Narrador Omnisciente:Luego de cortar la llamada, alisó un poco su ropa y se dispuso a abrir la puerta, encontrándose así con una joven.
—¿Hola?—saludó confundida a la muchacha en su puerta.
—¡Hola, nueva!—saludó una pelinegra con mechones morados en su puerta. Para luego, entrar a su habitación con total confianza y sentarse en su cama—Veo que te acomodarse bien. Yoko Tanaka, un placer conocerte.
—Alysanne Wester, el placer es todo mío, Yoko—la ojiazul tomó el banquillo en el que se encontraba sentada hacia unos minutos, mientras hablaba con sus amigas, y lo colocó frente a su compañera.
—Ví que no te tomó mucho tiempo hacer un amigo...¿O acaso me equivoco?—comentó la joven de lentes.
—¿Hablas de Xavier?—la adolescente frente a ella le dió un asentimiento con una pícara sonrisa plasmada en su rostro—Puede ser, el es muy bueno y gentil. Me recibió muy bien y fue muy amable y cordial. Es bueno tener aunque sea un amigo, y no estar sola en un lugar donde todos te ven mal.
—Pues ahora son dos, déjame presentarte a algunas chicas. Verás que encajaras bien aquí—incentivó la joven de piel de porcelana.
—Eso espero, sería penoso no encajar en un lugar completo de personas como tú...—sin haberse dado cuenta, Alysanne comenzaba a aceptar, poco a poco, quien era en realidad. Aunque aún le quedaban cosas por resolver—Por cierto, si no es una molestia que te lo pregunte, ¿Por qué llevas gafas aquí adentro?
La pelinegra solo sonrió, revelándole así, sus colmillos.
—¡Vaya! ¡Es increíble! ¡Creí que los vampiros eran un mito!—exclamó mientras veía asombrada a la asiática.
—Somos muy reales, hay varios aquí. Quizá te los presente luego. Aunque no esperes mucho, no son tan sociales—Yoko dirigió su mirada detrás de la chica, donde se encontraban varias pinturas—Ahora se por qué te llevas bien con Thorpe.
Alysanne veía confundida a la muchacha, está se levantó y se acercó a sus pinturas, hasta que se topó con una, una pintura que hizo que su piel se erizara. La pintura reflejaba a siete personas con capas moradas formando un círculo en una habitación que ella conocía muy bien.
—¿Qué es esto?—preguntó la joven vampiro.
Alysanne se acercó a ella hasta posicionarse a su lado, y se fijó en la pintura que había llamado la atención de su acompañante.
—No es nada, solo algo que soñé. Eso es lo que hago, sueños proféticos. He soñado con ellos varias veces. Cada uno de mis sueños los pinto, así es más fácil a la hora de recordarlos ¿Te gustaría ver más?
—Claro que si...—Yoko dirigió su mirada al borde de la pintura, tanto en esa como en otras, había una frase escrita—¿Y esto que es?—preguntó señalando la frase.
Alysanne vió a lo que se refería—Eso es—la castaña se quedó unos segundos pensando en como responderle, hasta que la respuesta aterrizó en su cabeza—Se podría decir que es la profecía. Cada vez que sueño, hay una profecía. Entonces la escribo en mis pinturas como una referencia, o una especie de firma para cada sueño.
—"Entre amaneceres verdes y noches de zafre. Los siete pilares bajo las tablas tejen una red. La sangre azul regresa. Sin embargo, solo las arañas encuentran en camino"—leyó su compañera—¿A qué crees que se refiere?
—No lo sé. Normalmente jamás le encuentro respuesta a mis sueños. Solo se que siempre se cumplen, pero nunca puedo descifrarlos a tiempo. O al menos nunca supe bien por donde empezar, hasta ahora—explicó la muchacha—Siento que mis sueños, al menos la gran mayoría, están conectados con Nevermore. Así que probablemente, esas personas sean de aquí, y ese lugar esté en alguna parte de Nevermore.
El nerviosismo se extendió por el cuerpo de Yoko. Nadie debía saber acerca de esa pequeña sociedad secreta, absolutamente nadie, y mucho menos ella.
—¡Mira aquí están!—la adolescente sacó de una gran baúl un par de lienzos envueltos en una delicada tela para proteger las pinturas.
Yoko se sentó en el suelo de madera junto a ella, y comenzaron a desenvolver las pinturas. Eran siete en total la cantidad de pinturas que estaban destinadas a esa sociedad secreta.
La última pintura. La profecía de su último sueño acerca de esta sociedad era una frase paralizante para la joven «Siete lienzos, siete sueños, siete miembros, siete secretos, un océano de lágrimas saladas» leyó la asiática en su mente.
—¿Te encuentras bien, Yoko? Te ves algo mareada—Alysanne colocó una mano levemente sobre el brazo de su acompañante, esta solo le sonrió.
—¡Claro! Creo que solo fue un pequeño mareo por el cambio de clima. Ya sabes, un día hace demasiado calor, y al otro te congelas—explicó riendo levemente para ocultar su mentira.
—Te entiendo, tranquila—el teléfono de Yoko sonó, su compañeras de feria la buscaban.
—¡Demonios! ¡Olvide que debo presentar mí stand en la maldita feria!—exclamó frenéticamente. La joven se levantó apresuradamente y se dirigió a la puerta, pero a último minuto, volteó a ver a Alysanne—Muéstrame el resto más tarde, estaré encantada de verlas. Y por cierto, bienvenida a Nevermore—Y así, la muchacha cerró la puerta dejando a la ojiazul totalmente confundida.
Pero ella también recordó algo. Xavier iba a esperarla afuera de sus dormitorios para ir juntos a la feria.
Había escuchado que solo los que exponían debían utilizar el uniforme, así que solo se colocó una blusa blanca de mangas largas y algo escotada, junto a una falda de jean y unas zapatillas blancas.
El maquillaje para ella no era algo muy necesario. Tenía una piel que no requería más que un poco de correcto de ojeras, máscara de pestañas y una poco de labial en su tonalidad favorita, coral.
Bajó corriendo rápidamente las escaleras de los dormitorios, a unos metros más allá de la entrada se encontraba el. Xavier estaba recostado contra un pilar, con una pierna flexionada hacia atrás, recostando su peso en esta. Tenía auriculares puestos y sus ojos cerrados. Palmeaba sus manos contra sus muslos al ritmo de la música en total calma.
Alysanne lo observó, y una sonrisa se dibujó en su rostro «¿Cuánto tiempo llevará allí esperando?» pensó ella. Tenía el temor y la vergüenza de haberlo hecho esperar demasiado.
Se acercó hasta el, y con delicadeza, se dedicó a tomar el lado derecho de sus auriculares para colocarlo en su oreja.
Xavier se sobresaltó, pero al ver que era ella solo sonrió y frenó la música.
—Ladrona de auriculares, hasta que te dignaste a aparecer—comentó con gracia viéndola sonrojarse de la vergüenza.
—¿Te hice esperar demasiado?—preguntó con pena en su vos.
El adolescente dio una leve mirada a su teléfono y respondió.
—Dos canciones. No tardaste mucho, es más, ni siquiera tardaste, tranquila—Xavier se alegró al ver que había conseguido sacarle una sonrisa. La analizó de pies a cabeza, involuntariamente claro. Su ropa de pegaba a su cuerpo y resaltaba sus curvas, su maquillaje era leve, no podía verse más hermosa. No podía creer que tenía a la muchacha que acosaba sus visiones constantemente frente a el.
Su belleza era indescriptible, única, especial, nunca había visto a una persona que irradiara tanta bondad como ella lo hacía.
Pero no sé había dado cuenta de que había estado mirándola por un pequeño rato.
—¿Xavier sigues ahí?—la bella castaña chasqueó sus dedos frente a los ojos de el, trayéndolo a la realidad—¿En donde estabas? Parecía como si tu mente hubiera abandonado tu cuerpo y se hubiera ido de viaje a otro planeta.
«Tu me llevas a otro planeta» pensó, y río en su mente por lo mismo.
—Estoy bien, descuida. Solo me quedé pensando en si habría buena comida en la feria—mintió.
—¿Por qué no mejor vamos y lo comprobamos?—sugirió con una sonrisa.
—Me encantaría, Alys.
Y así ambos se fueron en dirección a la feria de estudiantes, donde pasarían una larga y agradable tarde...Como estaba predicho.
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ROSES AND THORNS | Xavier Thorpe
FanfictionLa Academia Nevermore, una institución académica que cría marginados, fenómenos y monstruos. Todo lo opuesto a su rival, la prestigiosa Academia Evermore, donde la perfección es la característica mas destacada. Evermore, sus alumnos no eran mas que...