Conexión

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Ubicado cronológicamente durante el partido de Polonia vs Argentina.



⧼ Cada vez que se miraban sabían exactamente lo que estaba pensando el otro, en lo que haría y en lo que diría, tenían una conexión única, dentro y fuera de la cancha.  ⧽

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La mirada impaciente de Enzo se encontró con la mirada indescifrable de Julián.
Ambos asistieron, sabían exactamente lo que quería hacer el otro.

No era necesario otro gol, pero nunca estaba de más. Querían asegurarse la victoria y deshacer la atmósfera tensa del partido. Para aliviar a la afición y a ellos mismos.

Álvarez, quien mantuvo una expresión seria en todo el partido, no pudo evitar dedicarle a Fernández una sutil sonrisa. Una que pedía claramente confianza, la confianza que Enzo siempre estaría dispuesto a darle a su amigo.

Era la oportunidad perfecta de Julián. Enzo, confiando plenamete en su compañero y amigo, le dió el tan anhelado pase.

Todo fue tan rápido, pero para los jóvenes jugadores todo paso en cámara lenta.
Fernández sintió escalofríos recorrer todo su cuerpo y quería apartar la mirada, pero le era imposible.

Cada vez que Julián tenía la pelota, era como ver magia. Casi se asemejaba a la misma sensación que Enzo tenía al ver a Messi jugar. Sus ojos simplemente no podían dejar de mirar al número nueve.

La sonrisa que mantenía Julián cada vez que tenía la pelota, sus piernas corriendo a una velocidad imposible de alcanzar para cualquier jugador polaco y la hermosura de la jugada en sí lo mantenía atento, concentrado en Julián. No podía apartar la mirada, al igual que la hinchada.

Gol.

Julián había marcado un gol, su primer gol en el Mundial. Y fue una verdadera obra de arte.

Enzo corrió rápidamente hacia su compañero, abrazándolo fuertemente.
Aquél abrazo provocaba miles de sensaciones y sentimientos distintos en ambos jugadores. El brazo de Enzo rodeando su cuello fueron como una caricia al alma para Julián, algo que lo devolvía a la realidad. Algo tan necesario y significativo que Álvarez quería quedarse así por el resto del partido.

Enzo no pudo evitar sonreír. Julián tampoco. Ninguno de los dos podía dejar de sonreírse y mirarse.

La conexión que tenían dentro de la cancha era maravillosa. Y ambos lo sabían; hoy confirmaron aquello ante el mundo.

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One-shots  ︱ Enzo & JuliánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora