TDT 2° Parte, Capítulo 3

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Nombre Capítulo: De vuelta...


No fui capaz de contestar a ese saludo, tenía los nervios de punta. Solo reaccioné cuándo Christian dijo que iba a colgar si nadie respondía.

—No, estoy aquí, es solo que... -Dije para luego escuchar como la respiración de Christian se trancaba y se alejaba el celular para ver quien era el que llamaba, típica cosa de él, nunca veía quien llamaba antes de contestar.

—¿Isabella? –Preguntó Christian con cierto temor.

—Sí, soy yo –Dije tartamudeando.

Y él no dijo nada más por los siguientes 8 minutos, lo comprobé, hasta que como si recién se hubiera dado cuenta que aún seguía al teléfono, habló.

—¿Estas bien?- Preguntó- Por dios Isa, dime que estás bien, que no te ha pasado nada, que sigues viva, que no te han secuestrado y esta es tu llamada para pedir el dinero, es eso ¿cierto? ¿Por qué elegiste llamarme a mí? Tengo menos dinero que el chavo, pero no importa, doy todo lo que pueda y más solo para verte un segundo a mi lado, estos meses Isa... han sido lo peor, dime cuánto que yo lo consigo, necesito tiempo pero...

—No, tranquilo, no me han secuestrado, estoy bien – Le dije interrumpiéndolo con lágrimas cayendo desconsoladamente por mis mejillas.

Pude imaginarme a Christian este momento parado al lado de la ventana de la habitación que tenía en casa, agarrándose el pelo entre los dedos en signo de frustración y fue en ese momento, cuándo lo oí soltar un pequeño quejido, un muy pequeño y lastimero quejido fue cuándo supe que estaba llorando, Christian... estaba llorando, al otro lado de la línea, y no lo soporté más, lloré junto a él, no pude contener las lágrimas que salían a borbotones de mí,

Fue ahí cuándo recién pude darme cuenta lo mucho que lo extrañaba, lo mucho que me dolía estar lejos de casa, ya que sí, en tan poco tiempo, ese lugar se había vuelto mi casa,  

Estuvimos más de 2 horas llorando juntos al teléfono, él diciéndome que por favor volviera, que él ya no era nada sin mí, yo diciéndole que tampoco era nada sin él y por fin tomé una decisión, esa misma noche tomaría un avión hacia Australia, con todo lo ahorrado en el trabajo de camarera si me alcanzaba, por lo que no había nada que lo impidiera, corté sin decirle nada, quería que fuera una sorpresa, lo único que le dije fue que me tenía que ir por que estaban llamando a la puerta, lo cuál tampoco era mentira, por lo que me levanté del sillón y limpiándome las lágrimas abrí la puerta.

—Mi niña, ¿Cómo se encuentra hoy? –Tan linda como siempre la señora Rosita llegó, por lo que la hice pasar y mientras le contaba mi decisión de devolverme ordenaba la habitación.

Luego de un rato, en el cuál me ayudó a empacar lo poco que tenía en una maleta, se fue la señora a su habitación, no sin antes desearme un muy buen viaje y que le diera sus saludos a Christian, que a pesar de ser un tonto, es un tonto que amo, palabras de ellas, cabe aclarar.

(...)

3 Horas después ya estaba en el aeropuerto esperando por que llegara el avión en el que iba a volver. Estaba muy ansiosa, me faltaba poco para que empezara a morderme las uñas.

—Pasajeros del vuelo LA 337 con destino a Australia, favor de abordar el avión.

Repito.- Pasajeros del vuelo LA 337 con destino a Australia, favor de abordar el avión.

Esa era mi señal.

(...)

—Tengo mi trasero acalambrado, no me acordaba que fuera tan largo este maldito viaje – Dije entre dientes al pasar por el lado de la azafata a lo cuál ella sonrió y dijo con su voz chillona ''Espero le haya gustado el viaje'' junto a una sonrisa burlesca, la miré y le sonreí igual.

Pero al cruzar la puerta de llegada... No importó, ¡Por fin estaba en Australia de nuevo!

Rápidamente tomé mi maleta y salí en busca de un auto que pudiera llevarme, se acercó uno y me sonrió para después ayudarme a subir la maleta al auto, cuándo estaba en eso, me dice ''¿Es usted turista? ¿O local? Por que los turistas tienen un precio más rebajado que los locales''

—¿Ah si? ¿Y de cuánto es ese precio? –Le pregunté siguiendo el juego.

—25 dólares cada kilómetro- Me respondió el desgraciado.

—¿Y usted cree que soy hueona? –Le pregunto yo con una sonrisa – Casi 3 años viviendo acá y mire que nunca me había enterado de eso.

Rápidamente agarré mi maleta, por suerte no era pesada, ni grande, anoté su patente y fui hacia dentro, a seguridad a decir que ese señor estaba estafando a los extranjeros con precios realmente elevados. Luego de eso por fin pude irme a mi destino... la casa de Christian.

Al llegar le pago la tarifa verdadera al taxista, de sólo 30 dólares, tomo mi maleta y camino hacia su casa, la cuál queda a tan solo unas calles de la mía. Al llegar toco la puerta, ya que no tienen timbre. La puerta se abre.

—Isabella... -Dijo sorprendida la madre de Christian, luego, sin previo aviso, me abrazó –Ven, pasa, entra.

—Hola señora

—Que no me digas señora, dime Lucy, que el señora me hace sentir más vieja de lo que soy.

—Jajaja bueno.

—Y dime, ¿cuándo llegaste?- Me preguntó sirviéndome una taza de chocolate caliente.

—Sinceramente... Hace 1 hora con 15 minutos –Dije viendo la hora.

—Jajaja y ¿como estuvo el viaje? ¿Hubo tiempo para pensar? –Me preguntó con una mirada un tanto extraña.

—Supongo que Christian le contó el motivo de mi viaje

—Si, me dijo que necesitabas pensar, que la sorpresa te había sentado mal, pero que sobre todo, pensaste que él y Tamara deberían haber estado juntos, sin que tú te entrometieras.

—Le dijo bien –Respondí casi en un susurro

Al cabo de un rato en un silencio un tanto incómodo, comencé a mirar hacia los lados en busca de Christian, y al parecer no fui muy discreta ya que la señora Lucy miró en mi misma dirección buscando algo también.

—¿Buscas a Christian? –Me preguntó después de unos segundos, por lo que me sonrojé.

—Si, sinceramente él no sabe que yo ya llegué.

—¿No te lo dijo?

—¿Qué cosa?

—Christian ya no vive acá con nosotros.

—¿Cómo?- Pregunté atónita.

—Eso, él está viviendo solo en su propia casa ahora.- Me respondió  como si fuera un niño pequeño que no entiende alguna cosa.

—Y... ¿Sabe como podría encontrarlo?

—Espérame que te traigo la dirección de la casa.

Y se fue, dejándome sola con los pensamientos de que Christian se había mudado solo, ¿sería con Tamara? Ag! Cállate Isabella, la señora dijo SOLO!

Estaba debatiendo con mi cabeza cuándo vuelve la señora con un papel en las manos.

(...)

—¿Cómo no me dijiste que te habías cambiado de casa? A VIVIR SOLO CHRISTIAN! –Fue lo primero que le dije a penas él abría la puerta y quedaba atónito frente a ésta.

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SE REENCONTRARON!!!! Estoy más feliz yo que ustedes yo creo Wuiashiuashai ojalás les guste, si termino de escribir otro capítulo antes de acostarme lo subo!!!

~YaaryBiebs*-*


The Diary of a Teenage.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora