Aceptando el pasado, confiar en nuestro futuro

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Aceptar el pasado, confiar en nuestro futuro.

(Ellen & Shidou)

¿Por qué decidiste amar a una mujer tan tonta como yo?

Sin rodeos, sin titubear al respecto; aquella pregunta que muchas veces la aquejó finalmente salió de su boca esperando conocer la respuesta a dicha interrogante.

—Ellen...

Hasta hace unos meses ella era la [WIZARD] más poderosa. Por años ostentó el título con orgullo y con su guía, logró entrenar a loa futuros subordinados de Ike quienes darían su vida en la cruzada que él inició hace ya tantos años.

Siempre guardó silencio, mantuvo sus opiniones sólo para ella y nunca dudó de las ideas de aquel hombre que le otorgó una pizca del poder que tomarían al final de la guerra. No obstante, aquel sueño sería hecho añicos convirtiéndose en una arenisca que se iba con el viento y cuyo único recuerdo era el collar que rodeaba su cuello.

Durante treinta minutos estuvo muerta, se enteró gracias a Mana. Cuando despertó, aquella vida de lujos y orgullo desapareció en un silencio sepulcral que sólo era opacado por el llanto de su alma que buscaba una y otra vez negar la realidad con la que se encontró.

Sus dedos, los únicos que quedan junto a su única mano, pasaron sobre la piel cicatrizada de aquel muñón que le fue otorgado tras intentar complacer los deseos de aquel hombre que sólo la utilizó como una mera herramienta de la que se podía desacer. Pero incluso así, en el fondo, esperaba que un día el volviera por ella para llevarla de regreso al lugar que consideró por tanto tiempo como su hogar.

—Soy fea... Soy una inútil, apenas y puedo serte de ayuda.

La realidad la golpeó una y otra vez sin importarle cuanto rogara por tener su pasado de regreso.

Fueron muchas las noches que pasó esperando que Ike volviera por ella, que la llevara en brazos lejos del enemigo y que le regresara un poco de ese poder que le fue arrebatado. Cada noche era lo mismo, pero cada amanecer igual, nunca nada cambió y ese deseo fue pereciendo con el tiempo.

—Sigo viva gracias a ti... Sigo amando gracias a ti...

Por mucho tiempo, aquel dolor se transformó en un veneno que la sumió en la depresión orillándola una y otra vez a atentar contra su vida al punto de mutilarse para ya nunca más volver a sufrir. Su cuerpo se encontraba cubierto de cicatrices que le recordarían ese capítulo de su vida, pero que además, le mostrarían una y otra vez el constante amor que aquella persona tuvo para soportar sus errores, cuidándola desde el anochecer hasta el amanecer.

—¿Por qué amas a una mujer que tanto dolor te causó? ¿Por qué decidiste amarme?

Pronto el suelo se humedeció con una pequeñas gotas que impactaron sobre el piso de madera a escasos centímetros de sus pies. Sus ojos, ahora llenos de lágrimas, esperaban una respuesta mientras su desnudo cuerpo temblaba con miedo ante el futuro incierto que se avecinaba con cada día que pasaba.

A pesar de ser mayor, de tener toda una vida ya hecha, la realidad era otra. Seguía siendo esa joven mujer que anhelaba tener un amor de cuentos de hadas, esperando a ese príncipe azul que la llevara a conocer la alegría del mundo con la dicha de vivir.

—No hay una respuesta sencilla a esa pregunta—respondió Shidou casi como si conociera dicho cuestionamiento—. Con el tiempo me di cuenta que Ellen-san no es la bruja que todos pintan; ella es una mujer que también puede amar y ama con tanta pasión de la misma manera en que yo la amo.

Y en ese momento, casi como si de magia se tratara, ese valor que muchas veces se iba de su lado apareció para apoyarla. Su rostro lleno de lágrimas, nuevamente se encontró con el de él notando así aquella mirada llena de amor y cariño con la era recibida todas las noches.

Dando unos cuantos pasos, su cuerpo finalmente se dejó atrapar en los brazos del joven Itsuka que por mucho tiempo la cuidó y que hoy en día era ese príncipe azul que por las noches esperaba encontrarlo. Sólo bastaba de un abrazo para que ese temor, infundado por las palabras inocentes de aquellas chicas que él protegía, se esfumara en un abrir y cerrar de ojos.

—Ya no puedo vivir sin Ellen-san... Ya no puedo vivir sin ti—confesó él antes de dar aquel gesto que comenzó desde esa noche en que ella llegó a su vida.

—Perdón por ser así... —respondió de forma tierna mientras sus párpados se cerraban tras sentir los cálidos labios de su novio tocando su frente—. Perdón por no confiar en nuestro amor...

—Te amo, Ellen... Eres lo mejor que me ha sucedido en la vida.

—Shidou... Te amo.

Muchas gracias por seguir esta obra. El siguiente capítulo concluye esta serie de relatos de nuestro querido Shidou con nuestra bella Ellen.

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