-¡¿Que es lo que está pasando?! la luna....se ha ido de repente-preguntó el hombre que recién llegaba a su hogar.
El pequeño Taehyung se separó de su madre y corrió hacia donde se encontraba su querido padre quien recién llegaba de su obstinado trabajo, ya hacían más de dos días desde que el alfa había abandonado su hogar para cumplir con su deber como sacerdote del monarca. El pequeño cachorrito se detuvo enfrente de su progenitor, su ejemplo a seguir de toda una vida.
-¡Padre, que bueno que volvió! mamá dice que este podría ser el final de nuestro linaje y tengo mucho miedo-el pequeño niño intento abrazar a su padre, necesitaba el calor y la protección que solo él podría fácilmente brindarle, necesitaba estar a su lado por un segundo para que cuando volviera a marcharse doliera menos, pero solamente consiguió ser apartado -padre, hágame caso un segundo, por favor.
-¡No molestes, Taehyung! no tengo tiempo para tí ahora mismo, quizás mañana, ahora ve adentro.
El pequeño Kim asintio cabizbajo ante el rechazo de su padre hacia él, entró a su hogar, de nada le servían las comodidades y las costosas prendas si no tenía lo que tanto deseaba, el cariño de sus padres. Su hogar no era igual al de los demás niños del pueblo, su casa estaba llena de cruces colgadas en la pared, algunos libros religiosos y objetos extraños de los cuales desconocía su procedencia. El pequeño se adentro a la habitación de su madre, se acostó junto a ella en la cómoda cama, la omega se encontraba profundamente dormida y seguramente, según él, ni siquiera notaría si trataba de escapar algún día, quizás sea ese mismo. Pero por el momento solo durmió, cerro sus ojitos y oculto su cabecita en el cuello de su madre para aspirar su dulce aroma a cerezas, para que así se alejara todo el miedo y dolor que sentía, la desaparición de la luna y el hecho de que todo se hallará en total oscuridad le aterraba de sobremanera, pero le dolía aún más el rechazo de su padre alfa.
Seguramente ya era media noche y por la ventana de cristal de la habitación se filtro una tenue luz blanca, al instante los ojos de Taehyung se abrieron al notar aquel débil resplandor chocando en su rostro, el pequeño niño talló sus ojitos y volvió a observar notando que no era obra de su imaginación por lo que con cuidado salió de debajo de las sábanas y se colocó sus zapatos los cuales se encontraban a un lado de la cama, miro a su madre por un segundo y al parecer esta se encontraba profundamente dormida, ¿estaría bien salir afuera por un segundo? mas el pequeño cachorrito ni siquiera lo pensó dos veces y siendo víctima de la curiosidad persiguió aquel pequeño brillo que se había colocado en su alcoba.
Taehyung corrió en un intento de alcanzar aquella luz, pero no noto que a mediados que avanzaba continuaba alejándose de todo, del pueblo, de su hogar e incluso atravesó algunos árboles y pequeñas chozas hasta que llegó y se detuvo enfrente del bosque, el bosque prohibido ¿la razón? aún no lo sabía, pero su padre iba allí todos los días acompañado de algunos de los guardias del rey, lo sabía pues había escuchado anteriormente a sus padres hablar, Taehyung se detuvo en seco cuando notó donde se encontraba, además de que no lograba ver nada debido a la oscuridad que había bañado repentinamente al mundo y temía ser atacado por los lobos salvajes o algún otro animal, pero algo sujeto su manita, ¿que era? no lo sabía pues ni siquiera podía verlo, pero de igual forma el miedo atrapó toda su mente y cuerpo al recordar aquellas entidades malditas de las que su padre se deshacía mediante exorcismos.
-No me mate por favor-suplicaba el niño mientras las saladas lágrimas resbalaban por sus mejillas haciendo notar el gran miedo que sentía, pero no era el momento para temer, no cuando nada podría ocurrir, no al él, no podría salir lastimado ese niño porque él era importante, era una gran pieza para ese futuro incierto del mundo -se lo pido, no me escaparé más y seré un buen chico.
Sin más esperar el niño fue jalado dentro del bosque, sus gritos no eran escúchados debido a la distancia que había entre las casas y el bosque, la desesperación creció en él al tener los ojos abiertos y no ver absolutamente nada, tampoco había nada sujetándolo cómo antes y había caído al suelo. Kim abrazo sus piernas, cerro sus ojitos e intentó y deseo no escuchar ninguno de esos ruidos que atormentaban su cabeza. Pero el niño alzó la vista cuando volvió a sentir aquel resplandor en su rostro, sus mejillas se sonrojaron levemente por lo que en ese momento observaba; un bello joven, era alto, delgado y las fracciones de su rostro eran tan delicadas como las de su madre omega, pero hubo algo que robó la atención del pequeño, sus ojos, sus ojos eran blancos y brillaban como la luna, ese joven parecía irreal.
-¿Quién es usted?
-Soy una persona a la cual ayudarás en un futuro, cuando ambos estemos listos para cumplir con la misión que la Diosa Luna nos a otorgado. Querido Taehyung, nunca temas porque una parte de mi vive en tí, siempre estarás protegido y tu camino iluminado por mi luz.
-¿Quien es la Diosa Luna?
-Cachorro, ella es nuestra creadora, es la luz del mundo y tú me ayudarás a mantenerla brillante.
Aquel joven abrazó al pequeño Kim quien al instante cerro sus ojitos y quedó profundamente dormido olvidando todo el miedo y tristeza que le perseguía, ese abrazo le hizo sentir paz.
El estruendoso llanto del bebé rompió el sepulcral silencio que mantenía toda la manada de Garher, la bella luz de la luna regresó al igual que las parpadeantes estrellas.-¿Que fue lo que ocurrió?-preguntó la señora Jeon sorprendida.
-Jeon Jungkook, él tomó la luna, tal y como las profecías dictan, un ángel que tomara parte de la luna, un ángel que sembrará brillo y luz en un mundo como lo es el nuestro, en un mundo lleno de odio.
Los ojos del bebé regresaron a la normalidad tomando nuevamente su color marrón, recién iniciaba.
ESTÁS LEYENDO
Behind the doors
FanficCuando las puertas de la sagrada iglesia se cierran no sabes lo que ocurre. Una nueva especie ha llegado a nuestro mundo, no es un alfa, pues su rostro y facciones son como los de un omega, pero tampoco es uno: piel blanca, facciones demasiado delic...