Ow My Own | Bellamy Blake [PAUSADA]

ACT ONE - La Tierra

"Si me disculpas, mi cabello perfecto y yo nos vamos a retirar"

"Jamás dije eso"

"Como digas, bellota"

"Vete a la mierda, Alek"

EN DONDE Alek, conocido como el chico sin nombre, tiene que sorportar estar con demasiadas personas después de haber estado encerrado durante nueve años.

O

EN DONDE Alek encuentra una forma de ignorar lo que esta pasando molestando al aparentemente hermano de su única amiga.

PRÓLOGO

Tener solo cuatro paredes para existir, no te da mucho para hacer, Alek estaba haciendo lo mismo que siempre hacia cuando se aburria de dormir, tirar una pelota de béisbol (que su tía amablemente le trajo a escondidas) hacia una pared para que rebote y haga lo mismo una y otra vez vez. 

En una de las rondas, tiro la pelota con demasiada fuerza haciendo que se vaya a la ventana con vista al espacio.
  — Genial. Brillante Alek, acelera el proceso de muerte.
Caminó en dirección a la pelota pero se detuvo a ver las estrellas, suspiro recordando ese día.

En la ventana había un niño de ocho años con su madre, a la mujer le encantaba ver las estrellas y el niño amaba ver el cabello castaño claro y ojos azul cielo de la mujer; hubo un tiempo en el que le preguntó a su mamá porque él tenia el cabello de diferente color, y con una sonrisa su madre le dijo que simplemente se parecía a su padre, un hombre que nunca conoció.
El niño miraba el hermoso perfil de su madre mientras que en su boca se formaba una duda que lo estaba carcomiendo desde adentro, así que hizo lo primero que se le ocurrió.
  —¿Ma?
  —¿Sí, cariño? —El pequeño penso un poco antes de hablar. 
  —¿Por qué me tengo que esconder cada vez que alguien viene?
Al momento que solto esas palabras el rostro sonriente de su madre cambio a uno de suavidad y tristeza, la mujer volvió a ver las estrellas como si allí se encontrara la respuesta.
  —¿Te acuerdas que una vez te conté sobre tú padre y lo que tuvo que hacer para que estés aquí?
  —Sí, me lo dices todas las noches.
La mujer se rio suavemente de la cara de su niño, le acarició el cabello rubio, siempre le ah parecido hermoso la forma en la que se parece a su padre, la única diferencia es que tiene sus ojos y no los de él.
  —Bueno, a las personas de afuera no les agrado haber perdido varias medicinas, por lo que si alguna vez te encuentran no se van a poner felices y lo más probable es que te separen de mi, y nosotros no queremos eso ¿Verdad?
El pequeño negó rápidamente con la cabeza, su madre le sonrió.
  —Hora de dormir.