Jungkook •Please, stay.

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•Antes que nada, probablemente se confundan un poco, pero se aclara todo. 💜

•••

Eran las ocho de la mañana de un sábado, el cielo estaba gris y había mucho viendo, pero eso no fue ningún impedimento para que mi amigo  me fuera a buscar.

Abrí la puerta mientras tallaba mi ojo derecho, había dormido muy tarde la noche anterior y aún quería seguir en cama es por eso que al abrir me fui directo a mi habitación mientras era seguida por Jungkook. 

—¿dormiste?—pregunte con voz ronca

—no—respondió rápidamente—¿te molesta?

Sonreí somnolienta mientras me metía a la cama nuevamente, sabía el porqué estaba ahí y no me molestaba. A mi amigo le costaba mucho poder dormir a horas decentes y gracias a que nuestro hogares no estaban tan retirados, a él le era posible llegar a mi departamento en unos cuantos minutos.

La poca luz del lugar me permitía admirar la silueta de su cuerpo, un cuerpo musculoso y bien marcado. Los pantalones de Jungkook mayormente son holgados y aveces me molestaba. El hombre tiene unos muslos de infarto, pero no los muestra tan seguido, según el, le gustaba dejar espacio a la imaginación.

Jungkook y yo teníamos años conociéndonos, estudiamos juntos en los últimos años de la escuela media, salíamos juntos y pasábamos gran parte del tiempo en compañía mutua. Las cosas tomaron un rumbo interesante hace unos ocho meses.

Jungkook y yo estábamos celebrando su cumpleaños número veinticuatro, las bebidas se nos pasaron y terminamos durmiendo juntos después de haber tenido una sesión de sexo más que buena.

La amistad que tenía con el se convirtió el algo extraño, pero agradable, parecíamos pareja e incluso antes de aquella noche nos lo decían, pero no podíamos pasar aquella línea. Jungkook no quería ningún tipo de relación, el secreto que llevaba cargando desde los dieciséis no le permitía sentirse cómodo con las personas, me alegraba saber que yo era la excepción, aunque le tomó dos años contarme lo que ocurría con el.

La amistad que tenia con el se convirtió en algo más íntimo, teníamos sexo de vez en cuando y nos adorábamos en la privacidad de nuestros hogares, después de varios meses seguíamos en el mismo lugar.

—me gusta tu habitación, tus cortinas no dejan entrar nada de luz—lo escuché decir al mismo tiempo que se quitaba la chaqueta para dejarla sobre la silla que estaba en una esquina

Fije mi atención en sus brazos, tan fuertes y llamativos que me hacían querer estar entre ellos todo el día. Se acercó a la cama con una confianza ganada por todas las veces que estuvimos enredados entre aquellas sábanas.

—lo se, por eso las compré, no me encanta despertar por los rayos del sol. —sonreí cuando se pegó por completo a mi cuerpo para dejar su cabeza sobre mi pecho. —de todo el espacio que tienes justo eliges dormir en la esquina conmigo. 

—esa es la razón por la que vengo—susurró

—¿tienes cita el día de hoy?

—hasta mañana y me gustaría que me acompañaras

—claro, mañana tengo el día libre. Sabes que casi siempre te acompaño, pero no pensé que te fuera a ver, sobre todo porque has estado algo desaparecido estas dos semanas

—había estado ocupado, me llegó un golpe de inspiración y tenía que aprovecharlo

—¿seguro que solo fue eso? Entiendo que aveces te alejas, pero me preocupo por ti cuando lo haces sin decir nada y pareciera que solo me evitas a mi.

Hot Shot's 2 |BTS| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora