Almas en pena

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Un joven duque iba caminando por la orilla del río se habia vuelto rutina esos caminos, llegando al muelle noto a una joven sentada con los pies en el agua, cantando una melodía suave y adictiva, se fue acercado de a poco hasta ver a esa hermosa joven.

-Oh bella dama, que preciosa voz tiene.

-Muchas gracias señor.

- ¿Cuál es tu nombre, hermosa mujer?

- Tengo muchos nombres mi señor, pero puede decirme Náyade.

-Náyade, un nombre tan exquisito como su belleza.

Nayade noto las malas intenciones que podría tener el duque, el solo miraba su cuerpo con deseo, ella levantó sus pocas pertenencias y se dispuso a irse cuando él duque nuevamente habló.

-¿Ya se va hermosa dama?

-No pretendo ser grosera mi señor, pero tengo trabajo por hacer.

- Si es dinero lo que necesita yo puedo ofrecerle todo lo que usted quiera, por un poco de su tiempo.

El duque río internamente pensando que aquella dama iba a aceptar, esa propuesta.

- Se lo agradezco señor, pero prefiero ganar mi dinero honradamente.

La joven sintió como su enojo empezaba a crecer y a la vez el miedo, no sabia lo que podría a llegar a hacerle aquel hombre parado en frente de ella, el duque la miraba con tanto deseo que no iba a permitir perderla, ¡El era el duque de esas tierras! El tomaba lo que quería y cuando lo quería y el que se atrevía a detenerlo no valoraba su vida.

-Pero jovencita aun no anochece y ya quieres dejarme solo.

El duque agarro a Náyade del brazo, suave pero firme.

-Señorita usted no se puede ir hasta que me de lo que yo quiero.

-¡No! ¡Suelteme o gritaré!

El duque se río tan fuerte que algunos pájaros salieron volando y haciendo ruido.

- ¡Grita! ¡Grita fuerte! Que nadie va a escucharte.

La joven entró en pánico y miró el rio viendo que tal vez ese sería su único escape, forcejeo con el duque pero solo logro enojarlo, la tiro al piso mientras de un cachetazo callaba sus gritos, Náyade lloraba en el frío suelo mientras rezaba poder salir viva, sabía que no tenía oportunidad contra el duque, era un hombre el doble de grande que ella, sintio miedo, horror, asco, el duque se tiro sobre ella y esa tarde, no solo rompió sus prendas, sino que también su alma, esa tarde el profano su cuerpo como si le perteneciera y ella no dejó jamás de gritar, nunca dejo de luchar a pesar de que sabia que no iba a poder contra el.

Al día siguiente el duque se despertó en su enorme cama, levantó su obeso cuerpo de ahí y se dispuso a desayunar, pero no sin antes darse una buena ducha, recordando a aquella jovencita el duque sonrio.

Una vez que desayuno bien, después de gritarles a sus empleados y acosar a las mucamas más lindas se dispuso a salir a su caminata de todos los días.

Otra vez por su camino favorito, al lado del río iba caminando el duque, cuando de pronto, una voz familiar se hizo oír.

-No, imposible, deben ser ideas mías, maldita sea, mi cabeza me esta jugando una mala pasada.

¿Como podría ser ella? Si el había acabado con su ser luego de haberla echo suya, era imposible, pero sin darse cuenta otra vez esa voz lo atrapó y como si de un hechizo se tratase, su cuerpo ya no le hizo caso y camino al mismo muelle donde conoció a aquella mujer.

Una vez a la orilla del lago, sus pies cubiertos por agua y su cuerpo rígido, miró hacia adelante, una extraña forma salía del agua y lo miraba fijamente, otra vez esa voz volvió a escucharse y su cuerpo dejó de hacerle caso, mientras se adentraba al agua, el era consciente de lo que estaba pasando, cuando el agua le llegó al pecho, sintió unas manos agarrar sus piernas, sintió las lágrimas salir de sus ojos, las manos iban subiendo hasta que las vio salir del agua junto a un rostro conocido, Náyade estaba en frente de él, agarrandolo de los hombros, como si nada hubiese pasado, su rostro se veía hermoso, su pelo mojado, sus hermosos ojos color esmeralda.

Náyade sonrio y de pronto un aura sombría la invadió, y su rostro cambió de ser hermoso a ser horrible, su color de piel era pálido, su cuerpo estaba hinchado por haber pasado la noche bajo el agua, los golpes en la cara se notaban y se veían asquerosos, las marcas en su cuello se notaba más, abrió la boca y salió sangre junto con agua. Empezó a cantar esa suave melodía, y se fueron hundiendo juntos, el duque entró en pánico y su mente sabía que tenía que escapar de ahí, pero su cuerpo no le hacía caso, quiso luchar y no pudo, quiso gritar y las palabras no salían, quiso hacer algo y no pudo hacer nada.

Ya adentro del agua, el duque sentía que se le acababa el aire, había cerrado los ojos esperando su final, cuando Náyade agarro su cabeza y lo obligó a mirar a su alrededor, decenas de cuerpos habían bajo el lago, todos y cada uno de ellos lo miraban fijamente, como si lo estuviesen esperando, el duque ya no podía respirar, todos esos cuerpos que el había tocado y profanado como si fuese suyo lo habían estado esperando, para así poder ver su final, su cuerpo reacciono y como si de un milagro se tratara intento nadar a la superficie, cuando pudo respirar se dio cuenta de lo lejos que estaba de la orilla, intento seguir nadando, pero escucho gritos y ahí lo supo, lo dejaron libre para verlo sufrir.

Todas esas almas de esas mujeres que el le había arrebatado al mundo, gritaban, mientras el se esforzaba para salir del lago, esas almas lograron atraparlo y entre todas lo llevaron al fondo donde pertenecía, ahí una vez que todo aire abandono su cuerpo luego de que todas las mujeres que el había matado y violado lo vieran sufrir, solo en ese momento pudieron ser libres, se vieron decenas de luces salir de ese lago, como si estrellas fugaces salieran directo al cielo, una por una se fueron y abandonaron ese lugar de sufrimiento, sabiendo que nunca más nadie iba a tener ese horrible final, mientras tanto, el alma y cuerpo del duque se quedó ahí, mirando como todas las almas eran libres menos la de el, que se había condenado solo y debería sufrir el ahogamiento, por el resto de la eternidad, sentía como se ahogaba una y otra y otra vez, sintió cuando su cuerpo se hincho hasta explotar, sintió su cuerpo descomponerse, sintió como solo quedaban sus huesos y nunca más volvió a ver la luz del día, solo vio oscuridad y escuchaba siempre esos gritos, recordándole porque estaba ahí, todos y cada uno de los gritos que el habia provocado, por el resto de su eternidad.

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⏰ Última actualización: Dec 20, 2022 ⏰

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