Capitulo siete

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Se sentía liviano, como si le hubiesen sacado una gran carga de estrés y preocupaciones que llevaba acumulando hace años. Sus párpados no querían abrir pero sabía que era necesario incluso su cuerpo no deseaba moverse de donde estaba. Las sábanas blancas rodeaban su cuerpo y su cabeza descansaba en una gran almohada.

Sintió que el único calor que se expandía de ese cómodo lugar era el suyo y que el lado contrario de la cama estaba vacío.

Se sentó obligado por lo que su humor no era el mejor. Necesitaba salir se ahí pronto y volver al trabajo antes de que las preguntas comiencen. Sabía cómo mentir así que sería fácil pero prefería ahorrarse los cuestionamientos.

Cuando la sabana abandono su cuerpo noto que estaba únicamente en ropa interior y que a los bordes de la cama estaba dispersa su ropa. Vio el lado vacío de la cama y todo los recuerdos vinieron como flashbacks. El alfa tomando sus piernas ingresando en ellas sin pudor, las manos en sus caderas para aumentar el placer, las embestidas duras y profundas con su rostro pegado a las sábanas. Todo eso y más llegó a su cabeza. Además de un dolor en su espalda baja cuando se sentó.

Salió de las sábanas recogiendo sus prendas y colocándoselas. Ya tendría tiempo de lavarse en su departamento. Vio su reloj y eran las 10 de la mañana. Tenía entendido que hoy no tenía una misión pero si debían abrir un nuevo proyecto a las 2 de la tarde. Le quedaba tiempo para llegar a su departamento y quitarse el olor a alfa.

Después de que recogió todo lo que le pertenecía salió de la habitación oliendo el aroma a café que provenía de la cocina.

-Por fin despiertas -habló Bokuto cuando Keiji hizo presencia en la cocina- no eres de las personas que madrugan -llevo una tostada con mermelada a su boca que al morderla mancho parte de sus labios.

-No lo soy, pero tengo que trabajar así que no me queda de otra -llego al pasillo que llevaba a la entrada tomando su abrigo que estaba en el perchero- me debo ir.

-¿Ah? Creí que compartiríamos juntos un rato más -se levantó de su asiento dejando la taza, acercándose al menor- Quetade, después puedes trabajar.

-Mi cargo no es como el tuyo. Yo dependo de las ordenes de los superiores -se coloco el abrigo, al menos eso opacaria un poco el olor de Bokuto que tenía en todo su ser.

-¡Yo también! Somos tan parecidos.

-Estoy en muy desacuerdo con eso -se acomodo el abrigo viendo como los ojos del contrario estaban sobre él- ¿No crees que has visto suficiente de mi? -atacó con sus palabras.

-Creo que nunca será suficiente -se defendió- Recuerda Agaashi, los polos opuestos se atraen.

-Nos vemos Bokuto-san

-Espera -alertó el alfa teniendo un problema presente en su cabeza pero decidió que no era el momento para hablarlo- Olvidalo lo podemos hablar por la tarde. No te dejes atrapar Agaashi, solo por mi.

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Camino a su hogar pensó a que se refería Bokuto con ser "destinados"

Según el alfa era una leyenda que le contaban a los niños pequeños, pero él creció rodeado de estos y ninguno le habló o mencionó esa palabra. Lo más probable es que ninguno tuvo una figura parental presente, al igual que Akaashi.

𝑷𝒍𝒂𝒚 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒇𝒊𝒓𝒆 - 𝐁𝐨𝐤𝐮𝐚𝐤𝐚 (𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora