar porque siente que fue rechazado sin siquiera intentarlo y a la vez porque sabe que, el amor de su vida, está viviendo un infierno, cegado por quién cree que lo ama.
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𝐕𝐢𝐨𝐥𝐞𝐭 𝐑𝐨𝐬𝐞𝐬
FanfictionYeosang, siempre ha creído que el amor es darlo todo de si, ser fiel y comprometido hasta el final... Incluso si eso significa recibir golpes, maltratos, normalizar que todo es su culpa y que su deber es ser perdonado para estar junto a la Persona...