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Jake suspiró cansado al ver su departamento frente a él. Después de un largo día de trabajo en la empresa donde trabajaba, todo lo que podía pensar era "por fin estoy en casa".
Se apresuró lo más que pudo, cargando en su mano izquierda una bolsa blanca de plástico, donde llevaba la cena de aquella noche: comida italiana del restaurante cercano en donde trabajaba. Sacó sus llaves y antes de que pudiera insertarlas en la cerradura, un gran alfa pelinegro con olor a durazno apareció frente a él.
— Hola, cariño mío. — saludó a Jake, dejando un suave beso en los labios contrarios, provocando una sonrisa en Jake.
— Que agradable manera de llegar a casa. — El omega entró, dejó la bolsa de comida en la encimera de la cocina y volteó hacia Sunghoon para ser abrazado por él. Recargó su cabeza en el hombro del alfa, cerró sus ojos al sentir caricias en su rubio cabello.
— ¿Un día pesado? — Sunghoon preguntó, sabiendo lo difícil que era últimamente para su omega el trabajo.
Jake asintió, aún en los brazos del alfa. — Tuve que correr todo el día de arriba a abajo, los ejecutivos con los que estamos trabajando solo saben aplastar sus inútiles traseros en la silla, mientras esperan que les lleven café para comenzar a dar órdenes, como si fuera su empresa.
Sunghoon resopló, no le gustaba que Jake trabajara con ese tipo de personas. — Sabes que no tienes que soportarlos, amor. Siempre puedes reportar con el jefe, o ponerlos en su lugar.
— Lo sé. — Jake levantó su cabeza de donde estaba y le sonrió a su alfa, dejando después un casto beso antes de salir de sus brazos y comenzar a servir la comida. — ¿Qué tal te fue a ti?
— Los niños son demasiado energéticos, gracias a Heeseung, pude sobrevivir ante las indicaciones que nos daba la directora del plantel. — Comentó Sunghoon, ayudando a poner la mesa—, Sunoo está en una de las aulas, con los más pequeños y junto a tu hermano.
Jake volteó a verlo sorprendido. — Nunu no nos había comentado que trabajaba en ese preescolar.
— Parece que también acaba de entrar — Sunghoon tomó un poco de jugo, — estaba tan sorprendido como yo cuando lo vi a la hora de la junta que hubo.
— Me alegra que Sunoo también haya encontrado un buen trabajo. — comentó Jake comiendo de su pasta
— A mi también me alegra. — Sunghoon le sonrió a su pareja y continuó comiendo.
Ambos comían sin hablar, degustando de la deliciosa comida italiana. Sunghoon estaba a punto de llevar un bocado más a su boca, cuando Jake se levantó bruscamente de la mesa y corrió hacia el cuarto de baño.
Sunghoon dejó todo en la mesa e inmediatamente caminó a paso rápido hasta el baño, donde tocó con cuidado la puerta que estaba cerrada.
— ¿Puedo pasar? —preguntó escuchando arcadas desde dentro del baño. Preocupado, decidió abrir la puerta con cuidado de no golpear por accidente a Jake con esta, pero grande fue su sorpresa cuando vio a su omega arrodillado en el blanco piso, vomitando su comida en el retrete.
