ORQUIDEA

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Orquídea creció alta, hermosa, con pétalos rosados y aterciopelados, su aroma se extendían hasta las nubes, hasta hacerlas llorar.

Todas las mañanas se asomaba a la ventana del castillo, a ver si el sol la veía, pero no, la luz del sol no alcanzaba a iluminarla. El sol bañaba de luz a las flores y rosas de todos los jardines, menos a orquídea, no la miraba ni con un rayito de luz.

Orquídea sentía envidia de Flor Silvestre, de Rosa del Camino y de Cizaña Telaraña, que frente a su castillo jugaban y se reían, cuando el sol bajaba a calentarlas y a divertirlas.

Cizaña Telaraña le gritaba desde el jardín - ! lero,lero, tu no puedes bajar a recibir el sol, el sol no quiere verte- mientras volteaba sus pétalos dándole la espalda.

Sus amigas Flor Silvestre y Rosa del Camino le gritaban dulcemente - Orquídea no le hagas caso a Cizaña Telaraña, ella envidia tus pétalos, y no te preocupes algún día sentirás los rayos del sol.

Antes de ocultarse, el sol besaba a sus amigas, las arrullaba hasta que cansadas se quedaban dormidas en sus jardines.

Orquídea no tenia Flores ni rosas con quien jugar, cuando su padre el señor Clavel llegaba al castillo el sol se había dormido, y su hija Orquídea la encontraba en brazos de Morfeo.

Su padre el señor Clavel la besaba, la abrazaba y le cantaba canciones pero Orquídea no se daba cuenta porque estaba en las profundidades del sueño.

Su mamá Violeta cuando llegaba a casa, también encontraba al sol dormido y con las luces apagadas. pasaba derecho a la cocina a realizar sus quehaceres, a preparar la comida para ella , para Orquídea y para el señor Clavel.

Lavaba los trastos, la ropa, limpiaba el piso, terminaba tan cansada que se dormía en medio de los quehaceres.

Cuando se despertaba le llevaba la cena a Orquídea y casi siempre la encontraba dormida.

Al día siguiente Orquídea se levanto muy triste, porque no pudo ver el sol, ni a su papá, ni a su mamá.

Tomó su cuaderpullo y comenzó a escribir lo triste que sentía, se sentó cerca a la ventana para esperar el sol y hoy tampoco vino a visitarla.

De lejos pudo ver el sol jugueteando con sus vecinitas Flor Silvestre, Rosa del Camino y Cizaña Telaraña.

Orquídea escribió todo lo que contempló ese día , escribió,escribió hasta que anocheció y se quedó dormida recostada en la ventana del balcón con mucho frió porque el sol no la calentó.

Cuando sus padres llegaron se extrañaron de verla recostada en el balcón, corrieron a abrigarla.

El señor Clavel la tomó en sus pétalos y la llevó a su cuarto , la señora Violeta tomó su cuaderpullo con la hoja de anotar y el lapiztilo que se había caído al suelo.

Una vez en el cuarto de Orquídea sus papás la acostaron , le pusieron una manta y observaron que en el cuaderpullo había letras nuevas. La mamá Violeta comenzó a leer lo siguiente:

Mi nombre es Orquídea, vivo en el castillo más hermoso del mundo, en un planeta donde el sol sale todos los días, pero no me ilumina, ni me calienta. Yo lo espero hasta caer la noche pero no logro verlo, ni el logra alumbrarme al igual que mis padres; porque llegan cuando estoy cansada y dormida, el sol no quiere jugar conmigo, pero si juega con mis amigas, y si el sol juega con ellas sus padres también.

Orquídea también había hecho un dibujo del sol, iluminando a sus padres que la llevaban a pasear.

Los padres de Orquídea se sintieron muy mal por haber dejado a Orquídea sola tanto tiempo , se abrazaron,

lloraron , hicieron sus oraciones y se prometieron llevarla al día siguiente al jardín apenas saliera el sol.

Al día siguiente cuando Orquídea despertó encontró a sus padres vestidos y listos para invitarla a juguetear al parque con el anhelado sol.

Orquídea jugó con sus amigas Flor Silvestre, Rosa del Camino. Cizaña Telaraña le pidió perdón por haberse burlado de ella, cuando el sol no la calentaba, y Orquidea extendió sus pétalos y la abrazó, ambas lloraron felices.

Ese día el sol calentó a todas las flores y rosas del jardín, y le dio unos rayos llenos de luz solar a Orquidea, que ponía su cara al sol, mientras saltaba y reía de felicidad.

Su papá Clavel y su mamá Violeta, prometieron que nunca más volvieran a dejarla sola, y que llegarían más temprano para jugar con ella y leerle cuentos hasta dejarla dormida.

Este fue el primer cuento que le leyeron.



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