C3 |LA CENA. PT II

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Hora y media más tarde, Cassie ya había llegado y el ambiente se encontraba un tanto...incomodo, miré de reojo a Evan mirando fijamente a Cassie que movía la pierna en repetidas ocasiones, nerviosa, también vi a Max colocando una mano en la pierna de su novia para calmarla y susurrarle algo.

Apagué el fuego y serví la pasta en cinco platos.

—Si quieres puedo ayudarte a poner la mesa —ofreció la rubia rápidamente, todo con tal de escapar de la aterradora mirada de Evan sobre ella.

—Claro, gracias.

Cassie se llevó los vasos y cubiertos, mientras yo llevaba los platos, Max también ayudo a llevarlos.

Cuando ya todos estábamos en la mesa, Cassie y Max se susurraban cosas y Emmy se encontraba en su celular mandando mensajes. Y yo me dedicaba a mirar a los hermanos, intentaba buscar algún parecido entre ellos, y al no encontrarlo, pude sentirme un poco mejor al no haberlo reconocido.

Analice a Max, quien aunque si tenía el cabello negro, lo tenía con menos intensidad, además de tener los ojos marrones que había heredado de su madre. Lo único que coincidía en ellos eran ciertas facciones, como las cejas pobladas y nariz puntiaguda. Si tu los vieras juntos sin saber que eran hermanos, ni siquiera te darías cuenta de que lo son.

En cuanto la mirada de Evan se cruzo con la mía, la bajé de inmediato, fijándola en mi plato.

—Y... ¿Les está gustando la comida? —preguntó Emmy, intentando romper lo incomodo del ambiente.

—¿Estudias gastronomía, Lily? —me preguntó Evan,

Levante la mirada de mi plato hacia Evan, por un momento me quedé en blanco, hasta que reaccioné y carraspeé.

—No, aunque me gustaría, pero la carrera es demasiado cara para poder pagarla yo sola..., pero he tomado varios cursos y me gusta experimentar recetas.

—Entiendo. ¿Entonces no estudias?

Negué con la cabeza.

—Ahorita prefiero trabajar y con ese dinero pago ciertos cursos...

—¿Y tú Cassie? —Está vez se enfocó en su cuñada.

Cassie levanto la mirada rápidamente y vi como limpio sus manos contra su pantalón.

—Yo... si estoy estudiando la carrera de diseño gráfico.

—¿Y desde hace cuánto conoces a mi hermana?

—Evan —Max miró a su hermano con severidad.

—¿Qué? —Él se encogió de hombros—, no estoy haciendo nada malo, solo quiero saber cómo se conocieron.

Max entrecerró los ojos hacia el con recelo.

—Ésta bien Max, no tengo problema —La rubia tomó la mano de Max y le sonrió ligeramente antes de responder a Evan, mientras que el mencionado miró con una ceja enarcada las manos de la parejita—. Nos conocimos gracias a Lily, cuando estaba en la facultad y en una ocasión vine a realizar un proyecto, ahí conocí a Max, empezamos a hablar y después a salir.

—¿Y desde hace cuánto se conocen?

Para este punto comenzaba a divertirme la actitud de Evan como hermano sobreprotector, incluso me recordó cuando espantaba a los chicos con los que salía Max en la secundaria. Y no solo yo comenzaba a divertirme, también vi a Emmy ocultando su sonrisa divertida.

—De conocernos un año, y de novias nueve meses —dijo la parejita al mismo tiempo, haciéndome reír.

Era muy lindo verlas juntas.

***

Al terminar la cena, Emmy lavaba los platos sucios, Max y Cassie tenían una tonta pelea por ver quién tenía que elegir la película, Evan solo las miraba y cada tanto rodaba los ojos. El ambiente ya se había aligerado y Cassie ya lucia más relajada.

Evan pareció dejar de querer ver la cursi y un poco ridícula escena que su hermana y su cuñada llevaban, por lo que salió al pequeño balcón que había en el departamento.

Y por alguna razón que aún no tengo muy clara, lo seguí. Abrí la puerta corrediza de cristal y me quedé ahí parada, solo viéndolo.

—¿Te vas a quedar ahí parada viéndome o qué?

Mis mejillas se sonrojaron al darme cuenta que él se dio cuenta que estaba ahí, carraspeé incomoda y no tuve de otra que acercarme, me recargué en los barandales justo como él estaba y fruncí el ceño cuando vi un cigarro entre su dedo índice y se dedo medio.

—¿Qué no eres doctor?

—Lo soy.

—¿Y que no se supone que no deberías fumar?

—¿Por qué no debería?

Rodé los ojos.

—Cuidas la salud de otras personas, pero no la tuya.

—No lo hago diario, solo lo hago cuando estoy estresado.

—¿Y estás estresado?

—¿Ahora? No, solo que no me caía nada mal un cigarro.

—Ya... —murmuré jugando con mis dedos, quería hablar de lo que había pasado anteriormente después de esa fiesta, pero al mismo tiempo no sabía cómo hablarlo— Y... ¿recuerdas que pasó esa noche...?

Él se tomó su tiempo para responder, dándole una calada al cigarrillo y soltando el humo.

—Poco, solo recuerdo que vi a una linda chica y me acerqué, el resto no lo recuerdo del todo.

—Uhm, a mí no me gustaría que Max se enterará —murmuré.

—Descuida, no tenía planeado decírselo, después de todo fue solo una noche. No volverá a pasar, ¿cierto?

—Cierto, solo una noche, eso no se repetirá —concedí.

—Claro, solo fue algo casual.

—Exacto, casual.  

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