𝐂𝐋𝐎𝐔𝐃𝐒 [JuanSGuarnizo X Tú] (ECDLE #2)✓

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Estabamos desayunando, hoy habíamos pospuesto nuestros directos porque teníamos cita con el médico para ver cómo iba el bebé.

—¿A dónde van?.— preguntó Uriel —Se arreglaron y toda la cosa así que supuse que saldrían.—

Reí un poco por lo que había dicho

—También nos arreglamos aunque no salgamos, cuando estamos en directo no usamos pijama.— dijo Juan carcajeando —Iremos a la cita médica.—

—¿Es hoy?.— preguntó la señora Nubia emocionada —Yo voy con ustedes.—

Ví como Juan negó rápidamente

—Te traeremos fotos y lo que quieras pero necesitamos que te quedes para que cuides a Uri.— exclamó Juan

—No necesito que me cuiden, tengo 15 años.— habló aquel chico

—Si vivirás aquí no estarás descuidado en ningún momento, estás pequeño todavía.— dije y Juan asintío dándome la razón

—Nosotros no esperamos sustituir a tus papás pero quizás podamos ser como una familia.— sonrió mi colombiano —Si quieres puedo ser algo así como tú hermano mayor.—

Uriel asintío feliz y siguió comiendo, yo instintivamente sonreí también, era feliz al verlo sin todas esas muecas tristes con las que lo había visto desde todos los atentados

—Entonces decidido, me quedaré con Uriel pero ustedes nos mantendrán informados de todo.— exclamó la mamá de Juan y asentímos

Seguimos desayunando, Juan agarraba algunas cosas con su tenedor y me las daba directamente en la boca, yo simplemente sonreía al comer.

Cuando terminamos de desayunar nos despedimos de mi suegra y de Uri para después salir de la casa. Entramos a su auto.

—¿Tienes todo?.— preguntó Juan y lo miré confundida —¿Y tú bolsa?.—

—¿Cuál bolsa?.— cuestioné sin entender

—Siempre debes traer una bolsa para tu celular, tus llaves y otras cosas.— exclamó algo ansioso

—Calmate Juan.— pedí riendo —Traigo mi celular en mi bolsillo y tu traes tus llaves así que no necesitamos las mías.—

Juan suspiró y me miró, me daba ternura su nerviosismo, estiré mi mano para acariciar su mejilla, él sonrió

—Arranca el auto y vamos.— pedí y él asintío

El viaje empezó, puse un poco de música en la radio, mientras escuchábamos empezamos a cantar un poco. Después de unos minutos llegamos al hospital donde me harían los estudios

—¿Estás lista?.— preguntó cuándo estacionó el auto, yo negué con la cabeza

—Estoy nerviosa, ¿Y si algo está mal?.— exclamé

—¿Por qué de un momento a otro te pusiste así? No pienses que las cosas saldrán mal.— habló

—Existe la posibilidad de que haya algo mal.— dije y me miró mal —Está bien, me calmo.—

Bajamos del auto y nos adentramos al hospital, Juan tomó mi mano para caminar juntos, el mal presentimiento aún no se iba y no sabía que más hacer para alejar lo negativo de mi mente

—Todo estará bien.— dijo —Al principio yo estaba nervioso, invertimos los papeles.—

Reí un poco. Llegamos al ascensor que nos llevaría al piso dónde teníamos la cita. Los nervios seguían aumentando, sentía que algo estaba mal hasta que de repente sentí un pequeño movimiento en mi estómago, era como cosquillas pero más intensas.

—¿Qué pasa?.— preguntó Juan —Te quedaste estática.—

Intenté analizarlo, solté a Juan para agarrar mi estómago, ¡Se había movido! por primera vez sentí que se movió. Mis nervios se esfumaron

Las puertas del ascensor se abrieron así que bajamos, yo tenía una sonrisa que sentía que jamás se me borraría. Juan se detuvo haciendo que me detuviera

—¿Qué te pasa?.— volvió a preguntar con una risa nerviosa

—Se movió.— dije y me miró sin entender hasta que señalé mi estómago —¡Se movió!.—

Juan me abrazó y lo abracé también, ambos estábamos bastante felices, por ese momento habíamos olvidado que estábamos en medio de un hospital

—Haz que se mueva de nuevo.— pidió poniendo su mano sobre mi estómago, yo reí

—Así no funcionan las cosas, no fué ni siquiera una patadita, solo se movió.— sonreí —Como que se acomodó o no sé.—

Juan volvió a tomar mi mano y me miró sin borrar su sonrisa

—Vamos, apresuremonos para verlo.— pidió y prácticamente me arrastró en el pasillo hasta que llegamos frente a el consultorio donde teníamos la cita

Golpeó suavemente la puerta hasta que escuchamos la indicación de que entraramos. Pasamos y mi mirada se dirigió a las paredes, en ellas estaban pintadas unas nubes hermosas

—Buenos días.— saludó aquel doctor llamando mi atención —Empezaremos esto rápido para que puedan ver a su bebé cuánto antes.—

Asentí, me indicó que debía recostarme y así lo hice, Juan se mantenía parado a mi lado. El doctor nos explicó el procedimiento, puso un poco de gel en mi estómago y empezó a pasar un pequeño aparato, en una pantalla apareció la imagen, no le encontraba mucha forma, esto era confuso

—Y bueno, aquí tienen a su...— empezó a mover un poco más aquel aparato para darnos una mejor vista —A su pequeña bebé.—

Miré a Juan, parecía empezar a llorar, yo simplemente sonreía aguantando las lágrimas

—Se vé muy sana.— exclamó con una sonrisa —¿Quieren escuchar su corazón?.—

Asentí viendo como Juan se había quitado sus lentes para limpiar sus ojos.
Por las bocinas de aquel consultorio lleno de nubes se empezaron a escuchar algunos latidos que rápidamente derritieron mi corazón y me hicieron liberar el sentimiento.

—Esta chiquita tiene aproximadamente 6 meses.— avisó y lo miré confundida, aún habían algunas lágrimas en mis ojos

—Según mis cuentas son apenas 5 meses.— dije y el doctor negó

—Por el tamaño y la formación le puedo asegurar que son 6 meses.— rió un poco —Felicidades.—

Juan no había parado de llorar, era demasiado sensible y no lo culpaba, esto era para emocionarse. Yo solamente podía pensar ¿Faltaban 3 meses? esto estaba avanzando tan rápido que ni siquiera me había dado el tiempo de organizar nada.

Miré de nuevo hacía aquella pantalla, no podía esperar para verla y poder tenerla conmigo, la amaba demasiado.

—Me siento literalmente entre las nubes.— dijo Juan refiriéndose a aquellas paredes —Gracias por ser todo lo que siempre deseé, mi familia.—

Ahora todo estaba en su lugar, nada podría salir mal a partir de hoy, ni Agustina ni nadie podía arruinar toda mi felicidad