One-shot a petición de la reina duchess_midnight.
Todas las cochinadas siguientes son para ella, no juzguen sus gustos(lean sus joyas y lo entenderán) y disfruten también✨.
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—Mierda, está aquí.
Tras las cortinas onerosas, que osaban esconder al barón, se encontraba la ansiedad personificada entre el lujo.
Jeon Jungkook no recordaba haber acechado con tanto nerviosismo a uno de sus caprichos en la vida. Su modus operandi se limitaba a la franqueza inglesa que lo caracterizaba; directo y sin tapujos era como a él le gustaba llevar a cabo sus fechorías. Pero hoy era una ocasión diferente al parecer.
A través del ventanal apreciaba la figura oscura que irrumpía en sus terrenos. Uniformado con un traje índigo al completo, el azabache del pañuelo a juego con el caballo que lo portaba al galope dentro de su finca. Era una imagen tan candente y a la vez fría, que el barón podía sentir sus vértebras tensarse de nervios. Observado cada trote hasta la entrada, el hombre se bajó con una elegancia pasmosa del corcel, dejándolo sin habla y obligándolo a cerrar el visillo de una vez por todas.
Sentía que la sangre iba a traspasar su piel y tintar la blancura sedosa que apenas cubría su figura superior. La camisa de cuerdas y volantes que había escogido para anudar levemente su pecho, le recordaba el frío que asediaba la habitación espaciosa. Mientras que el cuero aprisionaba sus muslos haciendo que la dermis comenzase a sudar.
Unas pesadas pisadas hicieron eco en la casona, resonando en la cabeza de Jungkook. Tal fue el eco, que hasta los golpeteos de la puerta lo marearon con anticipación.
Secó la transpiración de sus manos y caminó con flaqueza hasta la entrada. Tomando una última bocanada de aire que de poco le serviría al atragantarse con ella al momento de abrir la puerta.
La imagen era delirante desde cerca.
Cejas fruncidas y ojos del color las noches más tenebrosas que Jungkook podía recordar haber sobrevivido a alguna pesadilla. Era aún más imponente desde cerca, observándose como una perdición andante.
Jungkook se escuchó salivar al segundo en el que su escáner ocular dejó de pasearse con descaro por la anatomía contraria.
—¿Terminaste?
Oh Dios Santo, el acento.
Las rodillas amenazaron con dejar caer al barón sobre lo que parecían las puertas al infierno. No sabía cómo estaba manteniendo la compostura frente a un rumano que acababa de abrir la boca para hablar así de candente.
—¿De observarte? Creo que no es suficiente con tenerte en el umbral de mi puerta.
Escuchó un pequeño gruñido de asentimiento, o queja, viendo como la compostura recta y rígida del jinete se rompía para entrar con impotencia en la habitación. Cerrando de un portazo con sus botas altas de cabalgar.
Jungkook quería que hiciera lo mismo pero contra su cara.
—¿Mejor, barón Jeon? —. Vale, Jungkook nunca había escuchado su título nobiliario de una forma tan erótica en boca de nadie.
—Si me llamas así, estará todo perfecto—. parpadeó para sacarse la perplejidad, pero de poco sirvió.— Póngase cómodo, por favor.
Dio media vuelta tratando de enfocar bien su visión y de despejar la nebulosa interior. Sintió tras de sí como unas botas irrumpían en el parqué del suelo, percatándose de como su piel se erizaba a cada pisada que escuchaba. Sus manos fueron a parar al respaldo del gran sillón que acompañaba el ventanal de la recámara.
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Albastru whips. [Taekook]
Fanfiction➻1929, Bucarest. Jeon Jungkook no entiende de precio cuando se trata de sus caprichos. En su viaje a Rumanía descubre su nueva adicción, un jinete desbocado que hipnotiza sus sentidos. Una apuesta es puesta sobre la mesa, las fustas son levantadas...